"Decisiones"
Una palabra con 10 letras y con una gran responsabilidad en ella, todos nos hemos encontrado en la encrucijada de elegir entre 2 o muchas cosas, pero ¿Hemos elegido lo que queremos o lo que debemos elegir?
Quiero que te plantees esa...
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Viernes 11 de noviembre (Nuevos cambios hereditarios)
El día había transcurrido como todos los anteriores, éramos Kendall, Evan y yo, los demás chicos continuaban con su búsqueda de la persona tras el reportaje.
Kendall por lo menos saludaba a Tyler, el chico buscaba siempre un pretexto para poder estar unos centímetros cerca de ella, ya no se le veía tan deprimida, mi relación con Evan se estaba volviendo más cercana, íbamos a caminar, hablar o simplemente sentarnos a comer helado en un parque, lastimosamente yo no podía quererlo de la forma en la que él lo hacía, Hero se había metido en mi cabeza y aunque no lo quiera aceptar también en mi corazón, solo intercambiábamos miradas y sonrisas fugaces, Alex y Meina nos saludaban, hablábamos lo esencial.
En la noche, decidí hacer un maratón de series, no tenía tarea por hacer y sentía que me lo merecía, después de todo era viernes, estuve pegada al televisor, capítulo tras capítulo de Arrow, en mi otra vida Oliver Queen había sido el padre de mis hijos, ya había terminado la 2.ª temporada, cuando todo sucedió.
Comencé a sentirme mal, sudaba mucho y mi corazón estaba acelerado, decidí pararme de la cama en busca de mis padres, pero caí al suelo por el mareo que sentía, todo daba vueltas, con un hilo de voz solo pudo salir una palabra: Ayuda, seguido de eso perdí el conocimiento.
Desperté luego de unos minutos inconsciente, me encontraba sombre mis manos, pero ya no lo eran, estaba sobre patas, si como leyeron, fui caminando algo torpe sobre mis nuevas patitas hacia el espejo que había en mi habitación, al verme no podía creerlo.
El cristal reflejaba un lobo de pelaje sumamente blanco, con ojos amarillos, sucedió lo que la abuela Grecia y papá me habían dicho, mi primera transformación, lo único que podía hacer era observar mi nueva apariencia, intente hablar, pero adivinen, había olvidado que era un canino y en vez de salir palabras, salió un ladrido.
Mis padres al escucharlo, subieron corriendo las escaleras, abriendo de golpe mi puerta y al verme los dos estaban absolutamente sorprendidos, papá fue el primero en hablar.
-Mi pequeña, mírate tan hermosa, un lobo blanco, al igual que tu abuelo solo que con mis ojos, espero que no haya sido tan mala la transformación, casi siempre es algo leve.- Dijo sentándose en mi cama, a lo que yo me acerqué y comenzó a acariciar mi nuevo pelaje.
-La abuela Grecia estará aquí dentro de poco y podrá ver en la hermosa criatura en la que te has convertido.- Dijo mamá acariciándome también.
Estuvieron toda la noche conmigo, me acurruqué con ellos, los lamía con emoción, trasmitiéndoles en gestos, lo que no podía en palabras, al parecer volvería a ser yo cuando la luna llena ya no estuviese. Nos quedamos dormidos en mi cama, por lo menos mañana sería sábado, no tendría que ir como zombi a la escuela.
