Capitulo 23:

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Joel yacía dormido sobre su cama aún atado a esta, durmiendo tan profundamente que incluso babeaba de lo cansado que estaba.

Sus sueños no estaban tan alejados de lo que pasaba en la realidad. Joel soñaba con su madre, soñaba que estaba en su casa y soñaba que comía un pastel.

De repente en sus sueños tocaron la puerta de la casa, su madre fue a abrir la puerta y tras de esta se encontraba Eloy.

Eloy con una gran sonrisa le dio un sobre a la madre de Joel, y esta lo tomó gustosa, lo abrió, y sacó el contenido, lo cual era una gran cantidad de dinero.

La madre de Joel asintió y Eloy entró a la casa como si fuera suya, dando grandes y fuertes pisadas dirigiéndose hacia la mesa, que era donde estaba Joel.

Joel miraba a Eloy interrogante, no entendiendo por qué le daba dinero a su madre, pero de repente todo comenzó a tornarse raro, Eloy toqueteaba a Joel frente a su madre, y ella hacía caso omiso a lo que pasaba a pesar de que sucedía frente a ella.

De repente todo se había tornado bastante perturbador, más de lo que ya estaba. Eloy tenía a Joel sobre la mesa de la cocina, los pantalones y la ropa interior de Joel estaban a media rodilla, y Eloy tenía su cremallera abajo. Eloy tenía su miembro dentro de la entrada de Joel. Este le embestía con fuerza mientras Joel gritaba por ayuda, todo había pasado muy rápido, Joel no era capaz de escapar por su cuenta.

La madre de Joel, la cual había estado ahí todo este tiempo, se encontraba Justo frente a él, comiéndose el pastel que él comía momentos atrás sentada en una silla de el comedor en el que justamente está pasando todo.

La madre de Joel no se levantaba a ayudar a su hijo, sino que miraba su celular mientras su hijo le gritaba por ayuda con lágrimas en sus ojos que le ayudara, que no quería esto, y que haría lo que sea con tal de que lo ayude, pero por supuesto la refinada señora no se dignaba si quiera a mirar a su hijo, sino que seguía comiendo de ese pastel y sonriendo por cosas que veía en su celular.

Joel salió de sus sueños en cuanto la madre de su sueño le dio una bofetada, obligándolo a regresar a la realidad.

Joel se asustó por lo de el sueño que pegó un brinco en la cama, solo que al estar atado solo se torció el brazo por idiota.

La habitación estaba totalmente oscura, ya era de noche. Joel sabía que no podría volver a dormir, sus pensamientos lo torturaban demasiado.

Joel intentó reincorporarse, sus brazos le dolían y además tenía frío, pero al momento de moverse solo hizo presente calambres en sus brazos.

Joel de repente empezó a escuchar pasos, ligeras pisadas alrededor de él. Esto alarmó de sobremanera a Joel, ya que la sensación de qué hay alguien entre las sombras lo asustaba mucho, y el no saber dónde está por la oscuridad de la habitación lo hacía querer gritar.

De repente el foco de la habitación fue encendido, cosa que asustó a Joel ya que la puerta estaba cerrada y sus especulaciones de que había alguien en la habitación eran ciertas.

Joel entrecerró los ojos por el brillo de el foco de la habitación. Su vista estaba desenfocado, solo veía una silueta en la luz, pero esa silueta tenía un sombrero, era obvio de quien se trataba a pesar de que Joel no enfocaba su cara.

—Llevo una hora afuera—Alejandro estaba enfurecido, se notaba en su tono seco—Y tú estás aquí con tus mierdas sadomasoquistas.

Es la primera vez que Joel se siente feliz de ver a Alejandro. Joel está salvado.

Las lágrimas se juntaron en los ojos de Joel, sacando de lugar a Alejandro, no entendiendo por que ese cambio de atmosfera.

De unas cuantas lágrimas Joel se fue al llanto, sollozando y moqueando por ver a su Salvador parado frente a él.

Alejandro no entendía nada, su notable enojo había desaparecido al tener ese cambio tan extraño de atmosfera.

—llegue... en mal momento...?—Pregunto Alejandro sintiendo que Joel estaba en medio acto y que lo interrumpió—Creo que mejor vendré más tarde

—¡NO!—Interrumpió Joel para que Alejandro no se fuera—Sácame de aquí...—Sollozó—Por favor quítame esto...—Imploro Joel, sacando una frívola sonrisa de Alejandro.

—¿Quieres que te desate?—Sonrió frívolo Alejandro—Te desatare si vienes a vivir a mi casa

—¡Está bien!—Interrumpió Joel con prisa por salir de ahí. Igual si no podía estar en esa casa, en verdad le convenía que Alejandro lo tuviese en su casa.

—Y quiero que trabajes cuando yo lo diga—Siguió exigiendo Alejandro, aprovechándose de la situación.

—Está bien—En verdad a Joel no le importaba nada en ese momento.

—Y quiero que te cambies de universidad. Estudiaras la carrera que tú quieras al costo que tú quieras, pero no en esa universidad—Alejandro se cruzo de brazos.

Esta Joel la pensó mas, ya que perder lo que lleva de carrera no es cualquier cosa, además ya ha invertido bastante en libros y equipo médico como para tirarlo todo a la basura.

Joel se vio obligado a tomar una desición rápida al ver que Alejandro estaba a punto de marcharse y dejarlo.

—¡Está bien!—Finalmente cedió Joel.

Alejandro giró a ver a Joel complacido de que en este momento cedería a lo que sea que le pidiese.

—Si es así entonces te desatare—Alejandro ya había hecho su larga lista de pedidos, no deseaba nada más.

Con cuidado Alejandro comenzó a deshacer todos los nudos de las cuerdas que sostenían a Joel a la cama.

Cuando Alejandro liberó la primera mano de Joel, este sintió un alivio enorme, a pesar de haberle vendido su alma al diablo siente que no hay nada peor que esto.

Alejandro terminó de desatar a Joel y este en cuanto estuvo libre se echó a llorar en brazos de Alejandro, aferrándose a él con fuerza por ser su salvador a conveniencia.

—Quítate que estas llenando mi saco de mocos—Alejandro quito a Joel de el, pero este seguía aferrado a él, llorando por el gran susto que lo hicieron pasar.

Alejandro ya estaba lo suficientemente incómodo por ver a Joel todo mordido y lleno de chupetones, y el que estuviera en esa posición solo lo hace más incómodo y gay.

—Ya quítate que no tengo toda la noche—Finalmente Alejandro logró alejar a Joel—Atrasaste mi cena una hora, así que por lo menos apúrate a empacar tus cosas y vámonos ya—Alejandro hizo una mueca.

Joel se separó de Alejandro, limpió sus lágrimas, y asintió. Levantándose de la cama, Joel comenzó a guardar cosas, empezando por las maletas de dinero, y siguiendo con su ropa y cosas de la universidad, aunque probablemente no las vaya a necesitar.

Alejandro le ayudó a cargar las maletas con ropa y Joel salió de la casa protegiendo las mochilas con dinero como si de su vida se tratara.

Eloy no estaba por lo cual no hizo falta hacer ninguna tontería, solo salieron por la puerta como si de cualquier día se tratara.

Joel metió todas sus mochilas a la camioneta de Alejandro, mientras Alejandro sonreía por lo bajo al haber ganado.

Joel y Alejandro subieron a la camioneta. Joel estaba un poco arrepentido, pero prefería tener que soportar a Alejandro que volver a repetir lo qué pasó hace 2 o 3 años

Una vez mas, lejos de casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora