Capitulo 4

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Karai respiraba pesado, intentado recuperar el aliento, no sabia cuanto llevaba escapando pero fue el suficiente para al fin perder a esos estúpidos robots. Al fin pudo caminar con normalidad hasta que se dio cuenta de la luz del sol entrando por una rejilla, abriendo sus ojos con sorpresa pues había estado corriendo durante toda la noche y horas de la mañana. Miro a su al rededor, habiendo solo túneles y más túneles, estaba perdida.

Aun no se rendía, recupero el aire necesario y siguió su camino. Otra vez había perdido la noción del tiempo pero por la luz de afuera se dio cuenta de que comenzaba a hacerse tarde, su estomago rugía y tenia la garganta seca, si se ponía algo dramática, ya estaba segura que moriría rodeada de suciedad. 

Todo eso se vio interrumpido al escuchar unas pisadas, alguien corría por donde estaba así que sin perder tiempo siguió el sonido, cada vez más cerca y dándose cuenta que eran dos personas. Una ladina sonrisa apareció en sus labios al imaginarse quienes eran, llego a las vías del metro al fin, viendo a solo unos metros una cabellera pelirroja y unos bastones de hokey moviéndose con brusquedad por el correr de ambos. 

Karai: ¡¡Casey!! ¡¡Abril!! —Grito con fuerza, corriendo tras ellos.—

Abril: —Se detuvo de golpe, girando hacia atrás, completamente sorprendida.— ¿¡Karai!? 

La de camiseta amarilla pronto corrió hacia la otra chica para así abrazarla con fuerza, abrazo que fue correspondido, había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que se vieron. La kunoichi quería añadir algo por el abrazo pero al sentir unos escalofríos por parte de la contraria sintió la preocupación aparecer en su pecho, apartándose del abrazo despues de unos segundos y saludar con su mano al otro adolecente. 

Casey: ¡Mira a quien tenemos aquí! —Levantó su mascara, sonriendo un poco.— Que buena sorpresa, chica pero en un mal momento 

Karai: ¿Mal momento? —Preguntó agitada, preocupándose todavía más al ver los rostros decaídos de ambos.— ¿¡Qué paso!? 

Abril: Los chicos... —Pasó con fuerza, aguantando sus ganas de llorar.— Los emboscaron... Se lle-llevaron a Leo...

La sangre pareció dejar de circular por el cuerpo de la kunoichi, se puso pálida mientras miles de escenarios de su huida y de haberse quedado en el calabozo pasaban por su cabeza, lo que considero un escape perfecto se había desvanecido y ahora solo deseaba regresar a la celda y huir junto a su hermanito. Las lagrimas nublaron sus ojos pero no le impidió seguir corriendo, ahora acompañada de los otros dos en dirección a la guarida de su clan, su verdadero clan. 

Al llegar, todo estaba en completo silencio que pareció que lo único que se escuchaba eran las respiraciones agitadas de los tres. Karai se tambaleo por el exceso de esfuerzo físico que había tenido, sin embargo, se adentro más a la guarida, mirando en todas las direcciones  varias veces hasta que las tres tortugas se vieron salir del dojo.

Los tres tenían vendajes en algunas partes de su cuerpo, en algunos se veía algo de sangre e incluso, por sus posturas, se deducía fácil que les dolía el cuerpo pero lo que más estrujo el estomago de sus amigos humanos y de la recién llegada fue sus expresiones llenas de culpa y tristeza. Al menos eso desapareció cuando vieron a la semiteñida, sonriendo ampliamente.

Mikey: ¡Karai! ¡Hermana! —Abrazó a la mencionada con fuerza.— ¡Si estas aquí!

Donnie: No puedo creerlo —Rascó su nuca, riendo apenas con sorpresa.— Tu... ¡Escapaste!

Rafa: No creí decir esto pero —Suspiro, regalándole una pequeña pero sincera sonrisa.— Me da gusto verte aquí 

Karai: Chicos... —Su sonrisa se hizo temblorosa.— ¿D-de verdad no esta a-aqui?

𝑻𝑴𝑵𝑻 ➼『 ¿𝐌𝐢 𝐡𝐢𝐣𝐨? 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora