Anunciaciones Inesperadas

Frustración reprimida

- Aun no son ni las cuatro de la tarde y ya estás en este lugar, parece que tuviste un día pesado-  murmuró él principe del infierno sentándose frente al arcángel

- No estoy de humor Beelz- respondió desanimado- aún no puedo creer que Dios me castigara de esa manera, enviarme a mi, un arcángel de alto rango a comunicar buenas noticias para el incompetente principado Aziraphale, que situación tan humillante

- Eso es injusto

- Lo se

- Nadie puede humillarte más que yo

- ¡Beelz!, Esto es serio- renegó fastidiado- Mi labor fue comunicar la bendición nuestro Dios para la llegada de los vástagos de Aziraphale y Crowley

- ¿Vástagos?, Estas diciéndome que...

- Si, ese torpe ángel está esperando gemelos, no le basto con traer a un sucio híbrido

- Llegarán por partida doble- murmuró asqueado- con razón el imbécil de Crowley ha estado tan descuidado en sus labores demoníacas, está tan feliz que me produce repulsión

- Esto es inaudito, no es motivo de alegría, cualquier otro ángel habría recibido un severo castigo por la concepción de un híbrido de sangre impura- exclamó apareciendo otro trago

- Y que quieres hacer, tu incoherente Dios aceptó eso, por cosas como esa es que yo preferí cambiarme de bando, nunca pude entender esa extraña voluntad tan variable- respondió recordando las decisiones radicales de Dios

- Ya no puedo hacer nada más que tragarme mi orgullo, ese incompetente se salió con la suya, que vergüenza

- De que tanto te quejas, no es como si tú hicieras algo mejor que el- musitó apareciendo una copa de vino- O acaso tienes la moral suficiente para juzgarle por algo que tú también haces- indicó perspicaz creando la furia del arcángel

- Nosotros somos distintos- exclamó enojado- lo que hago es culpa de mi cuerpo terrenal, nunca me mezclaría de esa manera con un sucio demonio

- Si tu lo dices- respondió sin importancia

- En ningún momento creare un vínculo con un ser impuro, lo que ha pasado en esos encuentros es solo una simple banalidad carnal- replicó encarandole

- Me excita cuando te enojas- declaró de forma burlona- sacas el poco interés que siento por tí

- No estoy para juegos Beelz, siempre te aprovechas de mi frustración para someterme a tu antojo

- Nunca te he obligado a nada y no te has quejado de lo que te hago- explicó con desden- y cada vez que reniegas este impulso se vuelve más fuerte- murmuró acercando sus labios a los del arcángel

- Esto es malo, ya no quiero hacerlo de esta manera- susurró tratando de contenerse- me siento tan mal y a la vez tan bien, no logro entender porque tiene que pasar de esta manera

- Porque soy un demonio y tú un arcángel, buscando una satisfacción mutua, disfrutar el momento y olvidarnos de todo por un instante

- Olvídalo- dijo apartandose- Hoy no quiero hacerlo

- Como tú digas- contestó alzando los hombros- solo espero que está vez te la creas- mencionó antes de desaparecer del lugar

El arcángel se sentía frustrado por la misma situación que se repetía una vez más desde hace cientos de años ante esa inexplicable relación.

Lejos de odiar las faltas de Aziraphale con el demonio Crowley, Gabriel envidiaba un poco la relación de esos dos, una relación basada en el amor sincero, cultivado en la confianza y cosechado con paciencia y cariño, algo que el nunca tendría con el principe de las tinieblas

- No, no es eso- negó incrédulo- Yo no tengo nada de que arrepentirme, todo es culpa de este cuerpo defectuoso, necesito volver al cielo a recibir penitencia por mis faltas- se decía tratando de convencerse de no llegar al hotel donde solía encontrarse con Beelzebub

Pero la carne era débil, en especial ante ese exótico manjar que representaba el señor de las moscas ante los ojos del arcángel, en cuestión de minutos estaba frente a la puerta de aquel hotel exclusivo en Londres, cuestionando si entrar o no

- Porque te necesito de esta manera- clamó con una mano en su pecho- eres tan dañino pero indispensable

De un momento a otro entro a la recepción y preguntó por el cuarto en el que Beelzebub ya le estaba esperando, esos encuentros eran tan comunes que los encargados ya les identificaban y apartaban aquel cuarto exclusivo ese lugar donde tantas veces se habían enlazado carnalmente. Camino al ascensor reflexionó una vez más la situación y al salir de el sus pies temblaban al caminar rumbo a la puerta

- No puedo- reconoció antes de abrir la puerta- Tengo que regresar al cielo a purgar mis faltas- musitó cabizbajo desapareciendo del sitio

- Pensé que tendría que esperar toda la- dijo Beelz abriendo la puerta al sentír la presencia de Gabriel quien se retiró fracciones de segundo antes de que abriera la puerta- Que extraño, supongo que volverá más tarde

Pero no de así, y por primera vez en tanto tiempo el arcángel se retiró de esa rutina habitual para tratar de purgar su culpa, aunque una parte de él le pedía a gritos volver para una noche más, una noche de placer sin sentimientos de por medio, un instante de lujuria desenfrenada y sexo agresivo que acababa sin más nada, una hábito que poco a poco lo consumía.

Por su parte Beelz no sabía que esperar ante tan inesperada situación, ese jodido arcángel era su mayor y único placer prohibido, había pasado siglos degustando del culposo placer causado por su cuerpo, pero nunca se había atrevido a crear algún tipo de relación con un ser de su bando contrario un enemigo natural, y al final se había convencido de que su extraña conexión con Gabriel no era nada más que una simple atracción carnal en la tierra y nada más que eso.

- porque carajos me molesta no tenerlo otra vez- pensó sintiéndose abrumado al recordar que en casi un mes no lo había visto ni había tenido alguna noticia de el- porque de todos los malditos seres existentes tenía que ser un arcángel

Y es que a fin de cuentas ambas entidades estaban en un dilema, habían llegado a un punto que no pensaban alcanzar y no debían atravesar para evitar conflictos futuros en sus respectivos puestos, cada quien arriesgaba mucho ante una situación que tal vez podría fracasar.

- Tengo que ir a buscarle, lo necesito...