Castle [Taejin]

Capítulo 23

Kim Daehyun se fue pacíficamente de este mundo mientras dormía, sin demasiada perturbación de su sueño, tal como se va un alma que ha vivido plenamente y se entrega a los brazos de la muerte contenta de recibir el descanso eterno.

Seokjin contactó a Yoongi en cuanto creyó prudente hacerlo, así se enteró de los detalles; el funeral se llevaría a cabo dos días después de su muerte para dar oportunidad a todos sus conocidos y amigos que lo apreciaban de asistir, se le daría santa sepultura al lado de su esposa en el cementerio del pueblo. El chef le advirtió no contactar a Namjoon puesto que este se encontraba junto a Taehyung y ambos preferían no recibir llamadas, sin embargo, todos, incluyendo Namjoon, esperaban que asistiera al funeral, aunque tuviera que mantener distancia para no perturbar a Taehyung. Cuando preguntó sobre el bienestar emocional de los primos Kim, Yoongi respondió,

"Están fuertes y se están apoyando mutuamente. Dae había pasado mucho tiempo advirtiéndoles sobre este día, no es que lo esperaban, pero no se puede decir que no estaban preparados. Se tienen el uno al otro."

Seokjin preparó su equipaje ese mismo día y partió a la costa al día siguiente por la mañana, después de arreglar ciertas cosas de trabajo. Estaba triste, pero más que todo arrepentido de muchas cosas, de no haber tenido la oportunidad de más charlas con el señor Kim, de no haberle consultado por más consejos, y, sobre todo, de no haberlo abrazado una última vez. Recordaba a la perfección la última vez que lo vio, toda la conversación durante ese almuerzo; el señor Kim le había dado su bendición, había limpiado sus lágrimas y había depositado toda su confianza en él, dándole la bienvenida a su familia. Seokjin deseó que el señor Kim no los hubiera dejado tan pronto, que hubiera tenido el tiempo para demostrarle que haría las cosas mejor. El anciano seguía en contacto con él, y lo trataba con el mismo cariño de siempre, pero Seokjin no tenía la certeza de que este no guardaba ningún tipo de resentimiento por lo que había hecho, ahora sólo le quedaba la esperanza de que no se hubiera ido llevándose la peor opinión de él y que esa confianza que había depositado en él no se hubiera desvanecido. Esperaba que el señor Kim se hubiera ido con la confianza de que él arreglaría todo lo que había hecho, que su nieto volvería a ser feliz y que su corazón se curaría; esperaba que fuera así, porque sabía que esa sería la única manera en la que el señor Kim descansaría en paz.

Cuando pudo hablar con Hoseok por teléfono, le pidió un ramo de rosas rojas para llevar al funeral, esas eran las flores favoritas del señor Kim, porque le recordaban a su esposa. Hoseok le dijo que haría lo que podía, siendo la única floristería del pueblo y al tratarse de la muerte del hombre más amado de este, ya tenían muchos pedidos; agradeció por primera vez la competencia de una nueva que estaba abriendo en el mismo pueblo, pero ésta no era suficiente para ayudarlos a cubrir toda la demanda, ya que el señor Kim tenía demasiados amigos.

Al llegar al pueblo, después de un largo camino que estuvo lleno de lágrimas, desde la entrada notó un cambio drástico en el aire de este, realmente era como si todo el pueblo estuviera de luto, de hecho, la mayoría de las casas tenían un listón negro colgado en sus puertas; el pintoresco ambiente que había visto en el pueblo había pasado a ser de un color gris, incluso el clima de la costa estaba triste, con nubes negras encima de ellos, amenazando con lanzar una lluvia sobre ellos en cualquier momento. Ya era de noche cuando comenzó a adentrarse a la zona de Prado, y salvo por las luces de los semáforos, las tachas reflectivas en la calle y algunos faroles, el pueblo permanecía a oscuras, los habitantes ni siquiera encendían las luces de la entrada de las casas, tampoco los letreros llamativos y coloridos que había visto en las tiendas estaban encendidos; apartemente todos lamentaban la pérdida. Consideró quedarse en el único hotel que conocía del pueblo, pero no podría soportar los recuerdos ni arriesgarse a encontrarse con la tía Sha, y no estaba listo para brindar palabras de consuelo a nadie, así que buscó otro.