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Sasuke regresó a la guarida en un estado de ebriedad, acompañado por dos mujeres sumamente atractivas que lo seguían con risas coquetas. Entraron a la habitación que compartía con Sakura, sin percatarse de que ella también estaba allí y es que Sasuke estaba tan jodidamente ebrio que incluso había olvidado que compartía la habitación con la Haruno. Con la luz apagada, las mujeres comenzaron a acercarse a Sasuke, besándolo con pasión mientras él se dejaba llevar por las sensaciones que invadían su cuerpo.

Sakura, quien estaba en la cama en un rincón oscuro de la habitación, se quedó paralizada al ver la escena. Su corazón se sintió destrozado al presenciar cómo Sasuke correspondía a los besos de esas mujeres, tan parecidas a ella misma. Las lágrimas brotaron de sus ojos, pero la ira pronto la invadió y se transformó en un torrente de furia.

Sin pensarlo dos veces, Sakura corrió hacia las mujeres y comenzó a golpearlas con desesperación, incapaz de contener la rabia que la consumía. Las mujeres gritaron sorprendidas y confundidas, tratando de defenderse de los golpes de Sakura, quien estaba completamente fuera de control.

De repente, Sasuke encendió la luz, revelando la escena caótica en la habitación. Su mirada se cruzó con la de Sakura, quien estaba llorando y golpeando a las mujeres con desesperación. Sin una palabra, Sasuke se acercó a Sakura y la tomó por la cintura, levantándola sobre su hombro como si fuera una carga ligera.

Con determinación, la llevó a la habitación donde Sakura había despertado por primera vez en aquella guarida, la misma habitación que antes había sido su prisión. Sasuke le dijo fríamente que, a partir de ese momento, ella volvería a dormir allí hasta que él decidiera qué hacer con ella.

Sakura intentó abrazarlo, suplicando que no la apartara de él, pero Sasuke la empujó con brusquedad y cerró la puerta con llave, dejándola encerrada una vez más. Sakura se quedó sola en la oscuridad, sintiéndose más perdida y desamparada que nunca.

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Sasuke se encontraba tranquilo en el comedor, el leía un pergamino que había encontrado en la guarida, eran jutsus prohibidos he invocaciones, estaba sumamente concentrado en lo que leia, cuando Suigetsu entró en la habitación con una sonrisa socarrona en el rostro.

-¿Qué haces aqui?- preguntó Sasuke sin voltear a verlo.

-Oye, Sasuke, ¿sabes qué? Esta mañana vi salir a las dos mujeres que trajiste anoche- dijo Suigetsu con tono burlón, saboreando cada palabra.

Sasuke se giró lentamente hacia él, con una mirada fría e inexpresiva.

-¿Y qué?- respondió con calma, aunque su voz dejaba entrever cierta tensión.

-¿Te aburriste ya de la pelirrosa?- preguntó Suigetsu, riendo entre dientes.

Sasuke mantuvo la compostura, pero una chispa de irritación brilló en sus ojos.

-No es asunto tuyo-respondió cortante-Preocúpate por tus propios asuntos, Suigetsu

-Por eso lo digo, si ya te aburriste ella podrías dejar que me divierta un poco, estoy jodido, y ella esta disponible.- Dijo Suigetsu con una sonrisa maliciosa dibujada en su rostro.

El sharingan empezó a brillar en sus ojos, una señal clara de que su paciencia estaba llegando a su límite, pero de esto no era consiente suigetsu pues el se encontraba de espaldas a Sasuke buscando algo para comer al tiempo continuaba hablado de la Haruno.

-¿Qué dijiste?- dijo Sasuke entre dientes, su voz apenas salió en un susurro peligroso.

-Oh, vamos, Sasuke, no finjas que no lo has notado- dijo con una risita burlona- Desde que esa chica está contigo, ha estado... cómo decirlo... floreciendo. Su cuerpo se ve mejor que nunca, ¿no crees? Especialmente ese trasero... es difícil de ignorar, tu ya te aburriste, la escuche suplicar piedad mientras venia para acá, la volviste a encerrar, deja que me divierta con ella.

La ira de Sasuke alcanzó un nuevo nivel, y antes de que pudiera contenerse, se lanzó hacia Suigetsu con una velocidad impresionante, agarrándolo del cuello y empujándolo contra la pared más cercana.

-No vuelvas a mencionar el nombre de Sakura de esa manera. O te aseguro que lamentarás haber abierto la boca- Del cuerpo de Sasuke comenzó a emanar una carga eléctrica que termino tocando Suigetsu que nada pudo hacer, el chico termino inconsciente sobre el piso.

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asuke entró en la habitación y se encontró con Sakura llorando. La visión de ella en tal estado apretó algo en su pecho, pero se obligó a mantener su expresión impasible. Sin embargo, cuando ella corrió hacia él y lo abrazó, esta vez no la apartó. En lugar de eso, envolvió sus brazos alrededor de ella, permitiéndole buscar consuelo en su abrazo.

-Sasuke...- susurró Sakura entre sollozos, aferrándose a él con fuerza. -¿Por qué... por qué estás haciendo esto? ¿Por qué me lastimas de esta manera?-

Sasuke no respondió de inmediato, dejando que el peso de sus palabras colmara la habitación antes de encontrar las suyas propias.

-¿De qué estás hablando, Sakura?-dijo con calma, aunque su voz estaba cargada de tensión.

Ella se apartó de él lo suficiente como para mirarlo a los ojos, sus propios ojos rojos y húmedos por las lágrimas.

-¡Esas mujeres,Sasuke! ¡Las vi contigo! ¿Cómo puedes... cómo puedes traer a otras mujeres.-

Sasuke frunció el ceño ante la acusación, una chispa de frustración brillando en sus ojos oscuros, y sin saber por qué él quiso dar explicaciones.

-No las toqué, Sakura- respondió con voz firme-Después de traerte, salí de la guarida y no regresé hasta el amanecer.

Sakura lo miró con incredulidad, su expresión una mezcla de dolor y confusión.

-Pero... pero ¿por qué? ¿Por qué tendrías a esas mujeres aquí si no tenías intención de... de...?

-No tenía intención de nada- interrumpió Sasuke, su voz un susurro cortante-No eran más que compañía. No significaban nada para mí.

Las palabras de Sasuke resonaron en la habitación, pero no pudieron calmar por completo el dolor en el corazón de Sakura. Aunque él afirmaba que no había hecho nada con esas mujeres, el simple hecho de su presencia allí, de su posible intimidad con ellas, era suficiente para herirla profundamente.

Sasuke la miró a los ojos, su expresión un tanto indescifrable.

-Tu dijiste que no soy diferente a ellas, tu, las besaste, yo te vi, estaba e la cama y dejaste que te besaran, dejaste que t tocaran cuando por años a mi no me dejabas si quiera acercarme a ti, ¿Qué clase de hombre eres?, Yo era virgen, tu no te cansaste de decirme que era una golfa por estar con Naruto pero yo ere virgen, yo estaba limpia y tu al contrario dejas que cualquiera te bese.- Sakura se alejo de Sasuke, estaba molesta asqueada.

Pero al mismo tiempo estaba feliz de que el estuviera ahí, era enfermo, completamente toxico.

-Sakura...

-Matame...-pidió Sakura.-Matame por favor, no se que esta pasando conmigo, te odio Sasuke, te odio tanto pero al mismo tiempo no quiero que toques a otras, no quiero que me dejes sola, no quiero que exista nadie mas para ti, me enferma sentirme así, quiero golpearte, quiero gritarte y pedirte que te vayas pero al mismo tiempo solo quiero besarte, que me toques, que estemos todo el jodido día juntos teniendo sexo, creo que he enloquecido, Sasuke...

Sakura comenzó a llorar, estaba asustada, confundida.

Pero no era la única que se sentía así, Sasuke se acerco a ella para posteriromrte tomarla con fuerza d ellos hombros y obligarla a mirarlo.

.Matame- Volvió a pedir Sakura.

Sasuke negó con la cabeza.

-Quiero matarte...quiero hacerlo, pero no puedo, te detesto, detesto todo lo que me estas haciendo sentir, y si es que tu has enloquecido por sentir todo eso, entonces estoy igual de demente que tú.

Sasuke se inclinó y beso a Sakura.

-Si tu mueres, yo muero. - Susurro Sasuke para después tomar a Sakura justo como ella quería.

Por que el síndrome de Estocolmo no solo lo sufre la víctima....

Puccalovelin. 

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⏰ Última actualización: May 10 ⏰

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