¡Sorpresa! Bebé en camino

Capítulo 1: Planes frustrados.

Byun Baekhyun tiene su vida planeada.

Baekhyun tiene veintiocho años. Se fue a trabajar al extranjero en un traslado empresarial por cinco años, ahí conoció a la que sería su actual pareja y prometido: Park Seojoon.

Park Seojoon es su compañero de trabajo en la sede americana de su empresa, a la cual, ambos fueron enviados. Al trabajar en distintos departamentos no habían coincidido nunca, hasta el día del traslado. Ambos concordaron en gustos, humor, películas y otras cosas más que dieron a lugar a una bonita relación de amistad durante dos años, para después declararse enamorados e iniciar una relación formal. Su relación era bastante madura y llevadera. Al pasar algunos meses decidieron vivir juntos en el departamento del mayor: Baekhyun.

A los cuatro años de conocerse, y dos de ellos saliendo, Park Seojoon tomó la decisión de formalizar aún más, pidiéndole matrimonio a Baekhyun, quien aceptó gustoso.

Ellos solían hacer bastantes planes juntos, planes que aun en día tienen muy presentes.

En un par de meses es la boda, por lo cual ya tienen la mayoría de preparativos. El salón, flores, decoraciones, trajes, comida, prácticamente todo. Baekhyun se había encargado incluso de comprar una bonita casa con todos sus ahorros, destinados exclusivamente a eso. Una casa con amplio jardín y de dos plantas, con estacionamiento, en un agradable vecindario. Era la casa perfecta, la casa donde criarían a sus futuros hijos, como habían planeado, serían tres.

Ese día Baekhyun se dedicaba a hacer un poco de papeleo antes de retirarse en su último día en la oficina. Cinco años se habían pasado volando, pero fueron bastante agradables para él.

Caminó hasta la oficina de su jefe, dejando los documentos que le pidió antes de poder marcharse a su departamento. Ese sería su último fin de semana ahí antes de marcharse con sus maletas, subir a un avión y volar a Corea. Su hogar.

Baja hasta recepción por el elevador y se despide de Madison, la chica que atiende aquella zona. Sale hasta la acera y busca un taxi para dirigirse a su edificio, comer y dormir toda la tarde o quizá ver una película con Seojoon. Era su último fin de semana, necesitaban hacer planes antes de marcharse. Disfrutar de esa ciudad por última vez.

Bajó del taxi, pagó la tarifa por el viaje y caminó al elevador. Presionó el botón un par de veces antes de desesperarse por no escuchar el característico timbre señalando la llegada de éste, para abrir sus puertas y así, efectuar su trabajo. No, el elevador no hizo eso, por ello, Baekhyun tocaba una y otra vez el botón esperando recibir respuesta alguna, o notar alguna señal de que el elevador estaba descendiendo de uno de los últimos pisos del edificio.

La presencia de Anthony: el portero del edificio, con un cartel en sus manos, el cual no podía leer su contenido, pero deducía lo que podría decir, se hizo notoria.

—Lo lamento, pero el ascensor esta averiado —anunció Anthony mientras pegaba con unos trozos de cinta adhesiva el pedazo de papel en las puertas del elevador —. Lo más probable es que vengan hasta mañana para repararlo, así que por ahora, tendrán que usar las escaleras.

—Está bien, gracias Anthony —Resignado, se dirigió a las escaleras, subiendo escalón por escalón hasta llegar al tercer piso. Agradecía un poco el vivir ahí y no en el quinto piso, – el ultimo, claramente – aunque eso no quitaba el cansancio que dejaba subir tres pisos.

Abrió la puerta de su apartamento y entró, colgando su abrigo en el recibidor y dejando las llaves en el mueble junto al perchero.

—Seojoon, cariño. Ya llegué —Baekhyun caminó a la cocina y tomó una manzana, volviendo después a la sala, donde esta vez se encontró con Seojoon saliendo de la recamara con sus maletas. Lo cual era extraño, porque su vuelo era en dos días más —. ¿Qué sucede? ¿Por qué tienes las maletas aquí? —cuestionó.