Chanyeol estaba sentado junto a Baekhyun. El castaño sostenía la mano del rubio mientras hablaban tranquilamente, pero aun así el corazón de Chanyeol se sentía apretarse al ver el rostro pálido de su pareja. Tres días habían pasado, y Baekhyun seguía en el mismo estado, el sangrado no paraba y los médicos no sabían el por qué, ni cómo detenerlo.
En esos tres días Chanyeol había estado en una montaña rusa de emociones: ira, tristeza, positivismo, constantemente bajaba y subía su ánimo. Baekhyun apretaba su mano o le daba caricias en su rostro diciéndole un: "No te preocupes" o un "Todo estará bien", a pesar del enfermo ser él. Baekhyun le daba fuerzas a Chanyeol, en vez de ser él el que lo sostuviera en esos momentos. Chanyeol se sentía culpable por no ser lo suficientemente fuerte de manera emocional, más cuando veía aquella débil sonrisa dibujarse en la carita de su esposo para tranquilizarle. Pero qué más podía sentir el castaño cuando los médicos no daban más datos a parte de los ya proporcionados. Miedo. Miedo era todo lo que podía sentir cada vez que un médico entraba a la habitación, ya sea por traer las mismas noticias, porque tenían que sacar más análisis, o porque en los rostros de ellos sólo mostraban desconcierto, pocas palabras y nada de seguridad. Era entrar y ver cómo se disculpaban por no encontrar nada más, el no saber, el no tener una respuesta o alguna probabilidad. Numerosas cantidades de doctores y enfermeras habían entrado y salido sin dar una respuesta a lo que tenía Baekhyun, y eso sólo le daba miedo. Preocupación.
Un apretón en su mano lo sacó de sus pensamientos, posando su mirada – antes perdida – en el rubio recostado en aquella camilla.
—¿Por qué no vas a comer algo? —Baekhyun lo miraba con sus ojitos apagados, cansados.
—No puedo dejarte aquí solo —respondió Chanyeol, negándose a la petición del bajito.
—Estaré bien, no te preocupes —Y ahí estaba de nuevo, esa inyección de seguridad a Chanyeol por parte del rubio —. Además, necesitas descansar. Ve a casa, duerme un poco y toma una ducha, comienzas a apestar.
Chanyeol rió débilmente, porque su pareja debía tener razón. Sólo había ido a su casa una vez, pero no más, y solamente porque necesitaban algunos documentos, aprovechando para tomar una ducha y volver para no marcharse. No quería dejarlo solo ni un segundo, por temor a que algo malo ocurriera durante su ausencia.
—Llamaré a Sehun o a mamá para que se queden contigo.
—También puedes llamar a mi familia.
—No quiero preocuparles teniendo tan poca información, por lo menos esperemos a que te recuperes un poco —Baekhyun miraba a Chanyeol, conteniendo una respuesta negativa que rondaba por su mente. Sabía que si la plasmaba en voz alta el castaño se pondría peor, así que sólo asintió y recibió un beso en la frente —. Déjame llamarlos.
—Yo podría quedarme con él —Los dos se giraron para ver a la persona dueña de esa voz. Seojoon se encontraba en la entrada del cuarto del hospital, vestido algo casual, a lo que Baekhyun estaba acostumbrado, pero Chanyeol no. Siempre estaba con sus trajes, a excepción de casa.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Chanyeol indiferente.
—Vine a ver cómo seguía Baekhyun —respondió. Seojoon no había vuelto a pisar el hospital desde el día que lo ingresaron, pero se marchó enseguida de ver a Chanyeol derrumbarse de aquella forma. Se dio cuenta que estaba fuera de lugar, y que si quería saber sobre el estado del rubio, podía saberlo después.
—No estoy seguro sobre esto —Chanyeol sopesaba la situación, pero Baekhyun le tomó del brazo haciendo que lo mirara de vuelta.
—Seojoon se quedará conmigo, ve a casa y duerme un poco —Baekhyun lo miraba suplicante, pidiendo silenciosamente que aceptara. Chanyeol suspiró rindiéndose y asintió a Baekhyun.
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¡Sorpresa! Bebé en camino
Hayran KurguBaekhyun tiene su vida planeada. Está comprometido con un chico que conoció hace un par de años en el extranjero, con el cual, llevaba una excelente relación y futuros planes de una familia en Corea. Todo va bien en la vida de Baekhyun, hasta que u...