Desde que regresó a la capital, estuvo ocupado con cosas del trabajo. A pesar de que se retiraría temporalmente de los sets de grabación y escenarios, aún tenía algunos compromisos con marcas, revistas, y promociones de dos películas que se estrenarían ese año y que todavía estaban en proceso de post producción; algunas fotografías y entrevistas, pero nada demasiado atosigante.
En su tiempo libre, si la estabilidad emocional se lo permitía, se concentraba en retomar la construcción de sus planes para devolver el alegre brillo a los ojos de Taehyung, haciendo llamadas a gente importante e investigando las cosas necesarias para llevarlos a cabo. Sin embargo, no tuvo mucho tiempo para ello, se habría cumplido exactamente una semana desde su regreso cuando recibió un llamado a su puerta.
Se extrañó de tener visitas, no conocía a nadie que fuera a verlo regularmente, y las personas más constantes en su vida, su madre, mánager y asistente, jamás llamaban a la puerta, pues tenían sus propias llaves a su casa. La sorpresa fue mayor al abrir la puerta y revelar quién estaba tras esta; en los segundos de confusión, se preguntó si estaba en el universo correcto porque no podía conceder en su cabeza qué hacía la abogada de Kim Daehyun en su pórtico.
Había visto a la mujer en muchas ocasiones, incluso habían compartido comidas junto al señor Kim, ya que este se reunía con él frecuentemente. En el funeral también la había visto, pero ninguno de los dos se acercó al otro para saludar, más que con un gesto respetuoso de la cabeza desde la distancia; Seokjin había pensado que era un acuerdo silencioso entre ambos, una forma de reconocer que ninguno de los dos querría hablar en ese momento, demasiado tristes para entablar una conversación y pretender que fuera natural. Quizás estaba ahí para decirle que esperaba conservar la... ¿amistad? Es decir, no habían hablado demasiado anteriormente, pero supuso que con un amigo en común como Kim Daehyun, valía la pena seguir en contacto.
Su resolución llegó a su fin cuando la mujer frente a él lo miró expectante, "¿Hola, Jin? ¿Estás bien?"
Seokjin sacudió la cabeza para espabilarse, "Si, disculpe señora Choi. Estoy un poco sorprendido de verla aquí, es todo. Pero adelante, me alegra verla."
Se hizo a un lado y la señora Choi entró a la sala, tal como todas las personas que entraban a su casa, se vio atraída por el cuadro de las aves, que ocupaba el centro de una pared. Seokjin la invitó a tomar asiento y ofreció una bebida.
"¿Podría ser una taza de café?" preguntó la mujer.
"Claro, enseguida lo traigo. Haré una para mí, también."
"Quizás quieras algo más fuerte, Jin." Se rio un poco desde su asiento, "Lo necesitarás."
Seokjin pensó que el comentario era extraño, pero continuó su camino a la cocina para calentar un poco de café. Al volver a la sala, cargando dos tazas que depositó en una mesa, preguntó casualmente, "¿Cómo ha estado, señora Choi?"
"Oh, bien, gracias por preguntar. Un poco nostálgica en ocasiones... había prometido a Dae no extrañarlo demasiado y no llorar su partida. Pero me ha sido imposible superarlo." Dio un sorbo a la taza de café, "¿Qué tal has estado tú, muchacho? He visto que has pasado por mucho estos meses."
"Trabajando en ello... en estar bien." Admitió, "La muerte de Dae no fue buena una adición a las cosas, pero como usted dijo, él no querría que nadie estuviera triste por eso."
La mujer asintió, "Hmm... siempre decía que estaría feliz de descansar y regresar a los brazos de su esposa." Volvió a dar un sorbo antes de agregar, "Quise acercarme a saludar en el funeral, pero realmente no tenía palabras. Evadí hablar ese día... ni siquiera pude dar un discurso..."
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Castle [Taejin]
FanfictionSeokjin se ve obligado a hacer un viaje a un castillo ubicado en la zona costera del país. Allí, descubre que la lluvia puede llevar y traer consigo cosas buenas, que un viaje también puede significar un viaje para el alma en el que puedes encontrar...