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A este punto estaba arrepentida de haber accedido a caminar con aquella mujer que recién conocía. Llevaban al menos unos 30 minutos caminando por los alrededores del parque y ella no paraba de hablar. No odiaba a ese tipo de personas, de hecho había tratado con muchas anteriormente en su vida, pero en ese momento no estaba con la paciencia suficiente para tolerar nada más. Su mente sólo deseaba un poco de paz. Un bostezo se escapo de su boca repentinamente, no fue hasta que su acompañante la tomo del hombro que reaccionó.

— Pieck, dame un momento, quiero ir al baño. ¿Vienes o aún no estás llena? — Preguntó Hanji señalando los baños públicos.

Antes la pregunta una idea llegó a la mente de la chica de cabellos oscuros. Ella, con el objetivo de fugarse negó levemente con su cabeza.

— No tardaré, espérame. — Dijo finalmente yendo a los baños.

Pieck suspiró aliviada, y sin desviar la mirada de los baños para asegurarse no la viera irse dió el primer paso de su huída, sin embargo la figura de una persona bloqueo su paso. Ante la sorpresa sintió su pecho retraerse, pero al identificarlo se alivio.

— Que sorpresa encontrarte aquí Pieck, ¿Interrumpo tu escape? — Cuestionó aquel hombre de barba rubia y vestimenta casual.

La mujer no pudo evitar sonreír al encontrarse nuevamente con aquel hombre que consideraba cercano, además de que no lo había visto en mucho tiempo. Zeke, dejándose llevar por el emotivo reencuentro abrazo a la fémina de menor tamaño con delicadeza para no lastimarla, al separar el contacto puso sus manos sobre los hombros de la contraria.

— ¿Cómo has estado? No supe nada de ti desde el accidente, ¿estás mejor?— Preguntó en un tono que expresaba preocupación.

Ella asintió levemente.— No te preocupes por eso, ya es tema superado.

— Me alegra saberlo, ¿y cómo está el afortunado Galliard?

— Supongo que ha mejorado hasta cierto punto, aunque siendo honesta las cosas han cambiado mucho.— No tenía problemas con hablar sobre su vida con alguien como Zeke, pero estaba consciente que si empezaba a hablar terminaría desahogandose y no quería causar pena frente a alguien, por lo que cambio de tema.— ¿Desde hace cuento estás aquí?

— Vine a la ciudad por asuntos familiares. Venía a dar una caminata para relajarme un poco, entonces te encontré aquí. No sabía que eras amiga de esa mujer.

— ¿Huh, la conoces? — Dijo intrigada.

— Por supuesto, ella fue tutora de mi hermano menor, además me encontré con ella gracias al caso con Smith.

— Oh, lo recuerdo ¿no fue por ese caso que casi te despiden?

— Tienes una memoria fantástica mi querida Pieck. Así es, Smith era un hombre muy sabio, pero no contaba con su abogado. Ese hombre me dejó en muletas por un mes completo.

— ¿Y qué tiene que ver ella con que te hayan hecho puré?

— Que ella es su esposa — Soltó, finalmente causando sorpresa en la mujer—, no lo tomes a mal, en realidad me sorprende que alguien como Hanji este con una bestia como Ackerman, pero ... ambas son unas mujeres muy hermosas e inteligentes, creo que serían buenas amigas.

— No es mi amiga, básicamente me arrastro aquí.

— Dale una oportunidad, Hanji y tú tienen mucho en común, ya verás.

Al escuchar los pasos y la voz de la mencionada ambos detuvieron su charla para verla. Ella estaba sacudiendo sus manos para que estas se secarán. Al reconocer al acompañante de Pieck se acercó con una sonrisa.

Una luz en la oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora