NINE

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     Aunque Helu dijo que no necesitarían más que estar juntos todos en la sala, mucha concentración y fuerza, la madre de TaeHyung decidió poner de las velas preferidas de su hijo, aromáticas con un rico olor a manzana dulce. Dejó una en la sala y dos en el cuarto de su hijo.

—Le ayudarán a venir a casa.

Hoseok solamente le vio, decidiendo apartarse para tratar de marcar el número telefónico de su novio en varias ocasiones, fallando en todas porque la llamada ni siquiera se realizaba. Entre más instrucciones que dio la mujer, estaba que debían encontrarse en la sala, y que para resultado más eficientes TaeHyung tendrían que estar también en la sala, por lo que ante los nulos resultados que obtenía de las llamadas, HoSeok decidió dejarle un mensaje corto y directo, con la esperanza de que ese sí lo recibiera.

Apenas lo mandó, llegó otro mensaje casi como respuesta, emocionado vio la notificación hasta que notó que era de su hermana. No había terminado de leer cuando la pantalla completa cambió anunciando una llamada de parte de su madre.

—Hola, omma.

—¿De verdad está mi hermana contigo? —la ausencia de un saludo le mandó una mala señal al joven.

Debía de suponerlo, algo le dijo que guardara el secreto cuanto pudiera, ni a su propia hermana le había contado por mensajes —Sé que tía Helú puede ayudarnos.

—HoSeok... yo no confió en ella —confesó—, no porque no crea que pueda ayudarles, tu hermana me contó qué sucede pero... esa mujer es rara, ¿Olvidas lo que te hizo de niño?

—No, no lo recuerdo, y no pudo ser tan malo, dices que salí llorando de su casa pero estoy seguro de que debió de ser por las imágenes que tenía, me asustaban. Pero eso ya no importa, lo que me importa es TaeHyung.

—Ella quería enseñarte a ser cómo ella, siempre me dijo que tenías un don. No la escuches, apenas recupere a tu novio tratará de llevarte con ella, pero no lo hagas mi niño, por favor.

HoSeok no entendía su preocupación —No lo haré, a mí solo me interesa que Tae venga sano y salvo.

—Por favor... te quiero en casa, conmigo, vuelve pronto.

Miró a su alrededor, JiMin le miraba curioso, el resto no estaba a la vista —No volveré hasta que TaeHyung esté con su familia.

Como no se necesitaba decir más, la llamada terminó con HoSeok colgando y suspirando, sin tener tiempo a pensar en algo más cuando unos lloriqueos alertaron a todos. HoSeok fue de los últimos en salir de la casa, todos hacia el jardín donde se encontraron con Soonshim tirada al lado de su casita de madera, llorando y dando vueltas.

HoSeok y JiMin se miraron preocupados por la perrita, angustiados porque estuviera lastimada o algo la estuviera hiriendo, pero el padre de familia mientras se acercaba, parecía calmado, agachándose lentamente —Soonshim —ella respondió con un largo quejido, quedándose acostada y llorando levemente—, ¿Le ves?

Antes de que pudieran preguntar, la madre de TaeHyung les dio una respuesta —Así se pone cada que Tae regresa a casa...

Nadie se atrevió a acercarse e intervenir, ella lloraba a alguien que ellos no podían ver, a quien Helu podía sentir cerca. El extraño evento no duró tanto, Soonshim se metió a su casa y se quedó recostada con un gesto triste que se contagió rápidamente —Entren, la hora se acerca. —dio la instrucción, preguntándose qué tanto podrían tardar en recuperarse de esa tristeza que podía ser tomada como debilidad por quien tenía atrapado a TaeHyung. Sería complicado formar un contacto con él.

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