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II

El siguiente día, príncipe Harry deambulaba felizmente alrededor del castillo. Él saludaba a todos con un alegre hola e incluso se ofreció a ayudar a Margret en la cocina.

“¿Qué has conseguido como para tener tan buen humor?” Preguntó Margret. Ella era una señora mayor, pero hacía los mejores pasteles del reino.

“¿Qué acaso no puedo ser feliz?”  Respondió Harry. Estaba sonriendo como un idiota y Margret no puede hacer nada, pero aun así le sonríe de vuelta. 

“Claro que puedes. Ahora ayuda o bájate del mostrador.” ella le dijo. Harry salta del mostrador y se para a un lado suyo, examinando las galletas que ella hace.

Él agarra una galleta y Margret se vuelve hacia él —A punto de regañarlo— cuando su hija llega. 

“¡Madre! ¡La nueva familia ha llegado!” ella vitorea y a Harry se le cae su galleta. 

“¿Ya llegaron?” él pregunta. Elizabeth —La hija de Margret— hace una reverencia cuando ve a Harry.

“Lo siento, señor. No lo había visto” ella se disculpa muy rápidamente. Harry rueda los ojos.

“Elizabeth, no tienes que disculparte. ¿Ya esta la familia aquí?” él pregunta y ella se vuelve hacía el, asintiendo con la cabeza. Luego, se vuelve a su madre. 

“Hay un chico aquí, madre. Él es como de mi edad y él es guapísimo. Él es más guapo que las flores del jardín, mas guapo que cuando el sol se—”

“No te le acerques. Él es mío” Harry le interrumpió, muy celosamente. A él no le gustaba que ella pensara que él era guapo —aunque en realidad, si lo era— y era muy guapo.

“¿Tuyo? Él necesita una mujer fina, como yo. Además, tu necesitas encontrar por ti mismo a tu princesa, Príncipe Harry” Elizabeth le dijo. Harry frunció el ceño y se encontraba entre ambas mujeres. Margret miraba a Harry tristemente —Ella sabia que el no le gustaban  las mujeres— y Elizabeth sonreía triunfalmente.

“Él es mio” Harry continua infantilmente. Elizabeth esta a punto de responder, pero Harry levanta su mano, silenciándola.

“¿Esta usted discutiendo con el príncipe?” él pregunta. Elizabeth cierra la boca y ahora es Harry quién sonríe triunfantemente. 

“Las vere a las dos, luego. Tengo una familia que conocer.” Se despidió a si mismo. Elizabeth pone mala cara, pero lo hace sin pronunciar una palabra.

Harry camina por el castillo a toda prisa, tratando de encontrar a la familia. Los encuentra por las escaleras, en una habitación vacía. 

“Usted trabajara aquí, señora Tomlinson. Sus hijos deberán ir a la escuela, en la parte trasera y dormirán en la sala de los sirvientes”  La madre de Harry le informa a la señora. Él ve a Louis y a sus hermanas pequeñas observar a la reina con temor. 

“Hola madre” Harry habla. Los Tomlinson se vuelven hacia el y todos se inclinan ante él. Él les da una sonrisa tensa —Él odia cuando la gente hace reverencias—y se vuelve a su madre.

“¿Qué hay de él hijo mayor? Él es demasiado grande para ir a la escuela.” Harry lo señala. Louis lo mira y Harry le da una sonrisa amistosa. Sus ojos son de un color azul tan claro y Harry esta de acuerdo con Elizabeth sobre su belleza.

“Oh, tienes razón. El puede trabajar en los alrededores del castillo.” Su madre le rechaza de inmediato. Harry frunce el ceño, no le gusta la idea. 

“Él también podría trabajar para mi. Necesito alguien para organizar mis libros y alimentar a mi caballo” Harry le dice. La habitación se pone muy tranquila y la reina piensa acerca de la oferta de su hijo.