People.

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Hace un tiempo antes de venirme a vivir aquí a España,vivía en el corazón del norte de argentina. En ese tiempo los montes,caminos de tierra,ranchos y gente humilde pero honrada aún prevalecían. También había alguien que destacaba en nuestro entorno y quien era un gran tema de conversación cuando se juntaban a tomar mates las señoras en esa época: doña Estela quien tenía una historia de vida siniestra para contar.
Hace aproximadamente 6 años ella vivía en un pueblo llamado los Cañaverales no muy lejos de donde yo vivía y donde más tarde sería su hogar.
Tenía 2 hijas y también compartía el rancho por supuesto con su marido quien se va a convertir en el centro de esta historia. Este mismo trabajaba según dicen con la magia negra ofreciendo sacrificios y muchas otras atrocidades más.
Cuentan los que la conocían que cada vez que doña Estela tenía hijos el los llevaba hacia monte dejando a tras a su mujer suplicando que no se lo lleve y medio muerta causa de sus palizas.
Al atardecer regresaba solo, nadie sabe con acierto el destino de esos niños pero se sospecha que como todo lo demás fueron entregados al diablo en sacrificio.
Su mujer cansada ya de la situación una noche donde las ranas cantaban y una tormenta eléctrica se avecinaba espero a que don Alberto se durmiera y con el ojo del hacha le golpeó repetidamente la cabeza generándole una gran contusión y minutos después la muerte.
Una vez desmayado lo tiro al aljibe escondiendo allí el crimen de el que había hecho su vida un calvario.
A la mañana siguiente levantándose su hija mayor pregunto a su madre sobre el paradero de su padre,esta tratando de ocultar lo que había hecho le dijo que había ido a hacer unos trámites a la capital y así se excusaba cada vez que algún vecino le preguntaba sobre su esposo.
Una noche vino el hombre muerto a su hija mayor en sueños diciéndole que a él le molestaba la humedad del aljibe y que por favor lo saque de allí . Como sonámbula entonces se levanto y abriendo la tapa del aljibe vio el cuerpo tieso de su padre flotar en el agua,agua de donde su madre les daba de tomar,agua donde se hallaba su padre muerto desde hace quien sabe cuantos días.
Esa noche fue ella, su propia hija quien dio aviso a las autoridades.
Doña Estela enfrentó 5 años de carcel, siendo puesta en libertad por buena conducta el 28 de febrero de 2010 mudándose a San Pedro donde vivió el resto de su vida rodeada de intrascendentes que hablaban de ella quien tuvo el valor de poner un alto a la violencia familiar.

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