FIVE

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    Cuando HoSeok despertó, fue muy temprano, y como se había dormido muy tarde apenas fue capaz de dormirse como por 3 horas. En realidad, nadie había descansado precisamente bien, ni siquiera los niños quienes terminaron siendo llevados por HoSeok y JiMin a casa de unos familiares, a un par de cuadras de distancia.

Los dos jóvenes se habían dormido en la sala, más sentados que recostados en los sillones, los padres de Tae durmieron en su respectiva habitación, o eso creyeron, pues cuando HoSeok se levantó y fue al baño se encontró con que la madre de su novio estaba dormida abrazando las sábanas de su hijo, en su recámara.

Fue una noche horrible, para todos, y HoSeok tenía el presentimiento de que sólo era la primera. Esperaba equivocarse, y que la llegada de su tía trajera buenas noticias.

—¿HoSeok? —dos golpes en la puerta del baño acompañado de su nombre hicieron que respondiera con un "¿Sí?", el padre de Tae suspiró y se recargó en la puerta— ¿Te ha contestado?

El muchacho se levantó y bajó de la palanca, tras asearse, abrió la puerta encontrándose con el rostro agotado de su suegro, quien bajó la cabeza al ver como HoSeok negó —Lamentablemente no responde, no entra ni la llamada desde ayer, después de... bueno. —miró a la puerta abierta del cuarto de TaeHyung, el hombre no necesitó voltearse para saber que miraba a aquel punto. Le dio unos golpecillos en los hombros.

—N-no perdamos la fe, esa mujer, tu tía, vendrá a ayudarnos.

Se sorprendió al darse cuenta de que no era el único aguardando por la llegada de esa mujer, le sonrió al adulto y asintió, sintiéndose ligeramente más animado.

—¿Tiene hambre, señor Kim?

Este le miró y hasta rió, asintiendo. HoSeok le aseguró que le seguiría en cuanto terminara de lavarse las manos y el rostro, lo cual hacía tranquilamente el espejo frente a él se abrió, haciéndole retroceder espantado creyendo que le golpearía en la cara. Pero no, apenas se abrió ligeramente, incluso creyó que ese espejo-puerta del gabinete había sido mal cerrado por alguien, pero... seguía siendo extraño.

Siempre le habían dado muy mal rollo todo lo relacionado con fantasmas y apariciones, pero en ese momento, luego de todo lo que había vivido la noche anterior no sentía tanto pavor. Claro que temía, pero por su novio.

Se acercó a la puerta, abriéndola para fijarse en el interior del gabinete, buscando algo, alguna pista que Tae quisiera mostrarle, pero aparte de revelarle donde estaba la pasta de dientes que estuvo buscando el día anterior, no había nada interesante. Con un suspiro la cerró, incluso esperando ver a Tae detrás de él por medio del reflejo, pero sólo se encontró con su cara y expresión cansada. Mojó ligeramente su rostro, estando a punto de salir cuando un crujido bajo su pie captó su atención.

Alguien se había puesto una bandita y no tiró la envoltura, el chico se agachó y la tiró sin mayor esfuerzo, luego de eso se dirigió a la cocina para ponerse manos a la obra, preparando el desayuno para todos. Fue algo simple, pero delicioso, al menos eso pensaron los hombres al probar la combinación de carne y verduras cocidas. El adulto mayor insistió que HoSeok fuera a despertar a JiMin mientras él les servía el desayuno, por lo que HoSeok fue a moverle del brazo hasta que su tierno amigo de grandes mejillas reaccionó.

Prácticamente le llevó de la mano hasta la mesa, donde comenzaron a comer primero los tres hombres, no aguardando mucho cuando él señor se levantó llevándose una taza con té hacia donde dormía su esposa. En ese corto momento que se ausentó el adulto, JiMin se acercó a HoSeok para preguntar susurrando —Hyung, ayer... ¿En serio vieron su mano?

El asentimiento como respuesta no tardó en llegar —Sí, los dedos salieron por debajo de la puerta —todo eran susurros, pues el día anterior tras el momento angustiante nadie preguntó, nadie pudo explicar qué había ocurrido, por lo que JiMin dedujo qué había pasado al estar escuchando los gritos desde el exterior de la casa, aparte de lo que lloraron los padres de su amigo hasta tarde—. Espero que el que le hayamos visto sea una buena señal.

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