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Aun estábamos tomados de la mano y yo sentía que me desmayaría...

¿Qué se cree este idiota? Por nadadel mundo me dejaré engañar.

El lugar era muy luminoso con luces fluorescentes de color azul, la música era en vivo y quedecir los chicos de la banda, no se veían nada mal.

–Puedes dejar de babear por esos, ahora vienes conmigo.

¿Ahora me manda?

–Puedo hacer lo que yo quiera, después de todo no somos nada como para que me andes
reclamando.

Como respuesta a eso solo sentí mi mano más apretada... creo que lo había hecho enojar, pero
yo tenía toda la razón de mundo.

¿No será que está celoso...? No lo creo...

Nos acercamos a una mesa donde había tres personas.

–Sasuke, pensé que jamás llegarías– dijo un chico corpulento de cabello ¿naranja?

– ¿Pero quién es esa preciosura?.

El chico que lo dijo me pareció gracioso, aquel de cabello blanco y ojos purpura, queríapresentarme como se debía pero el arrogante se me adelantó.

–Ellos son Suigetsu, Juugo y ella es Karin, chicos ella es mi novia, Sakura.

¿¡QUÉ!?

– ¿¡QUÉ!?

Creo, que no era la única sorprendida. La chica esa, Karin que usaba lentes y era pelirroja, porno decir con pelos de zanahoria y usaba un atuendo que no dejaba nada a la imaginación,
gritó casi pidiendo explicación de como YO, era la novia de ÉL.

–Eso no te lo creo Sasuke– dijo la chica zanahoria – ¿Cómo  puede ser que ésta sea tu novia?

– ¿Perdón?– dije yo, esta chica me cabreaba, pero tenía razón en lo que decía.

–No te tengo que dar explicaciones a ti, ella es mi novia y fin del asunto– ahora mearrebató la palabra.

–Pues sigo sin creerlo, ella no puede ser tu novia, eso jamás.

– ¿Por qué dices que no puedo serlo?– pregunté yo... como si me importara. – ¿crees que no
estoy a la altura para ser su novia?

–La verdad no y no es por nada querida pero no sé qué te vio a ti, eres muy simple.

¿Simple? Esta maldita...

–Hey Karin ya párale, ella está hermosa, ya quisieras tener su belleza, estás celosa por
que Sasuke la eligió y a ti no. – Ese Suigetsu  ahora me caía bien, ahí está mi valientecaballero.

Discúlpala Sakura, te puedo decir así ¿verdad?– me preguntó Juugo.

–Sí, y por ella no tienes que disculparte, no vale la pena.

Antes de que Karin prosiguiera con su brillante ataque de celos, Suigetsu y Juugo mepreguntaron edad, si estudiaba y todas esas cosas. Sasuke... él... bueno sólo se quedaba callado.
Lo único bueno es que era el centro de atención, aunque no quisiera y Karin, bueno, si lasmiradas mataran yo creo que ya hubiera muerto cien veces.

El diario de mi corazón: Okinawa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora