Capitulo 3

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Hubo un tiempo en que todo lo que hizo Mikasa fue correr.

Corría tras Eren cada vez que él constantemente se metía en situaciones que no podía manejar por sí mismo. Ella huiría de sus miedos antes de que alguien la sorprendiera lo suficiente como para aceptarlos. Corría por el césped cerca de su casa de madera con su padre detrás de ella, persiguiéndola. Recordó su risa, su dulce e inocente respuesta de risa profunda de su padre mientras perseguía a su hija.

Correr ahora no se parecía en nada a esa época. Empujó las piernas lo más que pudo y, a pesar de todo su entrenamiento, sintió que le dolían las pantorrillas.

Acababan de terminar de lanzarse desde el brazo gigante humeante y estaban corriendo por el campo hacia el torreón. Fue todo un espectáculo digno de ver. El más elitista de todo la legión de reconocimiento corriendo, casi demasiado rápido para que sea humanamente posible.

Pasos ensordecedores volvieron a sonar y Mikasa se dio la vuelta, con las espadas listas. Correr hacia el torreón era un plan al azar. Sabía que los titanes podrían atraparlos en unos pocos pasos, pero lo que vio la hizo detener todos sus movimientos.

Los titanes cambiantes no estaban corriendo hacia ellos.

Ellos estaban huyendo.

El titán acorazado se quedó en el hombro del titan colosal, posado allí como un perro guardián, mientras el titán gigante corría a través del dolor.

-¿Se van?- Nate del escuadrón de Levi preguntó -¿Por qué?-

-Los titanes cambiantes usaron mucha energía estando aquí- respondió Levi, aparentemente imperturbable por toda la escena. Estaba jadeando y reluciente de sudor, mugre y sangre -Ambos perdieron partes del cuerpo, y regenerando esas partes se les quita. Probablemente no pueden permanecer en forma de titán mucho tiempo, por lo que decidieron huir antes de que su identidad pudiera ser descubierta-

-¡Deberíamos ir tras ellos entonces!- Hannah dijo, señalando a las figuras que desaparecían con su espada y mirando a ambos equipos -Están débiles en este momento, es el momento perfecto-

Mikasa miró a Hannah. De todos los miembros de su equipo, ella era la más difícil de manejar. De todos modos, no ayudó que Mikasa nunca la eligiera en el equipo. Mikasa se vio obligada a tenerla en su escuadrón.

-No, no lo es- le responde Levi con firmeza, sabiendo por la expresión de Mikasa que si hablara ahora mismo no sería tan cortés -No estamos en condiciones de luchar en este momento. Nos estamos quedando sin gas y sin cuchillas. No podemos luchar contra dos titanes como esos-

Hannah apretó los dientes -¡Tenemos que ir tras ellos! Si no vamos ahora...-

-Es suficiente Hannah- la interrumpió Mikasa, su tono y expresión no dejaban lugar para discusiones -Se han ido. Y así será-

Hannah apretó la mandíbula, mordiendo cualquier respuesta que quisiera decir. Se quedó en silencio hasta que Tauriel le dio un codazo y dijo en voz baja -Perra, di "Sí, capitana"-

Hannah miró a Mikasa y molesta dijo -Sí capitana-

A Mikasa no le importaba menos la falta de respeto de Hannah hacia ella. No ahora. Ya había decidido en su mente que se ocuparía de ella más tarde. Ella asintió en reconocimiento, pero todavía estaba mirando fijamente a las figuras en retirada de los titanes cambiantes, antes de que desaparecieran detrás de una colina ondulada.

-Levi- gritó Mikasa y el otro capitán se volvió hacia ella.

Se veía peor por el desgaste e incómodo en toda su mugre y suciedad, pero sus cejas estaban fruncidas con seriedad. -¿Víctimas?- Mikasa preguntó y Levi asintió.

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