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— ¿No pueden quedarse más tiempo?

Udo les dedicó una mirada suplicante para que cancelaran su partida, durante todo el camino quiso convencerlas para que se quedarán con él en casa. Pieck dejó su maleta sobre el suelo del aeropuerto, para así agacharse un poco para estar de la altura del menor.

— Esto fue muy repentino, hubiera querido quedarme con ustedes más tiempo.

— No pudimos ir al pueblo ni a montar a las yeguas al otro lado de la colina, planeaba llevarlas hoy mismo.

La decepción en los ojos negros del pequeño le causaban cierto pesar en el pecho, desde que Hanji se mudo del pueblo lo que más le dolía era estar lejos de su único hermano. Con una sonrisa leve, se puso de cuclillas junto a Pieck para tomar la mano de Udo.

— Hey, no hagas una escena, vamos a volver de visita más rápido de lo que crees.

— ¿En serio? porque, no habías venido a verme desde hace 5 meses.

— Las cosas son complicadas en la ciudad, hermanito. — deposito un beso sobre la mejilla del menor— Prometo llevarte a conocer mi casa pronto.

— ¿No estás ocupada con tu trabajo?

— Quizás dentro de unas semanas Udo pueda venir a la ciudad, estoy segura que se llevará muy bien con el hermanito de un amigo.— Comentó Pieck.

Udo termino por aceptar el trato, aunque quisiera que se quedarán entendía que debían volver con sus vidas en la ciudad. Poco después, el anuncio sobre el abordaje hacia la ciudad vecina le hizo entender era hora de que partieran. Antes de que se fueran, Udo las abrazo a ambas con cariño en su tacto.

Separando el contacto, Hanji cargo sus maletas y procedió a despedirse de sus padres, quienes estaban expectantes a sus espaldas. El pequeño de gafas aprovecho que su hermana se había alejado para hacerle una pregunta a su amiga, duda que había tenido desde un principio.

— ¿Debería llamarte hermana?

— ¿Huh? ¿Por qué lo dices tan de repente?

— Puedo ser joven pero no tonto, conozco a mi hermana perfectamente y notó cuando pasa algo con ella. — Ante la mirada expectante y curiosa de la contraria, prosiguió con una sonrisa— Te lo agradezco mucho, me alegra ver a mi hermana feliz otra vez después de la separación.

Abrió sus ojos ante la sorpresa, según le había contado Hanji su hermano no sabía de su reciente divorcio. Dudaba que sus padres traicionaran su confianza, por lo que Pieck supuso que él mismo lo averiguó, era un niño muy listo al igual que su hermana.

— Además ... El día que llegaron las escuché mientras hablaban por accidente, lo siento.

Su expresión expectante fue reemplazada por una leve sonrisa.

— Eres muy inteligente, niño. Cuando vengas a la ciudad quisiera mostrarte mi ferretería, Hanji dijo que te gustaban este tipo de cosas.

— ¡Así es! ¿De verdad me llevarás?

— Lo prometo, — Suavemente sacudió su cabellera— y respecto a lo demás, no estoy segura, pero si las cosas van bien ... creo que me gustaría ser tu hermana.

Él le dedicó una amplia sonrisa, y justo cuando Hanji llegó para abordar el avión, Udo abrazo a Pieck nuevamente.

[.]

El vuelo de regreso fue tan largo como el de llegada, pero esta vez ambas estaban despiertas en el momento en que el avión aterrizó.

No esperaban ser recibidas por nadie, ya que pocas personas dieron en cuenta de su repentina partida, grande fue su sorpresa al encontrarse con Levi en el aeropuerto en su espera. Por su parte, él se ofreció a llevarlas en su auto.

Una luz en la oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora