Aún lo recuerdo, el tres de diciembre...
Iba presuroso, con un ramo de rosas en mis manos, ella ya me había rechazado, pero quería intentarlo apropiadamente, esa vez fue solo una pregunta ocasional, pero después del tiempo que pasamos juntos, tal vez algo cambió.
Para variar iba corriendo porque se tardaron dándome las flores y posiblemente llegaría apenas a tiempo. Hoy no es día de clases, hoy habrá una posada en la escuela y mi plan es... Pasar con ella este día, llevarla a comer algo delicioso, jugar en los puestos, ganar algún peluche enorme para ella, platicar, bailar y por la noche veremos los fuegos artificiales, entonces justo antes de eso le daré las flores y le diré. Será un día inolvidable.
Ya en la escuela busqué a Heather. No la encontré en las aulas ya que estaban cerradas, solamente algunas estaban abiertas porque ahí se llevarían a cabo algunas actividades pero tampoco estaba ahí... Caminé entonces hacia mi casillero para guardar las flores y mi chamarra, por ahora no hacía frío, me quedaría con la bufanda solamente porque sería incómodo andar por ahí cargando, cuando estaba por cerrar mi locker la vi pasar por el pasillo perpendicular al que yo estaba, se veía hermosa, con esa sonrisa siempre deslumbrante y su cabello castaño al aire, me quedé como el idiota que soy, admirándola, con esos bellos labios, y su ropa, esa bonita gabardina, y esas lindas medias que contornean su silueta a la perfección y ese Senpai tan... ¿Eh? ¿Se-senpai está con ella?... Mis ojos se abrieron enormes al ver que su acompañante era nada más y nada menos que Seito Senpai. Estaba atónito, al punto de que ni siquiera cerré bien mi locker por ir tras ellos y confirmar lo que veían mis ojos. Entonces al ir detrás, los miré bien, y solamente pude pensar una cosa... ¡Mierda!
¡Soy un estúpido! Jamás la invité a ir conmigo a la posada, era obvio que no estaría sola, pero Seito Senpai, ¡Eso jamás lo hubiera esperado! Él ni siquiera habla con nadie y ahora de repente ¿Viene acompañando a MI Heather? Maldita sea, ¡Y además luce mejor que yo! ¡Cuando él ni siquiera se peina normalmente! Eso quiere decir que... Me frené en seco, y un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando pensé aquello, cuando finalmente caí en cuenta de que... A Senpai le gusta Heather, esa es la única razón lógica por la que hoy Senpai vendría, él no suele estar en este tipo de eventos, y si se arregló para venir, solamente podía ser para estar con ella... Y yo, sólo soy un estúpido.
No sabía qué estaba haciendo... O por qué, pero me dispuse a seguirlos de cerca, mi última esperanza es que no fueran más que amigos y que tal vez ella lo rechazara o algo, cualquier cosa que me pudiera dar un poco de ventaja para acercarme. Esto es muy distinto a lo que tenía en mente cuando venía para acá, no solo no tengo a Heather conmigo, sino que la estoy siguiendo porque va junto a Senpai, el tipo que casualmente comenzó a responder a mi saludo matutino no correspondido de la nada, ahora lo veo, él quería acercarse a Heather solamente, y el día que yo me fui temprano a casa y él se quedó ¡Sí! Seguramente por aquellos días él aprovechó para invitarla ¡Maldita sea! Y para colmo ellos dos se ven... Radiantes juntos...
¿En qué momento? ¿Por qué? Simplemente seguí así el resto del día, mis planes de estar con Heather habían cambiado por seguirla como una sombra, viéndola a ella y a Senpai, que estaba ocupando el que quería que fuera mi lugar, haciendo todo lo que tenía planeado con la chica que me tenía enamorado como un idiota, mientras yo me convertía solamente en un espectador.
Los seguí por todas partes, por la casa de terror, donde ella se aferró a su brazo y él como todo un caballero la abrazó, por los puestos de comida, dónde él pagó todo para ella, por los juegos de dardos y destreza, dónde él ganó el mejor y más grande oso de felpa para ella, por la rueda de la fortuna, donde ella recargó su cabeza en su hombro, por la fuente, donde ellos lanzaron monedas y pidieron un deseo, por los juegos mecánicos, en los que ella lo tomó de la mano porque parecía que Senpai estaba algo nervioso, pero cuando ella lo miró, pareciera que bastó para que olvidara todas sus preocupaciones y simplemente disfrutara de ese momento con ella. Y así después de ver todo aquello terminé aquí donde inicié, enfrente de mi locker, solo que estaba vacío, las flores y mi chamarra no estaban, supongo que como olvidé cerrarlo bien era de esperarse que alguien tomara mis cosas para molestar o simplemente porque se le dio la gana, ya no me importaba, ni siquiera ir con el frío que hacía, porque el único frío que sentía en este momento era el de mi alma.
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Heather
RomanceUkyo creía que era un chico normal... Pero ¿Qué es a lo que llamamos normal?