Fuera de casa

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En mi tiempo en el negocio, jamás pensé en ese día, me pude topar 1,001 situaciones distintas... nunca imaginé esa.
Matteo no tuvo alternativa, no pudo elaborar una mentira tan buena como para convencerme de que todo estaba bien, habló sobre los 40s a 50s: "Conocí a Arthur en 1948 en una fábrica de ropa, nos saludamos y empezamos a toparnos muchas veces, un año después comenzó a trabajar ahí mismo, mi padre trabaja para el jefe de la mafia, vi lo mal que le iba y le ofrecí un trabajo en el negocio. Me presentó a su hermano, dijo que estaba interesado y que quería trabajar al igual para nosotros, su hermano adoptivo se llamaba Thomas, Thomas Nills... solía trabajar al igual que tú, en 1952 traicionó a mi padre. Arthur lo descubrió en diciembre de 1953 y en 1954 lo delató, tenía que vivir uno de ellos dos y Arthur fue más inteligente, esperamos a que naciera su hijo y después lo llevamos a un callejón, lo encargue para un tipo, se llamaba Edwin Harris, llegaron y pararon en punto, trató de ahorcar a Thomas, pero él dio la vuelta y le clavó una navaja, el pobre tipo murió. Thomas escapó y lo perseguimos por días, jamás lo encontramos, en 1972 me enteré que estaba en Londres, traté de matarlo, y creí que lo logré, Thomas hijo de perra. Volvió a escapar, era tú padre, tuve que matar a Arthur porque al saber que su hermano vivía, te buscaría y se juntarían los tres, lo siento Ben, eres como un hijo para mí".
Me quedé quieto sin saber qué hacer, acaricié mi barbilla por unos segundos y él me miraba, me levante y me puse detrás de él, dije: "Está bien, Matteo... está todo bien", saqué mi cinturón rápidamente y ahorqué a Matteo, se retorcía en mis brazos mientras oía crujir sus huesos, se quedó quieto, tomé su dinero y mi saco, salí guardando la calma saludado a sus guardias como siempre, entré al auto y fui al teléfono publico mas cercano, llamé a George contando todo. Dijo que podía ir a su casa, llegué sudando:
- George, - dije yo -¿qué tal? Cierra las ventanas, de prisa.
- Oye, tranquilo- me contestó él - siéntate y dime qué pasó.
- ¿De qué hablas? Ya te he dicho todo, ¡todo mierda!
- Bien, relájate, oye escucha, no hay nada que tenga que hacer, podemos irnos a otro lugar.
- ¿A otro lugar?, ¿Adónde?
- No lo sé, ¿Qué tal New York? Siempre quise ir.
- Sí, sí, es una buena idea.
De repente pasó un auto negro, entré en pánico y me tiré al suelo, George se me quedó viendo, el carro pasó y George se burló de mí.
Al siguiente día empaqué un poco y pusimos las cosas en el auto de George, salió otro auto gritando "¡Nills!, ¡Nills, alto!" Subimos y arrancamos, George empezó a disparar al otro auto y aunque recibió un disparo en el hombro, asesino al conductor, pasamos 3 horas en carretera a New York, al llegar nos quedamos en un hotel cerca de unos departamentos que pensábamos alquilar. Empecé junto a George a hacer lo que sabíamos, robar. Ahí conocí a Jack Heinsteig, solía robar un poco en las calles, nos comenzamos a juntar con él, pero nuevamente todo se tornó diferente. Jenny fue a visitarme.
- Hey,- dijo- ¡Ben!, ¿qué tal?
La vi y di la vuelta, ella corrió hacia mi y dijo: "oye, ¿qué pasa?" Y yo contesté:
- Jenny, ¿Qué haces aquí?
Se mostró desanimada y su sonrisa se borró.
- Te fuiste de Miami de pronto sin decir nada.
- ¿No crees que lo haya echo para que nadie viniera?
- No estoy segura.
- Deberías irte.
- No hasta que me expliques qué pasa
- Tengo negocios que no te incumben, es todo
- ¿Que clase de negocios?
- Jenny, te veré en Miami, regresaré en un tiempo.
- Sé que volverás, pero, ¿por qué te fuiste?
- Ya te lo dije.
- No puede ser solo negocios.
- Bien, asesiné a alguien, ¿está bien?
Paramos que caminar y me miro sorprendida
- ¿Qué pasa?- le pregunté
- ¿Hiciste qué?
- Ya lo sabias, así es mi trabajo.
- Olvidaste mencionar que matas por dinero.
- Fue por mi padre, ¿entendido?
- Creí que no lo habías conocido.
De repente un auto llegó derrapando, mire por detrás de la cabeza de Jenny y vi dos hombres bajar, sacaron armas, jale a Jenny a un callejón y de los departamentos salió George.
"¡George, no!", grité yo mientras Jenny lloraba, George cayó en un charco de su propia sangre, los tipos entraron a los autos y se fueron, Jenny y yo corrimos a auxiliar a George, lo subimos a mi auto y fuimos al hospital más cercano, llegué eufórico y pregunté cómo estaba, los doctores dijeron que posiblemente no salga adelante, estallé en enojo, tomé mi arma y me fui junto con Jenny a mi apartamento. No sabía que hacer, pasé la noche pensando en aquello, encendí un cigarro y cocine algo para cenar, me di una ducha y dormí incómodo. Traté de contactar a Jack para contarle que había pasado pero, nunca respondió el teléfono.
Al siguiente día llevé a Jenny a la estación de buses, la dejé en el que saliera más temprano hacia Miami y me fui al hospital, y recibí la noticia, George no logro salir de eso, murió unas horas antes del amanecer, me desvanecí y juré vengarlo, supuse que no habría tempo de llorar, estaba decidido a encontrar al responsable.
Fui a casa de Jack, dijo que se enteró de todo en un tono algo molesto, empecé a hacerle algunas preguntas:
- Jack, ¿Por qué no respondías mis llamadas?
- Estuve bebiendo anoche.
- ¿Bebiendo? ¿Dónde?
- En una vieja cantina, ¿No me crees?
- Seguro, está bien.
Salí enojado de su casa y caminé rumbo al mercado, dos hombres encapuchados me tomaron por los brazos y dijeron: "No intentes nada estúpido", obviamente lo primero que hice fue algo estúpido, golpeé con mi codo a uno de ellos, el otro se lanzó sobre mi y dijo: "Relájate, Ben, todo está bien", "¿Cómo sabe mi nombre?", se acercó el tipo que golpeé y se quitó la capucha, "Hola, hijo" fueron las primeras palabras que escuché de ese hombre, se identificó como Thomas Nills, su colega, Patrick Hadwer y el vinieron desde Francia.
No podía creer que ese fuera mi padre, me negaba a reconocerlo, hablamos, habló sobre mi madre, sobre Matteo, sobre Peter y sobre mí, se lamentaba de faltar a mis cumpleaños, a mis graduaciones, pero sobre todo se disculpó por ser lo que es, y por dejarme el trabajo que me dejó. Lo ignoré y me fui, caminé hasta casa y me senté en la acera pensando todo y entonces lo escuché, "¡Feliz Año Nuevo!", las lágrimas salieron de mis ojos como un reflejo y sin nada que pensar, entré a casa a pasar 1980, extrañando a mamá, George y Jenny, tomé mi arma; la pulí, empecé a escuchar el nuevo sonido de los 80s y apunté a mi cabeza como un iluso sin salida, preguntándome que hubiera pasado si tan solo no hubiera escuchado a Matteo, si no lo hubiera asesinado y que hubiera pasado si hubiera simplemente seguido los estudios, me recosté en la cama viendo las viejas fotos y dije "wow, que hubiera sido de mi, si hubiese tenido un padre" y el tiempo pasará y pasará, y escucharemos el gatillo accionar un cañón, al más puro estilo de los 80s.

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