Capítulo 32

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Ambos parecían estar devorándose, sus besos eran intensos e incluían mordidas; poco a poco comenzaron a quitarse la ropa, su temperatura aumentaba, estaban sudando, ligeras gotas se deslizaban por sus cuerpos. Ya había pasado mucho tiempo desde que tuvieron relaciones sexuales ¿razón?, el embarazo y sus hijos a los que tenían cuidar todo el tiempo, aparte también de cuidar a su pequeña hija que se encontraba en coma, no tenían tiempo para ellos.

—Dazai —gime—, vamos a la cama, el piso es muy incómodo y quiero sentirme bien —le besa el cuello—; rápido por favor, te quiero dentro de mí ahora —le susurró.

A Dazai le excitó tal comentario de parte de su pareja que no lo dudó ni un segundo, abrazó a Chuuya y lo llevó hasta la cama lo más rápido que pudo.

Dazai ya no podía contenerse más, su pantalón estaba húmedo y cuando se quitó el bóxer Chuuya vio que su pene goteaba a lo que este solo se dio la vuelta mientras arqueaba su espalda indicando que ya estaba listo. Él se sentía desesperado.

—Cariño, lo lamento, pero creo que no podrás caminar bien un par de días —dijo Dazai antes de entrar en Chuuya con rapidez.

Chuuya solo dio un grito ahogado ya que aquella embestida lo tomó por sorpresa, Dazai parecía no querer tener piedad con él, sus movimientos eran muy intensos, lo metía rápido y profundo; los gemidos de Chuuya eran más fuertes con cada embestida, le dolía, pero no podía evitar sentir un inmenso placer.

La mente de ambos estaba nublada y solo tenían algo en mente: darse placer uno al otro.

—Da-Dazai —intentó decir—, bésame.

Dazai le dio la vuelta a Chuuya y le dio un beso seguido de una embestida, Chuuya no podía gemir bien ya que estaba siendo besado, Dazai no quería detenerse. El descontrol en aquel acto era increíble, uno sabía lo que estaba haciendo mientras el otro trataba de seguir consciente.

Chuuya se corrió y Dazai solo sonrió un poco orgulloso.

—Te viniste antes que yo cariño —susurró Dazai antes de morderle la oreja—, aún no hemos terminado —embiste—, te necesito todavía, esto será común con cada semana.
—Ya me cansé —dijo con la respiración agitada.
—Debes de aguantar cariño —lo besa—. La noche aún es joven, aún falta mucho.
—Osamu, eres muy intenso —lo abraza—. No creo que vaya a aguantar.
—Resiste cariño —embiste—. Voy a hacer de ti un desastre.

Chuuya ya no podía aguantar, Dazai era muy rudo en la cama, era verdad que no lo habían hecho en un largo rato y Dazai solo se estaba reprimiendo, pero pareciera que fuera a morir.

A Chuuya le quedaba claro que Dazai no le había sido infiel en ese tiempo, pero el problema era que él estaba acostumbrado a tener muchas aventuras. Era algo desagradable, Chuuya no tenía porque sentir celos de algo que nunca ha visto y que nunca han mencionado en su tiempo de relación juntos.

—Continúa —dijo un poco más apagado.

Dazai se puso feliz y siguió, no se dio cuenta del cambio de actitud repentino de Chuuya, siguieron aun cuando Chuuya estaba agotado, siguieron unas largas horas de esa manera.

Amaneció, aquella luz de la mañana hacia presencia en aquella habitación. Chuuya despertó primero, no debía haber pasado eso, pero él ya estaba acostumbrado a ciertos horarios, a su lado yacía Dazai profundamente dormido, tenía una expresión relajada, se veía feliz.

—Gracias por serme fiel Dazai —le besa la frente—. Descansa.

Chuuya caminó al baño mientras se balanceaba torpemente debido a su intenso dolor de caderas, prefirió usar su habilidad para llegar a su destino, quedaba claro que lo había disfrutado, pero solo pensar en cuanto había estado reprimiéndose Dazai le hacía sentir mal.

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