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Presente.

Ella evita su mirada, encoje sus piernas todo lo que puede, ha pasado mucho tiempo desde que lo vio la última vez, su físico a cambiado y claramente el aura que transmite no es la misma.

Antes se sentía cómoda cuando él estaba cerca aunque Sasuke la ignorara por completo en el pasado ella estaba cómoda, si, estába cómoda con solo tenerlo cerca...pero ahora solo está aterrada pues el Sasuke que vio entrar a aquel cuarto sucio no es el mismo de quién se enamoro.

—Te amo tanto que duele, eso dijiste cuando deje la aldea, no se mucho sobre sentimientos pero se que cuando una idea entra en tu cabeza no es fácil de olvidar...tu mentiste, no me amabas tanto como dijiste aquel dia...y por esa mentira pagarás muy caro.

Su voz ya no era la de aquel niño sobreviviente a la masacre de su clan...no, ahora era la voz de un hombre lleno de odio...de un vengador.

—No...no te atrevas a opinar sobre mis sentimientos pues tú acabas de decirlo...no tienes ni idea sobre éso.

Ella que había estado controlando las ganas de llorar finalmente se rindió, no era tan fuerte si se trataba de Sasuke, él tenía el poder de herirla o sanarla con tan solo una palabra.

Incluso con una mirada.

—Me atrevo porque es a mí a quien mentiste, cuando me fui lo hice porque en mi corazón albergaba el deseo de venganza y mirame...aquí estoy aún firme a mi palabra pero qué hiciste tú con lo que había en tu corazón...te cansaste y preferiste abrir tus piernas al imbécil de Naruto, tan patética y débil buscaste una caricia a tu alma en él, te creí débil pero no tanto, que gran decepción.

—Yo no...no.

Sasuke comenzó a caminar en dirección a ella, pasos cortos y firmes, el corazón de Sakura latía rápidamente y cuando él se inclinó en cuclillas frente a ella todo a su alrededor se detuvo.

—Una de las funciones del Sharingan es copiar los movimientos del enemigo, lo que me interesa, lo guardo en mi memoria para posteriormente reproducirlo una y otra vez en mi cabeza, el más mínimo detalle yo lo puedo ver...¿quieres que te muestre lo que he estado viendo hasta agotar mi chacra?.

La mano masculina hizo contacto con la suave y mugrienta mejilla de la que en el pasado fue su compañera de equipo. La cual no podía estar más aterrada.

La maldad que Sasuke transmitía era casi palpable, tan palpable como la maldita mugre de todo el piso de aquel cuarto.

Sakura guardó silencio...aunque ella intentó hablar las palabras simplemente no salieron de su boca aquello exasperó a Sasuke, apretó con fuerza las mejillas de la chica, tibias lágrimas mojaron la mano masculina...el hacerla llorar, el verla tan aterrada causó gran placer en Sasuke.

Vivo.

Así se sintió.

La adrenalina que bombeaba por sus venas lo enloqueció aún más de lo que ya estaba.

Y eso que su retorcido juego apenas estaba comenzando.

—Mirame Sakura, te voy a mostrar que es lo que he estado memorizando con tanto entuciasmo...¡abre los putos ojos!.—Sasuke ejerció más presion a su agarre obligando a Sakura a finalmente abrir los ojos después de liberar un pequeño grito de dolor.

El Sharingan de Sasuke era muy diferente al que ella recordaba, incluso era diferente al Sharingan de Kakashi...pero muy parecido al de...al de Itachi y como si se tratara de una película ella se vio junto a Naruto en aquella simple banca que albergaba tantos recuerdos para Sakura.

Las hojas que arrancaba el viento de las altas copas de los árboles caían sobre ellos, Naruto la beso una y otra vez, acarició su rostro, al fondo como un eco podía escuchar lo que se dijeron aquel día, después ambos se pusieron de pie...caminaron en dirección a la aldea, se detuvieron...Naruto se alejo, Sakura volvió la mirada a la banca..."hasta nunca Sasuke".

EstocolmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora