Capítulo 30: 50 sombras de Horan

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-¿Tu amigo especial?-pregunto arqueando las cejas-.

   Mi madre suelta una risita nerviosa, y Tim se queda parado en la puerta sin saber qué hacer. Decido romper el hielo:

-¿Cuándo pensabas decírmelo?-musito, fingiendo no estar enfadada-.

-¿Hoy?-responde mi madre encogiéndose de hombros-. Hablemos de esto luego, por favor-me susurra en el oído-.

  Asiento y me descruzo los brazos. No puedo enfadarme con ella. Tiene derecho a ser feliz. Pero... ¿desde cuándo está saliendo con ese hombre?:

-Hola, Leslie, soy Tim. Encantado - se presenta el rubio extendiéndome la mano-.

   La estrecho mirándole a los ojos. Esta situación cambia mis planes. Creo que no le diré nada a mi madre sobre mi padre. No quiero estropearle el fin de semana.

   Caminamos hacia el salón, donde mi madre ya ha preparado la mesa y ha repartido la pizza. Me siento a la derecha de la mesa, mi madre en frente mía y Tim a su lado. Empezamos a comer en un silencio incómodo:

-¿Qué tal tu primera semana en la universidad?-pregunta Tim, rompiendo el hielo-.

-Bien - miento, lo más convincente que puedo-.

   A Tim le basta con mi respuesta, pero sé que a mi madre no. Seguramente esta noche me achacará a preguntas.

 

   El postre, una deliciosa tarta de manzanas, también está acompañado de un incómodo silencio. No sé qué decir. No confío mucho en Tim. No sé nada de él, pero prefiero preguntarle todo a mi madre cuando se vaya.

   Al fin, tras recoger la mesa y lavar los platos, parece que Tim entiende que he venido para estar a solas con mi madre. Me dirijo al salón para darles un poco de intimidad, y mientras tanto, me siento en el sofá y reviso el WhatsApp. Tengo un mensaje del irlandés. Lo abro resoplando. Después de lo que ha pasado esta mañana, no tengo muchas ganas de hablar con él. El mensaje dice lo siguiente:

"Hola, Leslie. Puede que te sorprenda que te escriba, después de cómo me has dejado, de nuevo, con las ganas esta mañana. Estás con tu madre, así que no hablaré más de eso. Mi padre me ha mandado a decirte que el lunes quiere verte en su despacho a las 8:00am. No me ha querido decir por qué, sólo que te pase el mensaje. P.D: Quieras o no, yo también estaré en ese despacho el lunes. Adiós ;)"

   Leo el mensaje con la boca abierta. Es lo más civilizado que me ha dicho nunca. ¿Qué querrá el señor Horan? Espero que nada malo.

   Oigo la puerta de la casa cerrarse y mi madre aparece en seguida por el salón frotándose las manos con una sonrisa traviesa. Pongo los ojos en blanco y bloqueo el móvil sin responder a Niall. Mi madre se sienta a mi lado y me mira ladeando la cabeza:

-¿Quieres hablar de Tim?-pregunta nerviosa-.

   Niego con la cabeza. La verdad es que no me apetece recibir más información ahora mismo. Estoy cansada y sólo quiero olvidarme de Niall, Zayn y mi estúpido padre:

-¿Qué tal la universidad? Tu respuesta de antes no me es suficiente - añade, esta vez más seria-.

   Lo sabía. Sabía que iba a preguntarme. Esta tarde estaba decidida a contarle lo de Rick, pero al ver lo feliz que parece con Tim, no quiero chafarlo todo:

-Dije la verdad. Esta semana me ha ido bien - respondo cruzándome de piernas-.

   ¡Mentirosa!, me grita mi subconsciente. Esta vez, es mi madre la que pone los ojos en blanco, y me mira sacudiendo la cabeza:

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