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𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑐𝑢𝑎𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑦 𝑢𝑛𝑜

Siento como soy apoyada en una de las paredes de las casas suelto un breve gemido y tomo el rostro de atticus para volver a besarlo. Mis piernas enredadas en su cintura hacia que no perdiera el equilibrio voy quitando la camisa que llevaba el vampiro con desesperación mientras el baja sus beso a mi cuello me bajo de el para quitar completamente su camisa y el mi vestido que llevaba puesto había arrojado por el camino mis zapatos por lo cual me enredo nuevamente en su cuello para besarlo me toma de la cintura guiándome a una habitación.
Me acuesto en el suave colchón dejando que el se coloque entre mis piernas

Hice un leve jadeo. Se acercó a mi oreja y susurrando me dijo:

⏤ Hacía varios días que quería tocarte, ya estaba extrañando tu piel y sentir como te humedeces cuando te toco.

Mordió mi oreja y metió su mano por debajo de mi ropa interior, en mi entrepierna. Todo mi cuerpo se estremeció. Giré, rodeé su cuello con mis brazos, pasé una de mis piernas por arriba de su cintura y le dí un beso.

⏤ Yo también necesitaba sentirte así. Me encanta tocarte y que me toques.

Volvimos a besarnos. Entre jadeos y besos terminamos de sacarnos la poca ropa que teníamos aún puesta. Estando ambos todavía de lado, volví a pasar mi pierna encima suyo y me pegué a su cuerpo, quería sentir su piel y su calor contra mí. Seguimos besándonos y acariciándonos. Con cada beso y caricia sentía su deseo y eso hacía que me excitara más. Estábamos tan juntos que podía sentir su pene erecto en mi entrepierna. Lo tomé y empecé a acariciarlo. Al ser todavía de noche no podía ver su expresión, pero escucharlo gemir y disfrutar no solo me excitaba, sino que también me ponía contenta.

Me tomó de la muñeca, me separó de su cuerpo haciéndome girar, quedando él encima mío. Sosteniendo mi muñeca levemente por encima de mi cabeza, con su otra mano tomó con suavidad mi cara y me besó. Me soltó el brazo para agarrar uno de mis pechos y comenzó a lamerlo y mordisquearlo podéis sentir smel filo de sus colmillos rozar con mi piel lo cual me estaba volviendo loca con la otra mano tocaba el interior de mi vagina y mi clítoris, mientras yo acariciaba su espalda y gemía. De pronto dejó de tocarme y me dijo:

⏤ ¿Querés que ya entre o preferís que siga tocándote?

⏤ Mmm.. ¿por qué me haces que te lo pida?- pregunto con timidez

⏤ Porque me gusta escucharte pedirmelo.

⏤ no quiero rogarte. ⏤ Ni bien terminé mi respuesta me dio un beso.

⏤ En realidad solo quiero asegurarme de que ya estás lista. No quiero arruinar el momento. ⏤ Me respondió en un tono más bajo.

Tomé su cara entre mis manos y lo besé tiernamente.

⏤ Nunca podrías arruinar el momento, siempre me lo preguntas en el momento justo, así que ya me conoces y sabes cuando ya estoy lista. Además como podrías arruinar el momento siendo tan lindo. ⏤ Nos besamos suavemente

Lo besé, luego su cuello, su pecho, su panza hasta su entrepierna, bajando entre besos y lamidas. Empecé a chuparlo y él comenzó a gemir. Me quedé solo un momento dándole placer, porque si ya me lo había preguntado es porque él también ya estaba listo. En algún momento sacó del cajón de la mesita de luz un preservativo, pero yo estaba tan concentrada que no lo noté.

Me acomoda nuevamente en la cama me da una última mirada para asegurarse que estaba de acuerdo lo cual asiento sabía que dolería al principio el se introduce en mi lentamente muerdo mi labio inferior ahogando un gemido doloroso cierro los ojos por un momento el se queda quieto lo cual agradezco pero en un solo movimiento brusco entra completo a mi

- ¡Pensé que ya habías entrado!- digo y escucho una pequeña risa de su parte

Atticus comienza a besarme para distraerme de aquella entrada brusca lo cual funcionaba. El comienza a moverse lentamente acostumbrando a mi cuerpo el cual ya volvía a gemir y queriendo que sea más rápido. Nuestros movimientos son rítmicos y de a poco se van acelerando. Comencé a gemir, él no dejó de acariciar todo mi cuerpo. Tomé una de sus manos y sosteniéndola, apoyé nuestras manos en uno de mis pechos. Empezamos a movernos más rápido, ambos estamos gimiendo. Me encanta sentirlo dentro mío y lo bien que me hace sentir. Mi cuerpo se estremeció. Él se incorporó levemente, me tomó suavemente de mi nuca y me besó.

Acabamos entre besos, jadeos y gemidos. Nuestros movimientos se hacen más lentos y nos abrazamos.

Horas más tarde podía ver el amanecer alumbrar las ventanas habíamos vuelto a hacerlo dos veces más lo cual me encontraba un poco adolorida y somnolienta apenas abro los ojos cuando el brillo me molestaba, había descubierto que el los brazos de Vladimir era el mejor lugar que había conocido aunque había dormido poco me sentía en paz