16.

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April se movió bajo las sábanas, habia despertado algunas horas atrás pero se negaba a salir de la cama por una simple razón, debía enfrentarse a un mal día. Cumplía 50 días sobria, por eso era uno de esos días en los que estaba más tentada que nunca a volver a sus viejos hábitos.
Quería esconderse allí hasta sentirse bien nuevamente, lo podía hacer, porque Owen le había dado el día libre. Quizás eso fue lo que dio inicio a todo el malestar, tener un poco de tiempo libre para pensar.
Jo no se encontraba en casa, pero no le preocupaba porque estaba segura de que había pasado la noche en casa de Andrew. Lo sabía porque mientras ella y Jackson estaban atorados en el elevador, sus amigos habían decidido dar un nuevo paso en su relación y besarse. Si Jo y Andrew estaban bien con eso, April estaba de acuerdo, lo único que no quería era que su amistad se arruinara por esa causa.

Luego de unos minutos más decidió levantarse y dirigirse hacia la cocina, en donde preparó un simple desayuno. El olor a café terminó por abrirle el apetito y, mientras se ocupaba de vaciar su taza y el plato con galletas, pudo librarse de los malos pensamientos.
Tarareaba una canción y lavaba las cosas que había usado para desayunar. April odiaba lavar la vajilla, pero ese día hubiera hecho cualquier cosa con tal de ocupar su mente. Y fue en ese momento, con las manos llenas de la espuma del detergente cuando supo cual era el sitio al que tenía que ir.

Empujó la puerta con esfuerzo, logrando abrirla lo suficiente para caber por allí y llegar hacia adentro. Mientras caminaba por el largo pasillo que conducía hacia una ronda de sillas repetía en su mente las razones por las que no debía irse de allí.

- ¿April Kepner? —escuchó una voz femenina y movió su cabeza con rapidez para ubicar a la dueña. Una joven con una larga melena rubia se acercaba a ella con una gran sonrisa en el rostro, aunque la felicidad no cubría las grandes ojeras que traía.— hace siglos que no te veo por aquí.

- Aria... que bueno verte. —la pelirroja sonrió en dirección a la contraria mientras recibía el abrazo que la rubia le daba.— bueno, he estado un largo tiempo sin necesitar de esto.

- Eso es genial. —termino de abrazarla pero no se alejó de su lado.— ¿puedo preguntar cuanto llevas sobria?

- Cincuenta días, justo hoy.

- Lo llevas bien.

- Eso supongo, ¿y tú?

- Tercer día sin consumir. —Aria movió su mano para levantar tres dedos en alto, sin abandonar su sonrisa.— he tenido días malos.

- Es un gran paso.

- Eso es lo que dicen. —movio los hombros con desinterés, April sintió una gran tristeza al verse reflejada en la joven contraria. Ella había sido así, podía volver a serlo en cualquier momento. Una mujer hizo sonar sus palmas para obtener la atención de todos, luego los invitó a tomar asiento en los lugares libres.— estamos por comenzar.

Kepner asintió antes de ver a la rubia alejarse hacia la zona de las sillas, estas daban vueltas y formaban círculos, Aria se sentó en la primer vuelta y le habló a las personas a sus lados. April seguía sintiéndose un poco incomoda por lo que decidió tomar asiento en la última vuelta que conformaban las sillas negras.

- He cumplido noventa días sin consumir. —comentó un hombre mayor, mostraba a todo el grupo la moneda que le daban como recompensa por llegar a dicho plazo. Solo llevaban unos minutos hablando pues la mujer que había dado comienzo a la sesión se tomó un tiempo para hablar antes de pasarle la palabra al resto del grupo.

- Buen trabajo, ¿cómo te sientes con eso? —preguntó la voluntaria que llevaba a cargo el grupo, April con mucho esfuerzo pudo divisar el cartel que llevaba adherido a su camiseta en el cual podía leerse su nombre: Cindy.

I knew you were trouble. | JAPRILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora