Un nuevo comienzo

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Es extraño... el despertar un día y darte cuenta de que todo ha cambiado, salir y ver las cosas con otra perspectiva, y darte cuenta que no es lo que esperabas.
Nací el 2 de octubre de 1954, mi nombre es Benjamin Nills, crecí en una casa al norte de Washington, en un pueblo llamado Rokerfeeld, no conocí a papá, se que se llamaba Marcus, se fue antes de que naciera. Mi única compañía era mi hermano Peter y mi madre Mary, estudié la secundaria en el mismo pueblo, a los 14 años mamá, Peter y yo nos fuimos a California, no hice la gran cosa, conocí algunos chicos del barrio donde vivíamos, durante ese tiempo pensé mucho en mí, los chicos ricos me molestaban a mi y a Peter casi todo el tiempo, idiotas.
En la prepa todo fue diferente, pasó todo muy rápido, lo único bueno fue haber conocido a George, George Adams, el era un tipo de color, tuvo surte de haber estudiado en aquella época, nos graduamos juntos, después de todo solo nos teníamos el uno al otro, ya que mi hermano se había ido a la universidad en Miami.
George y yo nos fuimos también a Miami a la universidad, ahí encontré a Peter, pensé que en mi primer día todo sería normal con una cena, me lleve la sorpresa de que unos tipos en moto habían golpeado a mi hermano, no llevaba dos días en la universidad cuando fuimos a golpearlos con palos, que idiotas ¿no? Un tipo sacó un arma y asesino a mi hermano, me golpearon y me dijeron que si volvía a hacer algo así me pasaría lo mismo, me quedé al lado de mi hermano muerto mientras me dolía el estómago, George llegó unas horas después y me llevó a la universidad. El director se enteró de todo, creí que me echaría de la escuela, pero me dijo algo muy diferente:
-Veo que tienes agallas para enfrentarte a tipos armados.
- Golpearon a mi hermano, señor.
- Seguro, escucha, no me importa que haya pasado antes, ahora estás bajo condición, alguna cosa igual y te echaré de esta escuela, ¿queda claro?
- Seguro, señor.
Jamás me hubiera imaginado que ese viejo hijo de perra sería mi "contacto", pronto empecé a faltar a clase demasiado; el director me daba pequeños encargos, golpear a alguien, amenazar... algunas veces recuperar algo, no me importaba, él mismo se encargaba de que me aprobaran las clases.
Un día fui a su oficina por la noche, me llamó media hora antes diciendo que tenía un trabajo para mi, llegué pero no lo vi, recorrí la universidad en busca de él, llamé a George preguntando si sabía dónde estaba, me acompaño a buscarlo, entramos al campo de fútbol y ahí estaba rodeado, un tipo se adelantó y dijo:
- Viejo inútil, te he dado la maldita droga, págame lo que has dicho.
El director golpeado nos vió y su mirada dijo todo, fue como si hubiera sabido que no lo salvaría nadie, ni siquiera él, y solo dijo "Anda idiota, ¿Qué carajo esperas para asesinarme?"
El tipo sacó un arma, apuntó a su cabeza y le disparó, sacaron la cartera del viejo y se fueron en sus motos con total indiferencia.
La facultad cerró un tiempo después de eso, un día recibí una llamada de un hombre, dijo:
- ¿Benjamin Nills?, soy colega del director Pakard, lo necesito en la calle 9 hacía la estación de tren lo antes posible.
Y colgó el teléfono; tomé un suéter café y salí a la dirección, me detuve una cuadra antes para comprar fruta, de repente vi unos tipos bien vestidos acercárseme con las manos en el bolso, antes de que llegaran a mi los miré y dije: "¿Les puedo ayudar, caballeros?" Un hombre levanto la mirada y sacó un arma, lo miré y escuché un disparo, enseguida estaban los dos en el suelo, empezaron a salir hombres disparándose, alguien me tomó del brazo y me llevó a un callejón, le pregunté: "¿qué mierda pasa?" Y cayó al suelo con un hoyo de bala en el rostro, un hombre bajó de un edificio disparando y me subió a un automóvil, le dije: "¿Qué fue eso?" Levantó su mirada y empezó a explicarme
- Señor Nills, es un placer, mi nombre es Francis Alphonse, soy italiano, lamentó que nos tengamos que conocer en estas circunstancias.
Contesté con un tono de voz confundido:
- ¿Mucho gusto? ¿Alguien quiere explicarme que acaba de suceder?
- Lo siento, señor Ben, ¿puedo llamarlo "Ben"? No me permiten contestar sus preguntas, pero cuando lleguemos a nuestro destino entenderá.
Vi alrededor y solo dije "Claro que sí" condujo por unos 15 minutos y llegamos a una casa gigante, para mi era un paraíso, bajé del auto y vi tipos con armas, de inmediato pensé que serían los tipos que asesinaron al director, pero al entrar a la casa se acercó una señora de unos 50 años.
- ¿Qué tal muchacho? - dijo ella - lamentó que mis chicos hayan sido un poco rudos, oí que se complicó un poco todo. Puedes pasar al segundo piso y a la derecha, te están esperando"
Subí las escaleras todavía sin el aliento recuperado y abrí una puerta, un hombre poco mayor que la señora dijo gritando "!¿Quién mierda es?!" Me quedé callado y salió de una habitación:
- Ah, ya veo, eres tú...
Miré el cuarto y dije: "Sí, eeeh, creo que soy yo" me invitó a tomar asiento y me explicó:
- Muchacho escucha, no son muy conocido por está zona, solía trabajar en los 60s en New York en cosas no muy legales, como quiera, esos eran otros tiempos, ahora soy viejo y la puta espalda me está matando, ah, !mierda!, estoy seguro que no sabes que carajo haces aquí, pero hijo, sé que resultará.
- ¿Qué resultará?- Pregunté
- ¿De verdad?, el negocio hijo, el negocio.
- Se equivoca señor, soy un estudiante muy bueno.
- Oh, muchacho, hablas como yo antes de todo esto, ¿qué carajo crees que te dejará la universidad? ¿Un auto viejo? ¿Trabajo de gato? Tal vez una esposa y unos hijos, no quieres eso.
Debo admitir que me intrigué por todo lo que él tenía, "¿Y qué ofrece usted?" Pregunté.
- Chico, a lo que te debes referir es: ¿Qué mierda no ofrezco?, dime, ¿Qué quieres?
- Una casa, grande para mamá.
- Ya veo, la conseguirás si solo hicieras unos trabajos para mi.
Bajé la mirada dudando y di la vuelta
- Hagamos esto - dijo el viejo - tu haces el más leve de los favores y te conseguiré lo que me digas.
- ¿Cuál es su nombre? - pregunté yo
- Matteo Reguzzo
- Bien...
Ambos nos quedamos en silencio y dije:
- Bueno, ¿Cuándo empieza?
Sonrió y radiante dijo: "Ahora"

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