El Protector de la Piedra

Capitulo 8

-¡Kendra!- grito Patrick cargando una flecha con la cual mato una de las criaturas. Y un segundo después, estas ya habían sacado de su mounstroso cuerpo sus extremidades y comenzaron a ir hacia Kendra que todavia no reaccionaba a la situación y que seguia cantando esa cancion de cuna. Lo único que Patrick tendió a hacer fue correr hacia ella y luego de ponerse frente a la joven gritó extendiendo sus brazos y con sus manos realizo mágicamente un poderoso escudo entre Kendra y los brazos de esas monstruosidades. Patrick manteniendo el escudo lo más que pudo miró a Kendra.

-¡Vamos Kendra! Hay que movernos rápido- dijo Patrick forcejeándola, pero esta no cedía y el escudo iba a romperse en cualquier momento-Lo siento- dijo y apoyando sus manos sobre la cara de Kendra dijo unas palabras en latín muy extrañas y esta automáticamente calló de seco en el suelo, dormida. Entonces Patrick dijo:-¡Arriba!- y el cuerpo colgante se elevo del suelo- ¡Vamos corran! ¡Ya! ¡Ya! ¡Hay que perderlos!

El escudo ya había desaparecido y comenzaron una larga corrida hacia un lugar seguro. Mientras corrían los mutantes con sus largos brazos corrian detras de ellos gimiendo, como animales salvajes yendo hacia su presa. Kendra iba a metros de altura del suelo inconsciente y los demás corrían al lado de Patrick. Corrieron lo más que pudieron hasta llegar a una casa un poco destrozada pero mayormente contruida.

Entraron jadeando y sin perder el tiempo Patrick dejo a Kendra en el suelo en una esquina de lo que alguna ves había sido un lujoso comedor con una gran araña de luz, que fue el primer lugar que encontraron en condiciones.

-¡Todos a esa esquina ya!-Dijo gritando con euforia y jadeando. Todos obedecieron y Patrick grtió mientras apuntaba hacia sus amigos:-¡Escudo!-y delante de ello se produjo una pared blanca pero transparente. Patrick dio un ondo respiro y un segundo después cinco mutantes se encontraban en la habitación gritando hacia ellos con sus brazos. Uno de ellos comenzó a correr hacia ellos y se topó con la pared invisible que lo hizo retroceder bruscamente mientras un montón de brazos chocaban contra el escudo realizando sordos ruidos como golpeando plástico duro- Esto no puede durar para siempre así, ¿Tienen alguna idea?- pregunto Patrick nervioso sin dejar de concentrarse para no romper el fino escudo que los separaba de su muerte.

-Puedes encerrar a los mutantes en un algo. Un escudo, sogas… alguna cosa -Dijo August jadeando. En ese momento Patrick recordó que una vez su padre le había enseñado a encadenar a un oponente y obviamente inmovilizarlo de brazos.

-¡Escuchen! Se como pararlos. Con cadenas, pero necesito que los retengan cuando yo rompa en escudo. Necesito que se preparen e intenten que no los toquen con sus brazos.

-¡Con esos brazos va a ser tan fácil!- Opino sarcásticamente Phill volando sus ojos.

-Gracias Phill…-dijo Patrick asimilando que no era la mejor situación para darle lugar al sarcasmo- Solo les pido que hagan lo que puedan, y que no los agarren-ordenó- voy a deshacer el hechizo a la cuenta de tres ¿Esta bien? Protejan a Kendra. Una, dos… ¡Tres!

Patrick había roto el escudo y los demás salieron a atacar. Patrick necesitaba una buen posición para encadenarlos. Pufo ver como Phill cortaba uno que otro brazo con su hacha y pudo matar a uno. Y August lanzaba sus cuchillos sin mucho éxito, pero estaba mas preocupado por Kendra que todavía se encontraba inconsciente en el suelo. Luego de caminar un poco hacia su costado, encontro la posicion y gritó:-Cadenas!- acto seguido cadenas se formaron en sus manos y salieron disparadas de estas. En el instante envolvieron a los mutantes desde los pies hasta sus brazos. Pero uno de estos antes de ser encadenado por completo, saco uno de sus brazos y como un rayo lo clavo en la pierna de Phill. Este dio un grito de dolor y cayo al suelo jadeando. Luego de eso, la cadena llego al torax de la cristura y cortó su brazo desde su base el cual murió sangrante en el suelo mientras las tcriaturas se retorcían intentando escapar de las cadenas.