Capítulo 17: Bienvenido a casa.

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Chanyeol despertó viendo el techo blanco del lugar, momentáneamente desorientado; levantándose de golpe una vez razonó la situación en la que estaba. Salió de la habitación en la que había estado inconsciente y se encontró con sus amigos y familia en el pasillo.

—¿Baekhyun? —preguntó por el estado de su pareja y Sehun, quien lo miraba hacia arriba por estar sentado, comenzó a negar mientras cruzaba sus brazos. Su madre se levantó entre sollozos y abrazó a su hijo, dándole unas palmadas en su espalda.

La situación confundía a Chanyeol, no entendía nada, no sabía nada sobre el paradero del rubio, nadie le decía nada y comenzaba a frustrarse por eso. Seojoon apareció en su campo de visión, vestido con una pijama quirúrgica y se acercó a él, dándole palmadas en el hombro, con una enorme sonrisa.

—¡Felicidades! Están checando al bebé y a Baekhyun lo llevaran pronto a la habitación —Chanyeol frunció más el ceño porque, lo que Seojoon decía sólo podía significar una cosa.

—¡Imbécil! Te perdiste el nacimiento de tu frijol —regañó Sehun a su primo.

Chanyeol miraba a todos en el pasillo, buscando algún gesto que le indicara que todo era una broma, pero todos permanecían serios y a la vez felices. Una enfermera llegó para que hiciera un papeleo, además de indicarles a todos que su esposo y el nuevo integrante de la familia ya estaban en la habitación para que pasaran a verlos.

Chanyeol fue arrastrado por la enfermera, a pesar de que él quería ser el primero en ver a su bebé. Firmó los papeles de ingreso del hospital, el alta propia ante su desmayo y otras cosas que se necesitaban para dejarlo ir con el bajito.

Cuando llegó a la habitación, escuchaba las voces de todos adentro. Desde voces agudas y fingidas que utilizaban algunos para hablar con el bebé, hasta halagos hacia el pequeño, pero nada de lo que escuchaba lo preparaba mentalmente para la imagen frente a él.

Baekhyun sostenía un pequeño bultito envuelto en una cobijita color azul, su sonrisa algo cansada iluminaba la habitación entera, sus ojos estaban hechos medias lunas, sus cabellos dorados caían en su frente algo desordenados. El tan sólo ver ese cuadro le llenaba el pecho de calidez, de dicha. Se acercó lentamente hasta él, lo miró con los ojos llenos de ternura y el bajito al sentir su presencia, correspondió a ello. Se sentó junto a él, y miró al pequeño que se removía inquieto en los brazos de su padre.

—Hola, mi pequeño —murmuró dulcemente, mientras una lágrima descendía por su mejilla; pero una sonrisa se dibujaba al mismo tiempo —. Tú papi Baek y yo te estuvimos esperando por mucho tiempo.

Baekhyun miraba la escena enternecido, su sonrisa no podía ser más grande y sentía sus ojos picar listos para llorar una vez más.

—Nuestro frijolito ya está con nosotros, Yeol —El rubio miraba a su bebé y Chanyeol los miraba a ambos. No quería apartar la vista de ellos, lo tenían completamente enamorado —. Está con nosotros y muy saludable.

—Gracias, Baekhyun —manifestó el alto, acercándose a su esposo para darle un beso en su sien. Baekhyun le besó en los labios en un pequeño pico y sonrió de nuevo.

—Te amo, Park Chanyeol —declaró, con sus lágrimas brotando —. Gracias a ti por darme esta familia.

Chanyeol envolvió a sus dos personas especiales en un cálido abrazo lleno de sentimientos. Los demás miraban la escena algo incómodos, pero felices por la pareja.

Era un día especial lleno de emociones. Desde risas, llanto, preocupación, nerviosismo, pero terminando en felicidad absoluta al final del día. La pareja estaba agradecida con todo lo que el destino les había escrito, estaban agradecidos de tenerse el uno al otro y estaban felices de haber tenido aquella pequeña sorpresa.

¡Sorpresa! Bebé en caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora