Hoy.
Quizá era otro día. Pero eran las mismas paredes, el mismo techo, las mismas escaleras y barandillas de mármol, los mismos cuadros y jarrones sin una pizca de polvo. El olor a rosas era igual, la corona seguía donde debía estar, los almohadas aterciopelados acomodados perfectamente uno al lado de otro en ese esponjoso sillón color crema. La ropa que usaría este día (la mucama siempre se elegía mi ropa y así se quedaba, no me dejaban cambiarme) perfectamente pensada para otro día templado.
Como siempre, me levante y me senté en la cama mirando la ventana. ¿Por que esos pájaros podían volar libremente, y yo no? Fui acomodando mis pantuflas a mis pies y camine hacia el baño acomodando mi pelo enmarañado. Cuando por fin llegue, cepille mis dientes y mi cabello. Era la misma rutina de cada día de cada semana de cada año.
Ate mi pelo, que tenia el color de una castaña igual que mis ojos, y me vestí con la ropa que estaba en la silla. Todo mi cuarto estaba perfectamente organizado para una chica delicada. Baje las escaleras deslizando mi mano por la barandilla fría y esperaba escuchar alguna voz. Pero como siempre, ellos salieron a caminar antes de que me despertara. Mi dulce nana (La cual se llama Amelia y era la encargada de las comidas) estaba preparándome las tostadas de nuevo.
Quizás era otro día, pero los momentos y el lugar seguían siendo el mismo.
Siempre tuve esa fantasía de escapar, me llenaba de emoción la idea de que podría dejar la vida autónoma que llevaba por algo mas... divertido. Sentía que era el momento. Había estado planeando esto durante mucho tiempo.
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Error 404
AdventureJamas sentí que pertenecía allí, sentía todo tan cuadrado. Tenia mi vida planeada ahí. Cada momento, cada vestido, cada peinado, y, hasta quizá, palabra. Y mi inconformidad me llevo a una ciudad que totalmente desconocía, y estoy decidida a jugar mi...