IV

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Era como si se hubieran vuelto partículas de polvo.

Curiosamente, era tranquilizante. Tome mis cosas y empece a caminar en una dirección fija esperando a encontrar, quizá algo como, Las Vegas o París. El calor no era sofocante, pero tampoco cómodo, así que no tuve otro remedio que atarme el pelo, cosa que no siempre me gustaba. Menos cuando no tenia una bandita presente, tuve que atarmelo con mi propio pelo. 

Willow estaba entre mis brazos, no iba a hacer que un pobre conejo caminara tanto tiempo, no se cansan? Solo cuando lo alzaba sentía que iban a pasarme cosas buenas. Era como un presentimiento, siempre acertaba. Por mi mente se cruzo lo que había pasado hace unos momentos. Porque todo había desaparecido como un simple "Puf". Tengo que saber que significan, no es solo cuestión de adivinar, es mas que eso. No porque sea difícil es imposible.

Ni lo imposible es imposible porque se pensó, y eso lo hace menos imposible.

Tengo que saber que significaban esas letras. La puerta tenia dos E, dos D, una P y ahora una S. Inmediatamente pensé un millón de cosas acerca de esas palabras. Pensé juegos, patrones, mezclas, sopas de letra, libros, etc. Pero como ya las había pensado, ya no eran esas.

A medida que me hundía mas en mi mente buscando asociar un significado, me tope con lo mas glorioso que pude haber visto en toda mi vida: Una carretera. Solo tenia que seguir algún extremo y ya estaría en algún lugar. Me preguntaba que seguía ahora, quizá ahora viaje por el mundo. O conozca gente. O le consiga una parejita a mi mascota. Intente dejar de imaginar mi futuro y emprendí mi viaje al lado del asfalto. 

Veía gente pasando con sus autos. Algunos tranquilos. Otros rápido. Me preguntaba que era de sus vidas, como crecieron, quienes son, si mataron a alguien o le enseñaron a una roca a hablar. Veía las patentes e intentaba memorizarlas, era como un juego. Hasta que, se cruzo un auto con algo amarillo arriba que traía unos números. Se paro y bajo la ventana. Estaba fumando.

- Hola señorita - Dijo con voz gruesa este señor. Me inquieto un poco, que quería?

- Hola.

- Quiere que la lleve? - Sono amable, no pude evitar esbozar una sonrisa.

- Claro, a donde vamos? - Tenia un poco de miedo, no sabia quien era, o si me cobraría.

- Washington D.C.

- Como es? - Es tanta la curiosidad, quería saber todo.

- No hay palabras, señorita, de donde viene? Cual es su historia?

La conté, saltándome la parte de mi hermano, mi madre y las puertas. Willow estaba un poco inquieto, no se lo que le pasaba. Quizá quería acomodarse bien para dormir. Lo acurruque mas de lo que estaba boca abajo y acaricie su lomo para que se tranquilizara. Pronto se durmió. El cielo se oscureció y las estrellas eran tranquilizantes. No quería que esto parara. El asiento era cómodo y no hacia calor ni frió. Apoye mi cabeza a un lado y pensé en todo lo que pase últimamente. Estaba a punto de caer inconsciente cuando me dijo:

- Tienes suerte de encontrarte un taxi, estabas a 100 km de distancia de W.

Suerte.

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ATTE: La autora n.n

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