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𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑉𝑒𝑖𝑛𝑡𝑖𝑐𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜

Los meses pasaban y junto a ello la evolución de Michelle mejoraba, tuve que encargarme del lobo por mi cuenta, al dejarle claro que Michelle sufriría los primeros meses con esto y aunque no era mi intención herirla, debía fortalecerla y de la única manera que sabía hacerlo es a través del dolor, Michelle viajaba hoy a su manada luego de cinco meses de entrenamiento, ella sabía que aún faltaba mucho aunque las sombras son controlada aún teníamos problema con su loba malvada le daría el talismán mientras esté ahí suponiendo si quiere salir.

El invierno había terminado hace dos meses y la primavera había llegado lo cual no pase por alto que a Michelle le gustaba ya que siempre se encontraba en el jardín trasero junto a las nuevas flores que salieron

- ¿seguirás sin decirle la verdad?- escucho a Cassandra detrás de mí

- ¿Y tu dejaras de acostarte con el lobo? Te dije que lo entretuvieras para que no interfiera pero no pensé que lo tomarás tan....

- es lo único que se me ocurrió, no me habla fuera de la cama, ¿Como pretendes que lo mantenga alejado?- dice ella- pero no estamos hablando de mi si no de ti-

- lo mantendré en secreto por un tiempo más - hablo

-¿Por qué?

- porque ella aún no está preparada para una relación ni mucho menos ser una reina, prefiero que termine todas sus etapas de niña para luego ver

- ¿Por qué ella no te siente? Digo, se supone que su loba debe saber que tu eres su mate

- su loba está tan concentrada en matar que aún no le ha dicho a Michelle, ella puede oler me

- ¿irás con ella? -

- la llevaré y volveré en unos días - la miro ella asiente y se retira.

Vuelvo a ver la ventana donde podía ver a Michelle sentada leyendo había decidido que volviera porque en una semana era su cumpleaños y como lo prometí lo pasaría con su familia.
La veo levantarse y caminar hacia dentro busco en mi caja fuerte el talismán para dárselo. Miro aquel colgante con piedra azul, concentrándome en cada detalle de la cadena debería cambiarla parece muy viejo, salgo de mi concentración cuando escucho un carraspeó giro para mirar a Michelle y me sorprendo cuando sus ojos estaban dorados.

Su loba...

Guardo el colgante en mi bolsillo trasero y veo como ella se acerca moviendo sus caderas, como si quisiera seducirme sonrió por el gesto no iba a caer

- te haz tardado- digo sonriendo mientras me siento en mi silla -¿Como quieres que te llame Michelle malvada, psicópata...

- eso es cruel... Suponiendo que debes adorarme - dice ella apoyando su dos brazos en la mesa que nos separaba

-¿Tú crees? Porque creo que serías tú quién debe estar a mis pies

-¿Por qué lo haces? Herirme - habla haciendo un puchero- sabes que solo quiero vengarme del hombre que nos lastimo - se acerca a mi y se sienta sobre mis piernas

La miro sin expresión aunque este gesto me gustará ella no era mi Michelle

- ¿Crees que no se tus intenciones?

- Freya- me interrumpe- me llamo freya  y si se lo que pasará pero seamos sinceros yo debo estar aquí yo puedo ser tu reina eso es lo que necesitas una mujer fría que no tema, sabes que yo puedo darte todo lo que me pidas - murmura sobre mis labios

- por más que intentes no lo harás - digo tomando su cara con mi mano para que me mire - si tan solo te controlarás

- déjame matar al humano ese y sabes que seré toda tuya

- yo quiero a Michelle en el combo Freya- hablo seriamente

- ella nos hará débil - murmura enojada

- eres su loba, no una persona y lo sabes - hablo levantándola de mi - sabes que sin Michelle no llegarás a ningún lado

-¿Estas intentando convencerme?

- sabes lo que yo quería Freya- me levanto - sabes que desde el comienzo quise que salieras a hablar, también se que puedo controlarte

Ella toca su cuello entendiendo lo que hablo, sabía que con mi marca ella quedaría a mi merced pero no marcaría a Michelle ahora por lo cual debía entrenarla y encerrar a su loba mientras tanto

- asique se buena niña y no me hagas enojar Freya

Ella iba a hablar pero la tomo por el cuello acercándola y besarla sabía que me aproveche de la situación ella se acerca más a mi y me rodea los brazos a mi cuello giro con ella y la siento en mi escritorio vuelvo a besarla distrayendola mientras tomo el colgante de mi bolsillo dejo de besarla ella me sonríe victoriosamente pero niego con una pequeña sonrisa y le coloco el colgante ella deja de sonreír para luego cerrar los ojos la tomo en mis brazos antes de que caiga para atrás. La miro abrir nuevamente sus ojos y reincorporarse volviendo a estar muy cerca

-¿Atticus?- pregunta confundida

- ¿estás bien?- pregunto alejándome un poco y ayudándola a bajar

- ¿Que sucedió? ¿Por qué estoy aquí?

- bueno tú loba llegó a aquí pero descuida ya tienes el colgante

-¿Mi loba? ¿Por qué vino aquí?

- No lo sé - digo encogiéndome de hombros - pero descuida no te saques ese colgante hasta que vuelvas ¿ok?

- si- dice

- bien vamos por tus cosas que ya es la hora de irnos

La acompañó a su habitación tomando sus maletas y subimos al auto junto al otro lobo camino al aeropuerto