Ha pasado una semana después de la excursión, nadie ha venido a molestarme a la Ciudad. Pero supe que querían traer a Eren a la capital y juzgar a Erwin por el fracaso enorme que la última expedición, supongo que por eso no están aquí. Han de estar demasiado ocupados tratando de salvar el trasero de su amado comandante.
Los días estaban tranquilos en el burdel, los hombres gastaban menos en bebida y más en mujeres. Kenny no había venido a cenar en toda la semana y escuchaba por ahí que seguían buscando a las personas que se habían infiltrado en los edificios de la Policía.
Saco al último hombre que queda, siempre son los más divertidos en sacar porqué se ponen tan ebrios que no pueden ni caminar. Abro la puerta pateándole y llevo a Markus hasta la banca fuera del burdel.
-Es que la amo - llora.
-No, Markus. Solo estás demasiado ebrio.
-¿Lo estoy? - asiento -. ¿Por qué?
-Porque adoras venir a nuestro burdel - sonríe como si fuera obvio.
Espero en la banqueta por la carroza de Jamie, levanto el brazo al verla y el muchacho levanta su bandera verde. Jamie se detiene frente a mí y me saluda con una sonrisa.
-¿A donde? - me hago un lado -. Ah, Markus de nuevo.
-Como cada miércoles.
Voy por Markus, caminamos hasta la carreta, cuanto seis hombres acostados, todos dormidos uno contra otro. Ayudo a Markus a subir y no tarda en acomodarse en medio de dos hombres. Suspiro y regreso con Jamie.
-Descansa, Adria.
-Nos vemos mañana.
Jamie azota las riendas de su caballo y comienza a alejarse en busca de más hombres incapaces de llegar a casa. Ese era su negocio, los bares y burdeles acaban a los más ebrios y los subían a la carreta de Jamie. El chico los llevaba a casa y las esposas le pagaban por la molestia, era un buen negocio.
Vuelvo al burdel y cierro las puertas con llave, lanzo la llave y la atrapo en el aire. Me doy media vuelta y empiezo a caminar a las escaleras para irme a dormir. Al subir, me dirijo a mi habitación y abro la puerta. Primero me doy cuenta que la lampara está encendida y luego me detengo en seco al ver una cara conocida, que a pesar de serlo no me alegra del todo verla.
Levi levanta ambas manos, tiene una taza humeante en cada una. Guardo la llave en mi bolsillo y voy con él, tomo a pesar de no saber que es lo que quiere. Alzo ambas cejas, me doy cuenta que ha dejado la capa y su chaqueta sobre la mesa.
-¿Estás libre? - miro el reloj en mi pared.
Claro que estoy libre, acabo de cerrar el estúpido burdel pero digamos que la última vez que nos vimos, no nos hablamos bonito.
-¿Qué sucede?
-Quería saber algo - le doy un sorbo a mi té -. ¿Te dolió lo del escuadrón?
Aparto la tasa lentamente. Llevaba toda la semana pensando en eso, y no me preguntaba si me dolía o no, me pregunta el por qué, ¿por qué me dolía si sabía lo que iba a pasar?
Asiento dejando salir aire por la boca. Camino y me siento en los pies de mi cama, Levi toma la silla de mi mesa y la arrastra hasta quedar frente a mí, se sienta en ella.
-Hablabas de Petra como si no se cayeran mal - me río.
-Gracias por decirme - miro el tono cobrizo de mi té -. Siempre tuve la dudad si en verdad le caía mal o era un rencor por lo de la vez que nos conocimos.
ESTÁS LEYENDO
Lealtades. (Levi AckermanxOC)
FanficEl prólogo está desde el punto de y/n de Prohibido, la historia de Beertholdt, a partir del capítulo uno se pasa al POV de Adria Han pasado cinco años desde el ataque a Shinganshina. Los guerreros y yo fuimos enviado aquí con el fin de conseguir e...