Patrick Mind, ya con 17 años iba a comenzar su sexto año en la Preparatoria Nacional de Liverpool. Era un joven de ojos verdes como su madre y de pelo negro, un chico apuesto, alto y fornido, un poco tímido pero con ideas bien puestas sobre lo que quiere hacer y como hacerlas. El era un mago como su padre, pertenecía a ese mundo, ya que podía hacer levitar, abrir y cerrar puertas, muchas interesantes cosas más y su padre le enseñaba distintas cosas sobre el mundo de la magia, las distintas criaturas, aprender conjuros y también iba a enseñarle como hacer que la magia hiciera su tarea. Su madre lo regañaba, pero a el no le importaba, además su padre lo defendía. Vivian en una casa al oeste de Liverpool.
La casa tenia de dos pisos, era grande. Constaba de varias habitaciones: dos dormitorios, el de sus padres y el suyo, estas estaban en el segundo piso, allí también se encontraba un baño y el estudio de su padre.
Y en el piso de abajo estaba la cocina, un salón comedor donde cenaban y almorzaban y dos baños mas, también poseía un bello patio trasero poblado de flores y una huerta que su madre cuidaba en sus tiempos libres.
Era una mañana de vacaciones, a tan solo una semana del comienzo de clases para Patrick. Este se encontraba en su habitación mirando atentamente la televisión al mismo tiempo que mordisqueaba su desayuno, una jugosa y roja manzana.
-¡Patrick!-le gritó su padre desde el pie de la escalera que llevaba al segundo piso-¡Patrick ven, baja!
Inmediatamente Patrick salió de su habitación y salto a zancadas la delicada escalera de mármol.
-¿Si papá?- preguntó Patrick al mismo tiempo que masticaba lo que antes había sido una deliciosa fruta.
-Ven-dijo guiándolo hacia algún lugar de su casa- vamos al sótano- dijo su padre entusiasmado.
-¡Pero si no tenemos sótano!- reprocho Patrick- A menos que me estés escondiendo otra cosa como el pequeño dragón que tenias en tu armario, eso termino siendo toda una catástrofe.
- Si, lo se ese dragón fue un gran problema- dijo riéndose- pero lo del sótano está por verse- dijo un poco incomodo- Siguieron caminando hasta la última pared de su casa. Una pared de color amarillo opaco con humedad por todos lados y que se encontraba al lado de la pulcra y hermosa cocina de la casa de los Minds, una pared a la que Patrick nunca presto mucha atención ya que estaba demasiado deteriorada. En la cocina se encontraba la madre de Patrick cocinando lo que parecía una verde y deliciosa a la vista sopa de fideos.
-Debe ser una broma, una pared no es un maldito sótano- protesto Patrick golpeando la pared con la palma de la mano
-Cuida tu lenguaje niño. Ahora, deja de mirar la parte normal de las cosas, eres un mago por Dios, así que Observa- dijo al mismo tiempo que apoyaba su mano en la decaída pared y pronunciaba unas palabras que Patrick no llegó a entender
-¡Frank! ¡Frank! ¿Donde te estás yendo?- Le preguntó sobresaltada su esposa desde la cocina, dejando la sopa en la ornalla- ya te dije que dejes de escabullirte en ese sótano, y también te dije que algún día me lo mostraras. Debe de ser un chiquero…¡y espero que no tengas otro animal mágico allí!- terminó Moira moviendo su dedo para señalar a la pared que mágicamente se había convertido en una puerta de oro puro con un detallado de bellos y brillantes rubíes-
-¡No tengo otro animal mágico!- suspiró Frank en tono cansino- ¿pueden olvidar ese tema del dragón? Gracias. Y estamos por ir al lugar del que te hablé ayer querida…
Moira se detuvo por un instante, como recapacitando y pensando que era de lo que su esposo le estaba hablando. Hasta que exclamó:
-¡Ah! Está bien, que lo disfruten... supongo. Pero vuelvan para el almuerzo por favor- concluyó Moira
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El Protector de la Piedra
Science FictionPatrick Mind es un joven mago de 17 años que no se imaginaba que en una mañana su padre lo llevaría a ver al Artemis, el cual le daría una importante misión: ser El Protector de la Piedra, pero bajo una gran leyenda la piedra termina siendo un chico...