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April acomodó su clasica chaqueta roja sobre el sillón negro en donde se sentaba todos los viernes para tener una sesión con su psicóloga hacia ya tres años. La profesional terminó de acomodar sus anotaciones mientras esperaba que la pelirroja tomará asiento.

- ¿Qué tal todo, April? —preguntó Susan sin levantar la vista de su papeleo.

- Todo genial... —sabía que su psicóloga no esperaba esa respuesta, en realidad sí, pero quería saber más. Todas las semanas se reunían para hablar sobre las actividades de April, que había hecho, que no había hecho, ya era una costumbre.— Ayer sucedió algo.

- Cuéntame más. —la mayor la observó por arriba de sus gafas con atención.

- Eh... conocí a alguien en un bar, a un muchacho. —April sonrió con cierta timidez, como si fuera la primera vez que conoce a un chico.— Él es...

- ¿Qué hacias en un bar? —interrumpe Susan, con la vista fija en su paciente. Ignoró todo lo demás, lo importante, solo fijó su atención en esas palabras.

- Tranquila, sigo sobria. —ambas midieron las palabras en la distancia compartida, la mayor probaba la credibilidad de su frase.— Jo trabaja hasta tarde los jueves, me deprime un poco ir al apartamento sabiendo que estaré sola... fui a beber café, solo eso.

- ¿Y el muchacho venia incluido con el café? —comentó con diversión volviendo a sus anotaciones. Era buena psicóloga, se ponía exigente cuando creía que April estaba en riesgo de decaer y echar todo su esfuerzo por la borda.— ¿hablaste con él?

- Si, hablamos como por tres horas. —Kepner sonrió al evocar las imágenes de la noche anterior.— su nombre es Jackson, es doctor en...

- ¿Doctor? Como... —ella interrumpió a April nuevamente pero tampoco pudo terminar su frase porque la contraria le devolvió la interrupción.

- Si, doctor. —su sonrisa había desaparecido de su rostro.— pero no es como él, eso lo sé.

- ¿Cómo lo sabes? Lo conoces de una sola noche.

- No sé, es algo de estadísticas... —Susan arqueo sus cejas confundida. — ¿cuantas probabilidades hay de que te encuentres a un chico que es doctor, al igual que tu ex novio, y te meta en el mundo de las adicciones como, casualmente, hizo tu ex novio?

- No sé. ¿Cuántas?

- No lo sé, pocas supongo... es una pregunta retórica, no necesita respuesta. —la pelirroja bufó mientras echó su espalda hacia atrás para poder descansarla en el sillón.—

- April, no digo que sea una mala persona, realmente no lo conozco. —Hizo silencio a la espera de que su paciente volviera a mirarla para continuar hablando.— pero tú tampoco, y muchas personas repiten ciertos patrones sin darse cuenta...

- Lo sé, sé de la gente que repite patrones. —contestó sacando todo su mal carácter.— pero no estoy buscando a alguien que se parezca a mi ex para sentirme más cerca de mi pasado, no quiero volver a eso.

- Nadie lo quiere.

- Quiero avanzar. —Susan asintió como muestra de que coincidía con ella.—  ni siquiera he dicho que me enamoré ayer en el bar, que estoy planeando mi boda o pensando en los nombres de nuestros futuros hijos... solo es un amigo, eso se siente bien, conocer a alguien nuevo y agradarle.

- Eso es un gran avance. —el consultorio se quedó completamente en silencio durante unos segundos.— ¿Mencionaste algo de... todo esto?

- Si, me presente como April Kepner, ex drogadicta, que aún se mantiene sobria. —el peor lado de la pelirroja salía a la luz, uno sarcástico y malhumorado.— solo mencioné que no bebo alcohol.

I knew you were trouble. | JAPRILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora