En un mundo donde los alfas y omegas están casi extintos y los que hay, se ocultan por miedo al rechazo.
En un mundo así, un pequeño bar de jazz llamado Deep ubicado en los suburbios de Nueva York, le servirá a más de alguno para ocultarse.
Omegaver...
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Taehyung estaba sentado en la orilla de su cama esperando que el baño que compartía se desocupara. Jugaba con la toalla que tenía en su mano atento cuando la otra persona saliera.
Vió pasar a la señora Choi por el pasillo y rápidamente se levantó para seguirla en medio del este.
"Señora Choi" la anciana se volteó con el ceño fruncido, genial como siempre estaba de malas "Ya excedió su tiempo" le dijo apuntando al baño "Tercera falta en el mes y yo en serio necesito entrar al baño"
La anciana apretó la mandíbula y a paso firme se dirigió al baño. Tres fuertes golpes bastaron para que la chica saliera apresurada del lugar.
"Lo siento, lo siento" hizo varias reverencias frente a la señora "Tengo el cabello muy largo y-"
"Entonces te lo cortas, última advertencia Joohyun" la chica nuevamente hizo una reverencia algo exagerada a la señora.
"Sí señora Choi"
"Puedes pasar Taehyung" el aludido sonrió, pasó por el lado de la chica y acomodó su toalla de tal forma que esta le dio un pequeño golpe en el brazo.
Taehyung estaba cansado. Llevaba casi un año viviendo allí y todos los días era lo mismo.
Esperar por el turno para ir al baño, no poder tomar duchas largas porque su insoportable vecina de cuarto reclamaba. No podía cocinar a ciertas horas, no podía ver películas en la noche porque la luz se apagaba a una hora en específico y lo peor, lo peor de todo era que su más preciada posesión, su colección de películas y vinilos estaban guardadas en cajas.
Como siempre no demoró nada en el baño. Se vistió, tomó sus cosas y salió de la casa.
Taehyung era orgulloso, no reconocería jamás que necesitaba algo o que se había equivocado.
Cuando regresaron todos habían acordado vivir juntos, Yoongi y Namjoon se harían cargo de las cuentas y los demás se quedarían en casa. Algo que a Taehyung no le pareció, por eso decidió que viviría solo.
Desde hace mucho que vivía solo, por eso era alguien que ahorraba casi todo lo que tenía, los únicos gustos que tenía era su pequeña gran colección de vinilos y películas, cosas que por muy en la miseria que se encontrara no las vendería. Con estos ahorros pudo vivir sin mayores problemas más de un año en Corea.
Pero el dinero no era eterno.
Sintió un balde de agua fría cuando consultó el saldo de su cuenta de ahorros.
¿Qué hacía ahora?
No podía trabajar, sus documentos no estaban al día y no podía arriesgarse a realizárselos nuevamente.
Caminó por la calle cabizbajo, la brisa de primavera dándole un poco de vida a su mente un tanto atormentada. Estos últimos meses estaba trabajando en un pequeño local de libros en un barrio alejado del centro.
