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Sus gritos rogando auxilio hacen eco por los pasillos de la guarida, Sasuke puede escucharla suplicar aún dentro de su propia habitación, era el sexto día que Suigetsu la atormentaba, el alcohol y una hermosa virgen encadenada no era una sana combinación para un enfermo como el chico dientes de tiburón quien perdía los estribos a la primera provocación.

—Suigetsu está apunto de tomar lo que desea de ella.— dijo Jugo quien estaba parado a un costado de la puerta de acceso a la habitación de Sakura, Sasuke se recargo en la pared que se encontraba frente a la puerta, se cruzó de brazos y con los ojos cerrados espero pacientemente ignorando por completo el comentario de Jugo.

—¡Alejate!...¡Auxilio!...¡No me toques!...¡Por favor....por favor!

Sakura gritaba, el llanto y los gruñidos de Suigetsu emanaban desde dentro de la habitación provocando un eco en el pasillo.

—Solo...dilo, di lo que necesitas.— susurro Sasuke para él mismo sin abrir los ojos, Jugo miro con el rabillo del ojo al Uchiha, sabía que su jefe era malo pero nunca imagino el nivel de maldad que este era capaz de albergar dentro de ese porte serio, Jugo podía notar la satisfacción que Sasuke mostraba al escuchar los gritos desesperados de Sakura, la pequeña flor de cerezo comenzaba a marchitarse lentamente.

—¡Sasuke!....¡Sasuke!

Grito finalmente la joven kuchoichi, Sasuke abrió los ojos pero permaneció en su sitio, aún no era suficiente.

—Dilo...dilo, dilo.— repitió una y otra vez, parecía ansioso y Jugo no podía entender el porque, ¿Que era eso que su jefe necesitaba escuchar para ayudar a la chica?...y es que si bien los días anteriores el mismo Uchiha había entrado a su auxilio alejando a Suigetsu de la Sakura con el pasar de los días la ayuda de Sasuke tardaba más en llegar.

—¡Ayudame...Sasuke!

Fue todo lo que la chica tuvo que decir para el el Uchiha entrara a la habitación, Jugo permaneció afuera, escucho a Suigetsu quejarse, el peculiar canto de mil pajaros proveniente del chidori de Sasuke, el llanto de Sakura y después a su jefe llamándolo.

—Lleva a Suigetsu con Karin.— ordenó Sasuke dándole la espalda al pelinaranja al tiempo que su Sharingan se posaba sobre el raquítico cuerpo desnudo de la pelirosa.

La joven intento cubrir su desnudes del Uchiha con lo que quedaba de ropa pero esto era inútil pues el peliblanco se había encargado de rasgar por completo la bata que Jugó le había dado.

Con las manos temblorosas ella se abrazo a su misma al tiempo que veía como Jugo salía de la habitación con Suigetsu sobre su hombro dejándola a solas con Sasuke quien no hacía más que mirarla fijamente con esos ojos  rojos que tanto la atormentaban en sueños.

Sakura se había propuesto salir de ahí pero ahora ella entendía que eso no era más que una simple y estúpida fantasía.

—Deja ya de llorar.— dijo Sasuke al tiempo que se inclinaba frente a ella, Sasuke pudo notar que ya no había brillo alguno en los ojos jade de Sakura, tristes y apagados así se encontraban ahora.

—No puedo más...Sasuke termina ya con esto.—Susurro y con difícultad logro ponerse de pie, ya sin importarle el hecho de estar desnuda frente a quien alguna vez ella llego a considerar el gran amor de su vida.— aquí...entierra tu katana justo aquí.

Sasuke imitó su acción y al estar así frente ella de pie, él pudo notar lo pequeñita y débil que era, sin pensar Sasuke dirigió su mano izquierda y con la yema de sus dedos tocó el lugar exacto que Sakura le señalaba, justo sobre su corazón.

La piel de Sakura era suave, estaba fría y podía sentir los huesos de esta, Sasuke recordó los días en que ambos eran miembros del mismo equipo, los días en que ella pasaba el tiempo detrás de él gritando su nombre una y otra vez. Las mejillas sonrojadas de la pelirosa, su largo y sedoso cabello, esos ojos verdes que solo lo miraban a él...y después el contraste a la realidad, un presente muy diferente donde ella ya no sonreía, su cabello aún era largo pero había perdido ese brilló al igual que los orbes jade, y si... ella seguía gritando su nombre pero no de la forma que lo hacía en el pasado.

EstocolmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora