adiós, tejón

126 4 0
                                    

Narra Alice Black

Lo recuerdo todo borroso, como si mis pensamientos hubieran sido escritos con lápiz y hubieran pasado una goma de borrar por encima de ellos.
Podía recordar la cara de todos horrorizada, el grito de Fleur y las lágrimas densas. Los pensamientos de los demás agolparse en mi cabeza y sacudirla por completo. Recuerdo a George intentando llevarme a otro lado para que no tuviera que ver aquello pero sobre todo recuerdo los gritos de Amos Diggory al ver el cuerpo inerte de su hijo.

Vi a Ced pálido, como nunca antes, y sus ojos todavía abiertos totalmente perdidos. Todos se acercaron a ver el cadáver, la única que se marchó fue Cho que, con lágrimas en los ojos, huyó de allí para no seguir observando el cuerpo de su chico en el pasto.
Me acerqué lentamente al tumulto, las voces seguían rondando por mi cabeza y por mucho empeño que pusiera en silenciarlas no podía, eran fuertes y mi mente caótica. George volvió a estar a mi lado, y volvió a intentar alejarme de allí, sabía lo mucho que quería a Ced, después y a pesar de todo.

- Pequeñaja, no es bueno que estes aquí. — dijo pasando su brazo por mis hombros para que recostara mi cuerpo en el suyo.

- Ced... — una lágrima resbaló por mi mejilla pero la sequé al instante con la manga de mi suéter.

Vi como se llevaban a Harry de allí a empujones mientras el pobre solo hacía gritar pidiendo que lo dejaran estar con Cedric allí, al fin y al cabo era el que lo había traído de vuelta, también gritó algo sobre Voldemort, pero de eso me enteraría horas mas tardes y en una situación que me pondría al límite.
Recuerdo acercarme y arrodillarme delante del que fue mi exnovio. Acaricié su fría mejilla y después cerré sus párpados, era mejor que descansara. Por mi mente pasaron todos los recuerdos que compartí con él, desde la primera presentación hasta la última mirada antes de que se adentrara en ese puto laberinto. Mis recuerdos favoritos se expandieron por los rincones de mi cerebro llenándolo por completo de una marea amarilla, bañando cada voz ajena que estaba en mi mente y después solo Cedric, con su sonrisa o pellizcando mis mejillas bajo la atenta mirada de George. Y volví a recordar cuanto lo quería y los meses que fuimos dos sin importar cómo acabáramos, solo dos personas queriéndose, nuestro primer beso y el último... Incluso sus palabras del día de la segunda prueba se agolpaban en mi mente sin dejar espacio para más. Y volví al momento como si su alma me guiara hasta ese momento y rincón de mis pensamientos.

Flashback.

- Corre, ven. Antes de que nos pille tu novio. — dijo tirando de mi mano hasta llevarme a un rincón milagrosamente vacío.

- ¿Que pasa, Ced?

- Quiero que sepas que es verdad lo que le dije a George en el muelle, yo no sabía que te iban a sumergir a ti en el agua, pero cuando vi a Cho en tierra supe que ibas a ser tú.

- ¿Y eso a que se debe? Tienes muchísimas amigas, podría a ver sido cualquiera de ellas, no solo yo.

- Eras tú Alice, porque por alguna razón rara que no logro entender contigo lo sentía todo multiplicado por mil. Se que hice las cosas mal y voy a odiar esa parte de mi toda la vida, Alice, porque te hice daño y tu eres de esas personas a las que jamás hay que hacerles daño. Y quiero que sepas también que nunca he querido ni voy a querer a nadie como te he querido y te quiero a ti, tenlo siempre claro, Alice Black, que tú siempre serás el amor de mi vida, de esta y de todas las que vengan.

- Ced... Pero, ¿y Cho que?¿No la quieres?

- Ali, claro que la quiero, muchísimo. Mira te voy a explicar, según uno de los libros raros de Trelawney en la vida hay dos personas, el alma gemela, que para mi es Cho, no malinterpretes lo anterior, por ella daría mi vida su fuera necesario. Pero hay otra persona y es el amor de mi vida, que has sido tú. Con Cho he estado destinado a estar toda mi vida, pero jamás encontraré la sensación que encontré contigo porque fuiste la primera que me hizo entender lo que es amar, aunque fuéramos los peores en querernos. Espero que lo entiendas, Ali, nunca fue tu culpa, yo fui quien lo arruinó, y nunca fui lo que realmente necesitabas, tu y yo estábamos destinados a encontrarnos, a aprender a amar juntos y amar por separado.

Te lo prometo [George Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora