LA CASUALIDAD EXISTE (TEENS IX)

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Las vacaciones transcurrían tan lentas que a María cada día se la hacía más insoportable.
Reuniones familiares, copiosas cenas y comidas, ratos ociosos, y millones de pensamientos sin orden de entrada ni salida de su cabeza.
- Hola chicas - escribió Paula.
- Hola - contestaron todas.
- Queréis quedar mañana ? Podemos ir al cine, o a merendar....
- Más comida no por Dios, - dijo María.
- Bueno que podemos quedar todas juntas y contarnos como van las vacaciones.
- Te las resumo en una palabra: aburrimiento.
- Vamos María - contestó Andrea, prefieres ir a clase.
Como confesar que sí prefería ir a clase, pero no para estudiar precisamente.
- No es eso, es que me aburro con tanta reunión familiar. Mis primas son o bebés o demasiado mayores.
- Búscate un novio, jajajaja - dijo Paula
Oportuna, pensó María.
- Está bien quedamos en el centro comercial mañana y vemos que hacemos.
Al día siguiente María fue a su cita con sus amigas con bastante desgana, de hecho no utilizó ni tres minutos en arreglarse.
Cuando se juntaron todas, empezaron los cotilleos, cada una iba contando las novedades, especialmente amorosas, de las que se habían enterado.
Pablo estaba saliendo con Bárbara, Luisa estaba por Pablo y se había enfadado con Bárbara, Iván estaba por Miranda pero aún no se lo había dicho, etc, etc,
María no escuchaba con demasiada atención.
De pronto a María se le incendió la cara, estaba roja como un tomate y dio la sensación que intentaba ocultarse.
- Que ocurre María? - preguntó Paula.
No se lo podía creer, había visto a Javier, y ella con esas pintas, por qué no se había arreglado más?
- Esto solo me pasa a mí.
- Nada...
- Segura?
- Vamos al cine, rápido que empieza la película.
- Pero ...
- Vamossss
Todas la siguieron hacia las taquillas del cine, un poco desconcertadas, pero algo había que hacer esa tarde.
Ni siquiera una vez sentada en la butaca del cine podía dejar de temblar. La película era un rollo, bueno, realmente no sabía ni de que iba, no prestaba ninguna atención.
A los diez minutos se levantó y dijo que iba a por un refresco.
- Que rara está - comentó una de sus amigas.
María salió de la sala y respiró profundamente como sí no hubiera suficiente oxígeno para ella.
Una vez calmada, cogió el refresco y se dirigió de nuevo a la sala. Al abrir la puerta se quedó paralizada, alguien salía de la sala a la vez que ella entraba.
Era él, él, él, Javier.
Él aunque sorprendido, reaccionó antes que ella y la saludó.
- Hola María, que tal?
- Hola
- Javier
- Qué?
- Digo que me llamo Javier.
- Ah, sí, perdona. Estoy con unas amigas....
- Me alegro de verte.
- Porqué? - dijo María de manera estúpida.
- Porqué qué? - contestó Javier.
- Quiero decir que porqué te alegras.
- Bueno, siempre es agradable ver una cara conocida, y si es tan bonita como la tuya.
María estaba a punto de desmayarse, encima era educado, agradable, y seguro que un mentiroso. Seguro que lo dice por compromiso.
- Gracias, yo también me alegro de verte, - dijo apenas sin pensar.
- Vienes mucho por aquí? - preguntó Javier.
- No, bueno a veces.
- Otro día podemos charlar más tranquilamente, sí quieres, sí coincidimos claro.
- Sí, sí coincidimos - dijo María.
Aquí vengo yo todos los días, - pensó.
- Pues lo dicho, hasta otro día.
- Adiós Javier.
Era la primera vez que pronunciaba su nombre.
- Cómo has tardado tanto? - preguntaron sus amigas.
María se sentó y ni contestó.
Para Javier ese encuentro había sido lo mejor hasta ahora de las vacaciones, breve pero emocionante.
- Tengo que contárselo a Clara - pensó.
Y fue lo primero que hizo, cogió su móvil y escribió.
- Clara, he visto a mi "ángel"...

Amor y desengaño de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora