¿Puede existir el amor entre 3 individuos? Claro que sí. Esta es una historia donde un amor incondicional empieza a través de unos ojos ambarinos y una carita angelical, con un padre demasiado sobreprotector al ser su única y primera hija. Una bebé que, ante los ojos de Sorine, es un amor.
La primera vez que Sorine —una chica universitaria licenciada en arquitectura— la ve, le parece la personita más perfecta del mundo. Sayuri, nombre que le puso Izan —su padre, aquel hombre que esconde uno y mil secretos—, se convirtió desde ese entonces, en aquella cafetería y en un día lluvioso, en una unión de amor entre su padre y la joven que la quiso a pesar de no conocerla y no llevar su sangre.
Una historia donde no solo el amor incondicional, la amistad y compañerismo nos darán una enseñanza sobre los sueños y la importancia del amor, sino que nos dejará marcada el alma con la importancia de seguir adelante a pesar de las adversidades de la vida.
Y que, en esta misma, siempre existirá un granito de luz que nos mantendrá de pie.
Ella, tú y yo nos da una enseñanza de amor que en ocasiones a la mayoría de las personas nos falta y en el que no creemos.
Sorine nos muestra que los sueños no son inalcanzables y que los amigos incondicionales si son reales.
Izan, el personaje más conmovedor quizás de esta historia, nos enseña que a pesar de tener riquezas y todo a su alcance, existe una personita más importante para él, por la cual lucha y no se deja vencer, aunque tenga contratiempos con los cuales lidiar.
Y, por último, quizás la bebé más tierna y linda de Ella, tú y yo: Sayuri, la criatura que inició todo este desenredado amor.
Una bebé que crece con el cariño de personas que la quieren al instante de conocerla.
Ella, tú y yo es una novela conmovedora que nos cuenta verdades con las que, como humanos, algunas veces tenemos que enfrentarnos.