¿Amor? ¿Amistad? ¿Familia?
¿Cuál es más fuerte?
¿Alguien podría elegir a su novia por arriba de su madre? ¿O a su hermano? ¿Amigo?
Rosé sabía que su madre no le hacía bien a ninguna de las personas que amaba, pero después de todo es su madre ¿No?
...
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La puerta de la sala fue abierta de par en par, dejando ver a dos siluetas que tranquilizaron a los secuestrados en cuestión de segundos.
—SeungChul, —exclamó la pelinegra con total sorpresa plasmada en su rostro, —¿qué haces aquí?
—¿Qué no es obvio? ¡Secuestraste a mi hijo! ¿En qué diablos estabas pensando, YangMi? —El hombre era bastante intimidante. YoonGi y Rosé eran los más confundidos en esa situación, pero les tranquilizaba ver a Lalisa detrás del furioso canoso que enfrentaba a la señora Park. Ella simplemente les hacía pequeñas señas de que no se preocuparan, había un plan.
—Lo siento por ti, Seong, pero era necesario para finalmente adueñarme de LG.
—Encima de loca, eres terca. Te expliqué muchas veces porqué no te dejé la empresa a cargo, no eres capaz de manejarla como corresponde ¡y encima me robaste! Deja a estos niños en paz, no tienen nada que ver con nuestros problemas. —La pelinegra dudó un poco mientras dejaba el arma de fuego en uno de sus bolsillos, observando a su al rededor a todos los presentes.
—¿Acaso si los dejo ir, LG es mía sin más complicaciones?
—¡Hey!
—Tú cállate, Jisoo, —le reclamó con enojo. Ese parecía ser un tema personal completamente ajeno a la tregua que habían armado, pero Kim Jisoo nunca dejaría que sus planes fueran arrebatados. Y es entonces cuando levantó el arma en dirección a YangMi, claramente poniéndose en su contra.
—A mí no vas a callarme, —sonrió tétricamente, relamiéndose los labios, —mataré a cada persona en esta habitación, a todo a quien me impida quedarme con Rosé. Y comenzaré contigo de ser necesario. —Todos allí sintieron un escalofrío recorrerles el cuerpo en lo que veían a la castaña oscuro y oían sus palabras. Estaba loca, completamente loca y mal de la cabeza. Una asesina posesiva y sádica.
¿Qué deberían de esperar de sus vidas ahora? Hasta JungKook se apartó de su lado retrocediendo con miedo.
—Tranquilízate, Jisoo, —murmuró Rosanne que seguía en sus manos, —ellos no harán nada.
—Y más les vale, antes te mato a ti a que me lleven presa y vivas tu vida tranquilamente sin mí a tu lado, pequeña Rossie. —La levantó del suelo y la dejó parada aún sosteniendo su cintura. Probablemente lista para salir por aquella puerta de la entrada, manteniendo a todos bajo amenaza.
Pero antes, pegó un tiro de advertencia que aterrizó justo a un lado de YangMi, quien brincó del susto. Quizás no debió haber hecho eso.
De un momento al otro, se escuchó una fuerte explosión en los pisos de abajo, y las pocas ventanas de la habitación en la que se encontraban fueron rotas sorpresivamente, explotando en miles de pedazos.
Todos se encubrieron intentando no salir lastimados, hasta que se dieron cuenta que se trataba de la policía. Park y Kim se miraron cómplices y entonces les quitaron el seguro al arma, listas para disparar observando a sus objetivos. Y lo hicieron. Dos disparos que entumecieron sus oídos sin permitirles escuchar lo que estaba pasando.