Anhelo

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Un troll feo y grande vaga por un bosque. Es media noche. Sus pisadas con pesadas y lentas. Lleva consigo un garrote que arrastra por el suelo. Mientras camina, observa el cielo estrellado por entre las frondosas ramas de los árboles. No cesa su paso. Se asoma de vez en cuando a las pequeñas casas de las hadas y las mira. Mira sus pequeñas alas brillantes y frágiles, y sueña con ser una de ellas. Observa también a esos duendes esquivos que entran en sus hogares al calor de un buen fuego, y sueña con ser uno de ellos. Sus pasos se vuelven más firmes mientras atraviesa el bosque. La noche pasa. Oye una música dulce y atrayente que lo conduce hasta un gran fuego, donde unos faunos bailan y ríen, y sueña con ser uno de ellos. Entonces pasa cerca de una casa habitada por humanos, se acerca y asoma su gran cabeza por una ventana. Cerca del hogar una madre cuenta una bonita historia a sus dos hijos. Ellos ríen y se abrazan, y él sueña con ser uno de ellos. El troll busca el final del bosque, un claro asoma entre ramas y arbustos. Está cansado, pero su paso no cesa. La noche está terminando. La luna menguante desaparece lentamente mientras los primeros rayos de luz asoman entre las hojas. Está amaneciendo. El sol ha salido, y el troll ha encontrado el final del bosque.

Prohibido capturar cisnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora