Capítulo 8

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Lumine

Un beso de despedida... Claro que quería darle un beso de despedida, pero no somos novios, y no estoy segura de que me lo pidiese en serio. ¿Y si voy a dárselo y se aparta diciendo que no somos pareja y que era una broma? Podría morir de la vergüenza.

Aunque que me haya invitado a ir con él a Liyue también es algo que... No sé qué pensar de todo esto.

—Lumine, ¿dónde estabas? Estábamos preocupados —Venti corre hacia mí y me coge de las manos.

—E..es una larga historia... Fui tras unos monstruos toda la noche. Vaya no era tan larga, jajaja —Me río de manera sospechosa.

Ambos se miran pero deciden no seguir preguntando, saben que cuando se lo quiera contar se lo contaré.

Estoy demasiado nerviosa como para inventarme una mentira y que parezca real, solo con acordarme lo que ha pasado hace nada...

—Por cierto, he de deciros que me iré unos días a Liyue, quiero visitar a la gente de allí.

Amber me abraza con fuerza.

—¿Te vas otra vez? Voy a echarte de menos, ¡las misiones sin ti no son tan divertidas!

Me rio y toco el pelo de la chica para que se calme.

—Ah, entonces nos veremos la semana que viene. Voy a visitar a un viejo amigo.

Sin querer me pongo nerviosa. He de estar atenta y que no me vea demasiado cerca de Childe, aunque una vez allí deberemos mantener las distancias.

—¡Podremos tomar vino de Liyue! No es tan bueno como el del maestro Diluc pero... —Venti parece emocionado hablando de alcohol.

Empiezo a reírme con ellos, los voy a echar de menos, por mucho que quiera estar con Childe no pasaré mucho tiempo en Liyue, al fin y al cabo estará todo el día ocupado y apenas podremos vernos.

Aún no sé para qué voy a decir verdad... Al menos podré ver al resto.

Me gustaría reunirme con Zhongli y las siete estrellas, visitar el restaurante de Xiangling, encontrarme con Chongyun y Xingchiu... incluso hablar con Xiao si está de buen humor y quiere verme.

Hay gente genial allí, pero sé que no podré contener mis ganas de ver a Childe.

—Así que vuelve pronto esta vez e intenta no enfrentarte a un Dios Antiguo, por favor —Me dice Amber abrazándome.

—Tranquila, no creo que eso vuelva a ocurrir.

Espero que esta vez Tartaglia no intente destruir Liyue.

Tras pasar todo el día con ellos y despedirme de Jean, Diluc y el resto, preparo mi equipaje y salgo de Mondstadt esperando encontrar al chico en algún lado.

—Ojou-chan.

—Deberías dejar de llamarme así, es espeluznante —Obviamente miento.

Cada vez que me llama ojou-chan he de hacer un gran esfuerzo para no ponerme nerviosa, ¿en qué momento se acostumbró a llamarme así?

—¿Vamos?

—Así que el gran Childe de los Once viaja a pie, eh.

—No tendría que hacerlo si no fuese porque me he tenido que ir más tarde para esperar a alguien.

—Creo que eso ha sido una decisión tuya personal, hubiese ido yo sola más tarde.

—¿Y si te pasaba algo?

—Te derroté a ti, participé en el sellado de un Dios Antiguo, acabo con monstruos a diario, ¿tú crees que me va a pasar algo?

Childe empieza a reírse.

—A veces se me olvida que eres la Caballera Honorifica de Mondstadt, eres tan pequeña y delgada, ¿de dónde sacas tanta fuerza si apenas tienes músculo? No sé cómo consigues sostener esa espada.

Cojo la espada y la miro con detenimiento, esta espada es mucho menos pesada que el resto a decir verdad. No necesito hacer mucha fuerza de normal cuando peleo tampoco, es como si mi energía vital fuese la fuerte y mis poderes naturales divinos.

—Esta es una espada maldita que me dio Albedo, solo yo puedo tocarla sin sufrir daño, así que ten cuidado, tiene veneno de dragón.

—¿Y por qué tú sí puedes tocarla?

—No estoy muy segura pero soy capaz de purificarla cuando la toco.

—¿Puedes purificar algo con solo tocarlo?

—Sí.

—Entonces... ¿Me purificarías a mí?

Una brisa fría corre entre nosotros, puedo sentir tristeza en su rostro.

—Oh, vamos Ojou-chan, solo era una broma —Me da un pequeño golpe en la cabeza jugando mientras sonríe de forma melancólica.

No parecía una broma.

—Ah, al fin verás mi casa, tranquila, ahí no dejo entrar a los Fatui a no ser que haya algún negocio en específico o cuando Ekaterina viene a verme.

—¿Vamos a cenar en tu casa?

—¿Quieres cenar fuera? No sería raro que nos reuniésemos siempre y cuando no te vean venir a mi casa.

Me quedo pensativa un momento y Childe lo nota. ¿Qué pasa con su casa? ¿Acaso espera que me quede ahí?

—Porque... quieres quedarte a dormir en mi casa, ¿no?

¿Por qué algo así me pone tan nerviosa? Con la gente de Mondstadt me he quedado muchas veces a dormir en casas que no eran mías, de hecho suelo vivir en la casa de Diluc, aunque es obvio que mi relación con Childe es muy diferente.

Tengo que dejar de pensar en lo que ha pasado, han sido unos días raros pero eso no significa que vuelva a pasar.

Ah... Ahora que lo pienso...

¿Por qué estoy tan nerviosa? Childe no tiene porqué querer volver a hacer esas cosas conmigo, aunque sí que parece que se quedó con ganas.

—¿Lumine?

—¡Ah! ¡Perdón! Estaba pensando en...

Al mirar los ojos de Childe aparto la vista rápidamente.

—¿En?

—E..en nada.

—Hm...

Se acerca a mí y me coge rápidamente de la cintura atrayéndome hacia él, ¿qué hace? Por este camino pasan mercaderes y hay Fatuis muy a menudo.

—Así que te estabas acordando de lo que ha pasado esta mañana eh...

Acerca su rostro al mío pero me aparto rápidamente.

—¿Estás loco?

—No eres nada divertida.

—¿Eres un niño?

Childe se ríe y toma mi mano haciendo que camine.

—Vamos, si vemos a alguien nos separaremos.

Y por suerte, hasta Liyue no nos encontramos a nadie, así que vamos tomados de la mano toda la noche.

Secreto (chilumi) +18; genshin impact lemmonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora