Capitulo 2:

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Los cambios fueron difíciles, conseguir una casa habitable por 500 pesos al mes fue casi imposible. (500 pesos equivale a 25 dólares).

El conseguir dinero en tan corto tiempo me era casi imposible, tuve que pedir prestado a un amigo para mantenerme a flote por lo menos este mes. Mi plan principal cuando salí de casa era el quedarme con algún amigo y dividir gastos o algo así, pero nadie está dispuesto a tener a un parasito en su casa, o sea, yo.

También fui a buscar a mi familia para ver si podían alojarme por lo menos un mes, pero no tuve suerte. Mis tíos se negaron rotundamente, ellos están peleados con mi madre, y por consecuente, conmigo. También fui a casa de mi abuela, pero cuando fui a su vecindario, los vecinos me habían informado que ella había muerto hace algunos meses

Me sentí mal conmigo mismo por enterarme de la muerte de mi abuela meses después, pero no había nada que pudiera hacer, así que simplemente me resigne.

Aún no preveo la comida ni los gastos de agua, luz, etc. Probablemente termine en la calle al finalizar el mes.

Estuve todo el día buscando trabajo, y simplemente pude conseguir 2 de medio tiempo, que no pagan muy bien, pero me mantendrán vivo hasta que pueda conseguir algo mejor.

Aunque no lo crean, lo que menos me preocupa es el que voy a comer de ahora en adelante si no tengo dinero, lo que ahora me preocupa son mis estudios profesionales.

Por mis estudios el dinero no es un problema, para eso son las universidades públicas o las becas, de hecho estuve investigando sobre universidades y encontré una que me da una beca completa si contesto un examen y lo apruebo, lo que me preocupa es el como voy a mantenerme si tengo que estudiar y trabajar al mismo tiempo. Nunca fui bueno haciendo muchas cosas al mismo tiempo, pero me niego a aplazar mis estudios y estancarme en esta pocilga. Tengo que continuar con mi vida, igual, no necesito a mi madre. Cuando ella vea que no la necesito se arrepentirá.

Hice unas cuantas llamadas, una para la universidad, y las demás por ocio, pero sobre la universidad, puedo presentar el examen mañana mismo, escogeré una carrera buena, pero no lo suficientemente buena para que el colegio no quiera mantenerla y se arrepienta más tarde.

Ese día no hice mucho, limpié la casa para que fuera más habitable, acomodé todas mis cosas en un cajón, y recibí a algunos vecinos que vinieron a darme la bienvenida. Después, fui a trabajar, y en eso se fue mi tarde.

Llegue a casa agotado, por lo cual, el dormir no fue difícil, y por cenar ni siquiera me preocupe, ya comería mañana.

A la mañana siguiente tuve que levantarme muy temprano para ir a presentar el examen de la universidad.

Fui caminando hasta allá, lo cual me tomó una hora y media. Al llegar, mis piernas parecían gelatina, temblaban por haber caminado tanto.

Pregunté en la entrada por el lugar para presentar el examen, el cual sin dudarlo un señor amable me lo dijo. Camine hasta el lugar indicado y me di a conocer a una señora que estaba en el lugar. "Hola, soy Joel y vengo a presentar el examen de ingreso". Esas fueron mis palabras.

La amable señora me indicó lo que tenía que hacer, tenía una hora y media para contestarlo, y que no podía hacer trampa. Pero no se para que me dice lo de hacer trampa si el aula en la que estaba no había absolutamente nadie.

La amable señora me dio un lápiz con borrador, un sacapuntas, y el examen, me sentó en un escritorio chiquito, mis rodillas chocaban con el escritorio, y me indicó que podía comenzar.

El examen estuvo fácil, venían cosas que ya conocía, y las cosas que no sabía las improvisé con mis respuestas que sabía que eran correctas.

Después de una hora entregue el examen, quedándome media hora de sobra. La amable señora agradeció por que haya contestado el examen y me pidió que fuera a dirección a dejar mis datos.

Eso fue lo que hice, fui a dejar mis datos a dirección, pero en esta, había una fila enorme, tal parece que gente que iba a pagar algo, yo por suerte simplemente vengo solo a dejar mis datos.

Me puse en la cola de la fila y veía como la señorita de la dirección se tomaba su tiempo para atender a la gente, lo cual me comenzó a estresar.

La espera era lenta, para entretenerme me sacaba la mugre de las uñas, pero cuando estas no tenían mas mugre por limpiar, me sentí extremadamente aburrido, la fila no avanzaba y yo ya me quería ir.

—Hola—Saludó alguien detrás mío.

Giré mi cabeza para ver de quien se trataba, pero no era nadie que conociera. Era un hombre corpulento, con muchos piercings en la oreja, y su cabello rubio teñido con algunas mechas azules.

—Hola—Regrese el saludo amable—¿Tu también vienes a pagar?—Lo dije refiriéndome a la señora que estaba primera en la fila, la cual se tomaba su tiempo.

—Si—Respondió mostrándome una hoja pequeña que tenía en su mano—Supongo que tú también—Negué con la cabeza.

—No, me dijeron que tenía que dejar mis datos aquí, así que pues aquí estoy—Hice una mueca y el arrugo la nariz.

—Puedes dejar tus datos llenando una hoja que está allá—Apuntó hacia una gran cantidad de hojas que estaban junto a la persona que atendía—Y cuando acabas de llenarla la dejas en el buzón de allá—Apuntó a un agujero en la pared.

Me sentí como un tonto por estar metido a una fila que no era.

—Gracias—Sonreí apenado—Eso es lo que haré—Salí de la fila para no hacer a esa gente perder el tiempo e hice lo que me indicaron, tomé una hoja, la llene con los datos que me pedía, y la dejé en el buzón de la pared.

Me dirigí a la salida del lugar para ir a casa, pero el extraño se ha despedido de mi antes de que saliera.

—Que te vaya bien—Me dijo amable.

—Igualmente—Le sonreí agradecido y le tendí mi mano, la cual el lo dudo en estrechar.

—Mi nombre es Eloy, estoy para servirte

Una vez mas, lejos de casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora