Capitulo 3

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La mosca miro con lastima el cuerpo inerte de la tortuga sobre la camilla, tenia su brazo dislocado, un corte algo profundo en su costado y una herida en la cabeza junto golpes por todo su cuerpo. Limpio y vendo bien cada herida así cómo también acomodo su brazo realizando también un estudio para asegurarse de que no se le escapara algún hueso roto, mientras analizaba los resultados veía al menor y sus signos vitales. Ya llevaba todo un día inconsciente. 

Baxter: Entiendo el odio pero... Es solo un niño —Negó con su cabeza, levantándose de la silla.— 

Dio un ultimo vistazo a la tortuga para después salir del laboratorio sin desviarse e ir directo a la sala principal, debía admitir que le sorprendió que el líder de los Hamato no se presentara más grave pero eso no quitaba que estaba preocupado pues los resultados médicos algunas veces fallaban, o al menos a él que esa parte no era su fuerte pero debió aprender para atender a sus compañeros y salvarse de las cuchillas de Destructor.

Respiro profundo y después abrió las puertas encontrándose en la sala a su maestro destrozando a los robopies que quedaron en la lucha de ayer los cuales eran vencidos con demasiada facilidad, el tigre observaba todo desde la parte de arriba junto al trono. Cuando el ultimo robot callo, al fin se dio la libertad de entrar y reverenciar al hombre.

Baxter: Ya he curado a la tortuga, maestro —Quiso ocultar su inseguridad pero se le notaba hasta en las alas.—

Saki: Bien. Llévalo a una celda. —Dijo sin importancia, subiendo los primeros escalones de su trono.—

Baxter: Lo haría, maestro pero —Su zumbido comenzaba a notarse cuando hablaba.— Aun esta inconsciente y-

Saki: ¿Todavía? —Se detuvo y volvió su vista a la mosca.—


Solo cinco minutos después de que la mosca salió del laboratorio, Leo comenzó a abrir lentamente sus ojos entre algunos jadeos de dolor, acostumbrándose a la tenue luz que le hizo sentir un pinchazo en la cabeza. Al estar bien despierto y mirar a su alrededor, el miedo invadió su pecho que incluso su respiración se agito, completamente aterrado. Cómo pudo comenzó a quitarse los cables que tenia en su brazo derecho y se levanto de la camilla, cayendo al suelo por el dolor en su cuerpo, notando las vendas en el mismo y en su cabeza. 

Despacio volvió a levantarse, intentando controlar todo su miedo pero no podía que sus ojos pronto se llenaron de lagrimas, se estaba desesperando, no sabia donde estaba y no sabia cómo llego a ese sitio. Comenzó a andar hasta la puerta y salió, encontrándose con un extenso pasillo por lo que miró a ambos lados para después comenzar a andar por el lado izquierdo, agarrándose de la pared. 

Se detuvo un momento para recuperar otro poco sus fuerzas, todavía más cuando escucho unas voces provenientes de otro cuarto con la puerta abierta. Cojeando un poco pero rápido termino de acercarse a la habitación, asomando su pequeña cabeza y ver a un enorme perro conversar con lo que era un ¿Cerdo? No lo tenia claro. Termino de asomarse y sujetarse del marco de la puerta.

Leo: Dis-disculpen —Llamó bajito, temeroso y a la vez desesperado.—

Raza: ¿Eh? —Se giro en la dirección de la voz al igual que su compañero.—

Leo: ¿Pu-pueden ayu- —Sus ojos se abrieron al ver cómo los más grandes se vieron amenazantes.—

Bebop: ¡Hey enano! ¿¡Quién te crees para pasearte así por nuestra guarida!? —Su cinturón se prendió al dar una vuelta.—

Raza: ¡Atrápalo! —Levantó su mano derecha de la cual salieron sus garras.—

El cuerpo del ojizafiro tembló lleno de miedo y se hecho a correr en la misma dirección por la que iba siendo perseguido por ambos mutantes, los logro esquivar un par de veces pues apenas y tenia fuerzas para escapar. Unas grandes puertas negras se vieron al final de un pasillo a su derecha así que corrió hacia esa dirección hasta llegar y abrirlas.

𝑻𝑴𝑵𝑻 ➼『 ¿𝐌𝐢 𝐡𝐢𝐣𝐨? 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora