Castle [Taejin]

Capítulo 22

No fue fácil.

Nada fue fácil de enfrentar después de llegar a la capital, a la que ya no había vuelto a llamar hogar porque ya no tenía uno. Tenía la sensación de que había sido exiliado del único hogar que había tenido.

Lo primero que hizo al llegar fue mandar a enmarcar la pintura de Taehyung, el primer día desde su llegada, y lo colgó en la pared de su sala; le daba fuerzas para continuar, incluso dormía en la sala para que las aves fueran la última cosa que veía antes de cerrar los ojos y la primera al abrirlos.

Lo siguiente, fue hablar con su mánager. Decidió que sería honesto con todo el mundo, todas sus fachadas caerían, sería el Seokjin que reencontró en la costa, y eso implicaba que sólo actuaría cuando un contrato se lo exigiera, en obras, películas, dramas o publicidades, del resto, nunca más fingiría ante la gente, no ocultaría quién era porque ahora se conocía, y se amaba. Al decir todo esto a su mánager y contarle toda la verdad, este ya no estaba tan enojado y se maravilló de la honestidad que emanaba, le aseguró que era notablemente una nueva persona, que seguramente atraería más a las personas.

"Con todo eso del amor propio, los encantarás." Le dijo, siempre pensando en la imagen que daba al público, pero a Seokjin no le importó, al menos ahora sería alguien verdadero ante los demás.

Su representante tenía razón, el amor propio lo ayudó cuando se supo todo lo que pasó con su boda. El señor Sung dijo a la prensa que Seokjin era gay, por supuesto que no quiso dejar ese detalle por fuera, se encargó de mencionar que lo había ocultado a Yuri durante toda la relación, que la boda era una táctica para ocultarlo y que se descubrió el mismo día de la ceremonia. Al menos no lo hundió por completo, dijo que Seokjin confesó antes de que se llevara a cabo el matrimonio, que no pudo soportar más la mentira.

Seokjin se defendió declarando a la prensa cuán avergonzado estaba por lo que hizo, que nunca quiso herir los sentimientos de Yuri, pero que en su posición al principio la boda había sido una forma de escape de las preguntas incomodas que le hacían constantemente sobre su vida amorosa. Dijo que vivir ocultando su orientación sexual era una pesadilla, que era algo que deseaba que nadie más viviera, y que con ese pensamiento decidió poner fin a la farsa del matrimonio, esperando poder inspirar a las personas como él que sentían miedo de ser ellos mismos, al sincerarse con el resto del mundo. Millones de preguntas sobre anteriores parejas lo atacaron, su mánager tuvo que mover hilos para evitar que personas con las que había estado en el pasado salieran a esparcir rumores; Seokjin no mintió, dijo que nunca había estado en una relación seria, y agradeció que los ex amantes que tuvo que salieron a declarar por cinco segundos de fama, no mintieron tampoco, confirmando su versión de la historia. Sin embargo, si hablaron de lo frío que había sido con ellos, aunque un caballero, nunca fue sutil al pedirles que no esperaran tener una relación seria con él porque no creía en eso.

A pesar de todo, de lo horrible que sonaba todo eso, muchas personas lo apoyaron. Empatizaron con él, de que tuviera que ocultar esa parte de su vida, y se sintió feliz de ayudar a muchas causas para la comunidad a la que pertenecía. No era la forma en la que quería que las personas se enteraran, pero ahora se sentía libre para ser completamente él mismo. Bajo ese lema, consiguió que algunos de los tratos que su mánager había conseguido con campañas LGBTQ se mantuvieran intactos, y se convirtió en una imagen inspiradora, aunque no dejó de repetir que no cometieran los mismos errores que él, que se arrepentía no sólo de esconderse sino también de haber mentido. A parte de convertirse en la imagen, formó parte de obras de caridad para ayudar a esas personas que son rechazadas y discriminadas por su orientación sexual. Algunas puertas se cerraron, algunos estudios ya no querían trabajar con él, pero muchas otras puertas se abrieron también, llovieron otras propuestas, y lo más importante era que se sentía mejor consigo mismo, y que estaba siendo parte de algo más grande, que era dar fuerzas a otros.