Pasamos horas ahí, comiendo y hablando. Hablamos de cosas no tan interesantes en un principio. A veces el tema rondaba sobre el, a veces sobre mi y a veces sobre Willow. Conocí mucho de el, en principio, se llama Sean. Sean tiene 19. Vive en Washington desde hace 3 años, tiene un hermanito menor (se llama Dane) y sus padres siempre están de viaje, por su trabajo. Y a mi parecer le encantan los dulces, ya que se la paso pidiéndolos en la pastelería. Su aire era cómodo, es decir, el tenia un aire confiado, como si el pudiera decir cualquier cosa y aun así lograr que yo asintiera, como si después de decir lo que le salga, nadie le negaría nada. Era obvio que el era mas que solo exterior y ojos claros, el podía ser muy sincero si quería. Estaba abierto a todo.
Después de comer y que el pagara la cuenta, me percate inmediatamente cuando salí del lugar que estaba bajando el sol, lo cual, en mi posición, no era beneficioso. Empecemos desde el punto en que no tengo dinero, luego que no conozco a nadie, seguido de que no puedo confiar en muchas personas aquí y después, no tengo donde dormir. Intentaba esconder mi cara de preocupación mientras peinaba a Willow, que estaba entre mis brazos, con mis dedos despacio. Obviamente el se dio cuenta de eso, o por lo menos eso sentía en su mirada un poco preocupada. Hasta que sugirió la idea del año.
Acampar.
Esa idea pudo ser mi entrada al paraíso. O eso creía, hasta que me entro un miedo, que me paralizaba, cuando entrelazo su mano con la mía (quiero suponer que no fue su intención, esa vil acción fue la culpable de que mi corazón diera un vuelco y latiera a mil por segundo) y me llevo a su departamento, para buscar los objetos necesarios para la salida. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que no era un hombre cualquiera. Sean era un hombre de clase, me refiero, clase alta. El tenia un trabajo, pero de medio tiempo, por lo cual intuí que ese gran lugar no era de el, sino de sus padres.
Apenas y pise su sala de estar, me daba demasiada vergüenza entrar a la casa de un desconocido, pero estaba muy bien decorado y todos los colores daban una sensación de comodidad que me resultaba infinita. Sus paredes eran de colores crema y sus muebles de caoba, su sillón (grande, por cierto) era gris claro, y como no notar esa gran tv que gozaba de una vista excelente de la habitación desde la pared. Habían ventanas amplias que dejaban pasar la luz en abundancia y, que no les faltaban grandes cortinas. Willow parecía que había visto un ángel pasar, ya que con la cara con la que miraba las plantas y flores del lugar no podrías imaginarte otra cosa. Tengo poco conocimiento sobre que especies de flores que hay en existencia, pero sin duda había amapolas azules (que no son mis favoritas), seguidas de algunas Blue Bells y luego unas pocas convolvulus tricolor (escondidas entre las blue bells, ya que son frágiles y pequeñas). El conejo parecía que se moría de ganas de meterse entre las cobijas perfumadas y coloridas de esas flores. Pero intente contenerlo lo mas que pude.
Estaba tan ocupada fijándome en cada detalle de su mundo, que olvide el hecho de que iba a irme de campamento con un extraño. La idea ya no me parecía tan rara, ese lugar me inspiraba confianza. Un rato después (corto, para especificar), escuche su voz, gritando, que ya tenia todo planeado. Luego lo vi viniendo hacia mi. Llevaba dos mochilas en una mano y una canasta en otra. ¿De verdad los hombres necesitaban dos mochilas?
Eso pensaba, hasta que me dio una.
- Y ¿esto? - le dije, pensando que quería que cargara con una.
- Es ropa, por si quieres cambiarte. - dijo con normalidad, con una sonrisa.
- A donde vamos a acampar?
- A un pozo, cariño. - lo dijo en tono sarcástico. Le di una risa de burla y le sonreí.
- De verdad, a donde?
- Fuera de la cuidad. Hace unos días encontré un bosque que, cuyo interior, estaba lleno de lleno de un color verde intensamente natural. Pensé que te gustaría.
Sean.
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Tarde MUCHO en organizar este capitulo.
Si les gusta la historia me harían un gran favor en recomendarla. Gracias por leerla, aprecio cada leído y voto.
Atte: Autora :3

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Error 404
AventuraJamas sentí que pertenecía allí, sentía todo tan cuadrado. Tenia mi vida planeada ahí. Cada momento, cada vestido, cada peinado, y, hasta quizá, palabra. Y mi inconformidad me llevo a una ciudad que totalmente desconocía, y estoy decidida a jugar mi...