-Por otro lado, a Mayra, la regañaron por sacar un 7 en matemáticas, creí que ella iba a llorar, después de todo es normal hacerlo cuando te alzan la voz y más cuando te regañan... pero noté algo en ella que me llamó la atención..., ella no hizo ni una sola expresión su cara no estaba triste o asustada, no reflejaba nada, desde ahí sentí algo que no había experimentado en años, quería ayudarla, decirle que no estaba tan sola como ella creía... pero... de solo recordar lo que le pasó a mi madre... no me atrevía a hacer nada.
-A la semana siguiente traté de intercambiar palabras con ella, pero la situación se ponía cada vez más y más rara, todos los días le daba los buenos días y ella solo me miraba sin hacer una sola expresión, de verdad que ella era rara y no tenía ni idea de que pasaba en su cabeza.
-Otra vez... este chico no se cansa... todos los días es igual, ¿qué es lo que está esperando?- Mayra se decía esto con disgusto, al parecer se sentía intimidada por el chico, pero claro cualquiera se sentiría así.
-Será mejor que trate de hablar con él, o seguirá molestándome una y otra vez sin parar- Y así fue, a la hora de la salida nueva mente llevó a Will al mismo lugar de la última vez para así parar lo que ella consideraba algo molesto.
-Oye, deja de darme los buenos días o de hacerme favores, si tratas de quedar bien conmigo olvídalo, solo pierdes tu tiempo.
-Sin mucho sentimiento o tacto con las palabras, Mayra fue al grano.
-Está bien, te dejaré en paz... pero déjame poner algo en claro, no lo hago para quedar bien, solo trato de ser amable, después de todo fui grosero contigo la última vez, pero está bien te dejaré en paz.
-Sin perder el tiempo, el chico tomó sus cosas y se fue del lugar, dejando a la chica completa mente sola.
-... ¿Por qué... me siento más incómoda?... me debí de volver loca, mejor me voy.
-Ambos salieron de la escuela y se dirigieron a sus hogares, por parte de Mayra, fue a casa de sus abuelos en donde no la recibieron o atendieron, sola mente entró, tomó algo de comer y se fue a su recamara.
-Una vez que me fui y tomé rumbo a mi casa, me paré frente a una heladería, comencé a recordar que a mamá le gustaban los helados de vainilla, siempre que podía me regalaba uno de chocolate y nos sentábamos cerca de un parque y mirábamos el atardecer juntos, aunque no pudiera sonreír en mi mente siempre lo hacía y mi madre siempre sonreía, nunca me miro de una forma repugnante o me culpó por lo que le pasó a papá..., desde siempre fuimos una familia unida...
-En fin, seguí mi camino con algo de melancolía, al llegar la casa estaba sola y en la mesa del comedor había una carta.
"Disculpa que te deje solo otra vez, tengo una cirugía muy importante, no es por dar mucha información pero el paciente está muriendo, dejé pizza en la cocina y un refresco para ti, provecho y buenas noches campeón"
-Por desgracia no podía poner mi cara total mente neutral, no soy muy fanático de comer solo o hacer las cosas solo, pero... me agrada el doctor... su nombre es Roger y es amigo de mi madre desde pequeños, el ah sido como su hermano mayor y él para mi ahora es como un niñero, le falta un poco para ser un padre pero hace lo que puede.
-Me senté en un sofá, el más cercano a la TV y comencé a ver un programa de un comediante, el siempre me sacaba varias carcajadas, aunque tuviera 8 comprendía casi todo y sus chistes de doble sentido claro que los entiendo, y de la nada, me entró curiosidad y quise leer un poco del diario, después de todo no he leído nada desde que me lo dio, en teoría puedo leer 2 páginas... y abrí el diario... lo primero que vi fue como un prólogo.
"Hijo mío, no importa dónde esté ahora, te amaré hoy y siempre, quisiera estar en cada cumpleaños tuyo y verte crecer..."
-No soporté más y cerré el diario, es extraño pero... volví a sentir esa decepción y ese coraje de no poder hacer nada para impedir que ella se fuera, Con algo de frustración cerré el diario y lo volví a poner en una mochila vieja que tenía en mi cuarto.
-Me dirigí a la cocina para ver si había algo de cereal o algo más para comer, desafortunada mente no había nada y terminé por dirigirme a mi cuarto con pereza.
-Al día siguiente fui a la escuela como si nada hubiese pasado, pero esa vez, usé uno de mis muchos cubre bocas, simple mente quería descansar de que me vieran a la cara, me sentía acosado cuando me veían aunque sé que no es por mi deformidad.
-Me senté en mi asiento y... vi una carta, una tal Nía me mando un sobre, traté de abrirlo sin llamar la atención y me acomodé de tal forma en la que nadie pudiera ver lo que hacía.
"¿Podemos ser amigos?"...
-Era una Hoja entera y solo había eso... no le di tanta importancia y seguí con mi vida... a la hora del receso Nía se acercó a mí y comenzó algo nuevo, un nuevo sentimiento y una calidez vinieron a mí.
-H-Hola... w-will... am yo... ah...-La pobre niña a penas y dijo unas palabras y se le notaba que quería llorar de la pena.
-Eres... nía... ¿Cierto?- El chico se escuchaba in expresivo como de costumbre y con una mirada fría capaz de intimidar hasta a un león.
-S-SI... ¿T-TE LLEGÓ LA CARTA?...
-Sí, de hecho la tengo conmigo, ¿pasó algo?
-AHH... no la leyó... entonces no hace falta que quiera hablar con el... ni siquiera le interesa- Nía pensaba con frustración y melancolía- n-no pasa nada... s-solo...
-¿Por qué quieres ser mi amiga?
-La palabras del chico retumbaban en la cabeza de la niña con estruendo dejándola atónita.
-... y-yo... b-bueno... porque... te ves solo... y yo también estoy sola... no hice amigos por mi timidez y...
-De la nada el chico intervino
-Okay, seamos amigos, no necesitas contarme tus problemas o tu dolor, aún no-Como si no tuviese alma, el chico habló sin expresar nada.
-¡GRACIAS!-La chica se abalanzó a William dándole un cálido abrazo.
-Puede que suene a cliché pero... ese calor fue el que comenzó a derretir el hielo que tenía dentro de mí y no me dejaba no respirar, de alguna forma me recordó al calor de mi madre... pero lo sentía diferente.
-Este abrazo... no era como los que daba mi madre... era algo diferente ¿Pero qué?
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🅵🅰🅻🅻
Teen FictionImagina... nacer con algo que los demás pueden hacer, algo tan simple como lo es sonreír, imagina simple mente no poder hacerlo, a donde quiera que vayas, aunque estés feliz, triste, enamorado o entusiasmado no importa lo que hagas, siempre reflejar...