los primeros rayos de sol

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Narra Alice Black

Llamé con fuerza a la puerta y me abrió Lee todavia medio dormido.

- ¿Alice? ¿Que haces aqui a las 6:45 de la mañana?

- Quita Lee, ¡FRED, GEORGE! ¡ARRIBA! — estiré de las sábanas de sus camas y se levantarón adormilados y algo molestos por despertarlos de aquella manera.

- ¿Qué te pasa, Alice?

- ¡FRED! ¿QUÉ LE HABÉIS ECHO A ARIENNE?

- Tranquila fiera, relájate. Solo era una bromita de bienvenida a Hogwarts. 

- Y por cierto ¿Que has venido? ¿En pijama? — George se levantó de la cama e intentó ubicarse en la conversación.

- Pues mira, o venía yo en pijama o venía Arienne con su varita a daros la paliza de vuestra vida.creo que soy la mejor opción.

- No no, no hace falta. Mejor tú en pijama. — la cara de George transmitía a la perfección lo que pasaba por su mente en aquellos momentos, Ari martirizándolos a golpes mientras ellos dos se arrepentían. La verdad en el fondo me divertía pero también quería demasiado a los gemelos como para eso y además todos sabíamos que aún así y después de la golpiza ninguno de los dos cambiaría. Siempre seguirían haciendo bromas porque Fred y George sin una de sus bromas era como un jardín si flores, aburrido y sin sentido alguno.

- Por cierto, ¿esa es la receta del tinte que os dí?

- Exactamente — los dos respondieron orgullosos por utilizar una receta perfecta echa por la mejor alumna de pociones. Se que es demasiado ego pero, lo dijo Snape, no yo.

- Os mata — me mentalicé en empezar a acostumbrarme sin estar si esos dos. Todas sabíamos que una de las características favoritas de Ari era su pelo y tenerlo rojo durante una semana... no iba a ser fácil para ella. Sabía de sobra que vengaría su pelo, la conozco desde los 11 años, es vengativa por naturaleza y aún así siempre ha he querido.

- ¿Y por que? — Fred preguntó curioso y yo lo miré como si él fuera idiota, realmente era idiota. Casi nunca sabe bien gastarle una broma a un Slytherin, menos a una de nosotras.

- Idiota... al final de la poción, en mayúsculas y subrayado, tiene escrito que el tinte dura una semana.

- Fred....

- George....

Ambos se miraron a la vez con preocupación en los ojos. No los culpo yo conociendo como conozco a Ari estaría igual, puede que peor.

- Lee y Alice. Si, estamos todos. — ellos hicieron en amago de reírse, pero no podían, estaban asustados y se les veía en la cara, algo que a mi me hacia mucha gracia. Merecían como mínimo tener ese miedo durante unos días. Aún así me ofrecí a ayudarlos, no por ellos, sino más bien por Ari — No os preocupéis, probablemente esta tarde saque alguna poción para anular el efecto del tinte, son ingredientes muy básicos los que tiene la poción y se pueden anular con otros, creo. Si no, id buscando un buen sitio para que podáis esconderos, porque os va a hacer falta.

De repente Lee salió del baño arreglado y con el uniforme, algo que nos sorprendió a los tres porque ninguno lo vimos desaparecer del cuarto.

- Oye mirad, me muero del hambre y ademas me voy antes de que venga Arienne a daros una paliza — dijo mirando a los gemelos —. Os veo luego. — Lee salió de la habitación dejándonos a los tres solos.

-Eh... yo tambien me tengo que ir.

- ¿Y eso? Si siempre nos vamos juntos — George parecía extrañado y era normal, siempre iban juntos a la mayoría de los sitios.

- Eh, bueno... yo... he quedado con Libby para que antes de que empiecen las clases me ayude a recordar algo de encantamientos y astronomía, ya sabeis que soy malísimo en esas asignaturas. George, nos vemos en la puerta del Gran Comedor. Ali, nos vemos — Fred se vistió, cogió los libros y se fue, algo me decía que este se traía algo entre manos con Libby y no era estudiar, pero decidí evitar el tema.

Fred se fue tan rápido como sus piernas se lo permitieron. Fue entonces cuando George empezó a hablar otra vez conmigo.

- Bueno... Y ¿me puedes explicar que haces con mi sudadera de quidditch?

- ¿Qué? — cuando me quise dar cuenta de lo que llevaba encima ya era tarde, demasiado tarde. Me pregunté, llamándome idiota en todos los idiomas, porque no miraría la ropa antes de ponérmela — Pues... es que verás ¿te acuerdas cuando fui a ese entrenamiento en le que hacía mucho frío? Pues en ese. Me la diste porque tenías mucha calor y no te la pensabas poner más. Te la tenía que haber devuelto pero sabes que siempre se me olvidan las cosas.

- Ali, no pasa nada. Se que te la di, era solo una broma. Este año pienso comprarme otra junto con mi hermano, esas ya nos quedan algo pequeñas y logré convencer a mi madre de que la que tenía, es decir, la que tienes tú, se me perdió, entonces a accedido a encargarles otro par a la tienda. Además te queda muy bien, demasiado diría yo. — dijo acercándose un poco más a mí.

Estaba recien levantado, y en su pelo medio largo y revuelto de dormir se apreciaba mucho más el color rojo por los primeros rayos del sol, que a su vez que hacían que sus rasgos se marcaran mucho más de lo que ya estaban de por si. Sus pequeñas pecas se notaban mucho más y esos ojos verdosos se hacían mas profundos a medida que los iba mirando. No me estaba dando cuenta de que estaba embobada en él hasta que volvió a acercarse a mí.

- Eh, bueno, yo... yo creo que voy a vestirme. Todavía estoy en pijama y sabes que odio llegar tarde. — caminé hacia atrás nerviosa, lo que provocó una casi caída por tropezarme con un zapato de alguno de ellos, lo cual recibió un amago de intentar que no me cayera al suelo por parte de George — No no, no te preocupes, no es nada. Nos vemos en el desayuno. Adiós, Georgie.

- Adiós, Alice. — George se despidió y yo me fui, al principio tranquila para que él no notara nada, pero despues corrí como si se me fuera la vida en ello

¿Que acababa de pasar en aquella habitación? Y lo mas importante ¿Porque habia pensado eso de mi mejor amigo? No no no, Alice no, de tu mejor amigo no y encima me presento con su sudadera en la habitación. Con su sudadera, con su apellido y numero de jugador grabado en la espalda... entonces... por eso Lee y Fred sonreían tanto cuando me vieron entrar al cuarto. Por Merlín, que vergüenza mas grande.

Corrí por todo el pasillo lo más rápido posible para que nadie me viera ni pensaran nada raro. Cuando llegué a mi cuarto cerré la puerta y me tiré al suelo por el cansancio. Vi a Felicity salir del baño vestida con el uniforme y con el cepillo de dientes todavia en la boca.

- ¿Alice? ¿Y esas pintas de loca? ¿Y esa sudadera?

- Ayudame a levantarme Felicity, ¿quieres? — Felicity me dio las manos para ayudar a levantarme del suelo sujetando su cepillo de dientes nuevamente, en la boca.

- No jodas, Alice. Eso es de George. — Felicity tenía los ojos como platos en aquel momento.

- ¿Qué dices, Felicity? No digas bobadas. — Dije intentado ponerme de una manera que ella no viera la parte de detras de la sudadera, pero ya la habia visto, ya era imposible de ocultar.

- No, no intentes esconderte que ya la he visto. — contestó muy obvia y yo bufé.

- Vale. Si, es de George. Pero la tengo desde el año pasado en otoño, lo que pasa que no me la ponía y la tendria entre la ropa, entonces cuando fui a meter la ropa en la maleta se coló la sudadera, nada más. — dije intentando decir algo que me ayudara a salir airosa de la situación pero Felicity me conocía muy bien.

- Mira, ¿sabes que Alice? Yo no voy a discutir por esto, pero ambas sabemos que no. Ah, y por cierto, ¿no te piensas arreglar o que?

- Mierda. Las clases de pociones, llegamos tarde.

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💚✨

Te lo prometo [George Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora