7.

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Habían pasado seis días exactos sin que April tuviera noticias de Jackson. La pelirroja no se había despegado del teléfono en ningún momento, aunque en las últimas horas ya no tenía las mismas esperanzas que al principio. ¿Qué podía haberle pasado al chico para desistir de darle las buenas noticias?

Esa mañana había decidido salir a desayunar con el dinero que sus padres le enviaban todos los meses para sustentar sus gastos. ¿Desayunar fuera de casa era un gasto totalmente necesario? Claro que no, pero era algo que necesitaba, April detestaba seguir la misma rutina durante mucho tiempo.
Allí estaba, sentada en un bar del centro bebiendo una taza del mejor café del lugar. Había observado que muchas personas se dedicaban a leer mientras bebían su café pero, aunque lo había intentado más de una vez, los libros no eran para ella. Por eso solo se limitaba a desayunar con la vista fija en la ventana, en donde podía ver a la gente pasear y los autos marchar por las calles.
Se encontraba totalmente concentrada en una señora mayor de edad que intentaba pasear a su perro a pesar de la negativa de este para caminar, cuando sintió su celular vibrar sobre la mesa de madera. En la pantalla se veía la notificación de una llamada entrante a nombre de Jackson y, aunque April se moría de ganas de atenderlo, lo dejo sonar hasta que su pantalla volvió a apagarse.

Luego de desayunar se dedicó a caminar por la ciudad, su celular ya coleccionaba cuatro llamadas perdidas de Avery, que se había rendido a ser atendido. April siguió caminando hasta llegar a un parque, en donde decidió descansar sentándose en uno de los asientos de madera que rodeaban el lugar. Respiró profundamente sintiendo el aire puro entrar en sus pulmones antes de sacar su celular de su bolso, lo observó durante unos segundos y comenzó a teclear rápidamente.

Lo siento. Acabo de ver tus llamadas, ¿sucedió algo?

La respuesta no tardó en llegar, Kepner no habia alcanzado ni a guardar su móvil nuevamente.

¿Puedo llamarte? Así es más fácil de explicar.

Claro.

April aclaró su garganta al ver el nombre de Jackson aparecer nuevamente en su pantalla. Contó hasta tres antes de deslizar el botón verde para tomar la llamada.

- Hey, April. —a pesar de estar del otro lado de la línea podía distinguirse su típica alegría.— ¿Estás ocupada?

- Jackson. —la pelirroja se tomó unos segundos para tragar saliva, le costaba encontrar las palabras justas para hablar.— no no... estoy libre en este momento.

- Genial, no te robaré demasiado tiempo. —hizo una pausa a la espera de alguna respuesta de la contraria pero al no conseguirla continuó hablando.— como sea, tengo buenas noticias para ti... ¿podemos vernos?

- ¿Vernos? —preguntó Kepner.— ¿tan importantes son que no puedes contarme por una llamada?

- ¿No quieres verme? —cuestionó Avery con cierto tono de juego en sus palabras.

- No quiero tener que aguantarme la emoción por saber las noticias.

- Eso lo podemos solucionar. —aseguró Jackson dejando completamente callada a April.— ¿Quieres que cenemos esta noche?

- ¿Esta noche? —repitió Kepner como si fuese necesario, no esperaba que las cosas se dieran así en ese llamado.— claro, cenemos esta noche. ¿Nos vemos en lo de Joe?

- No... es algo muy importante como para cenar en lo de Joe. —respondió riendo Jackson y, aunque era imposible saberlo, April estaba segura que en ese mismo momento seguro estaba arrugando su nariz como hacía cuando escuchaba algo sin sentido.— ¿Quieres cenar en mi casa?

- ¿En... tu casa? —April no podía creer lo idiota que estaba sonando en ese momento.— si tú quieres invitarme, allí estaré... claro, si me pasas la dirección...

I knew you were trouble. | JAPRILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora