Capítulo 30

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Fumiya aún se estaba acostumbrando, todo había vuelto a la normalidad para ella.

En la cafetería.

—Fyodor-san debe de llegar en cualquier momento —suspira Fumiya—. Papá no vayas a enojarte con Fyodor-san por favor.
—Ya entendí lo importante que él es para ti, intentó protegerte y nunca te lastimó, renunció a todo por ti —sonríe—. Lo cambiaste a él y también a mí; por favor, nunca pierdas la hermosa sonrisa que tienes.

A la cafetería entra Fyodor y Gogol quienes no pudieron evitar comenzar a llorar al ver a Fumiya, ambos se acercaron a abrazarla sin prestarle atención a Dazai.

—Fumiya-chan no vuelvas a hacerme esto —dijo Fyodor—. Yo te vi, falleciste en mis brazos, quise ayudarte, pero Corrupción te mató.
—Casi no dejaste que te ayudáramos, todo lo hiciste tú, eres una niña y soportaste las habilidades de tus padres más la tuya —dijo Gogol en un tono muy triste—, no debiste arriesgar tu vida por nosotros incluso si tu propósito era vengarte.
—No solo era porque habían matado a mi papá, fue para proteger a mis hermanos y a los hijos de Ranpo-san y Poe-san —admite Fumiya con una ligera sonrisa—. Lamento haberlos preocupado tanto.

Ambos solo sonrieron ya que sabían que las intenciones de Fumiya habían sido buenas aunque no sabía acerca de las consecuencias que causaría en ella.

—No estuve ahí, pero gracias por cuidar de mi hija —hizo una pausa mientras recordaba que según Fumiya él ayudó en el cuidado de los tres—. Gracias por cuidar a mis hijos Fyodor Dostoyevski, no eres tan peligroso después de todo —dijo Dazai con dificultad.
—Ella pensaba todo el tiempo en ustedes —sonrió Fyodor—. Chuuya-san y usted son lo más importantes para esta pequeña niña.
—Gracias a ella tuve la oportunidad de cambiar —sonrió aquel padre—. No quiero imaginar cómo sería el mundo si nunca hubiera conocido a mi hija.
—Llevaremos a Fumiya a jugar —mencionó Fyodor dirigiéndose a la salida—. Le deseo suerte en su día con Chuuya-san, pásenla bien.

Dazai lo intentó matar con la mirada, agradeció que no fuera tan directo, pero no le pareció adecuado tal comentario.

Los tres se fueron mientras Dazai terminaba de tomar aquella taza de café, Chuuya no iba a tardar, sus hijos iban a ser cuidados por Lucy y Akutagawa, todo estaba planeado.

Ranpo fue de mucha ayuda cuando vieron que Fumiya había estado en coma, él pudo decir la razón del porqué se encontraba en ese estado; no pudo decir en qué momento iba a regresar, pero que sí iba a tardar. Todos los días Chuuya y Dazai ayudaban a su hija, tal vez no sentía y no escuchaba, pero nunca dejaron de darle amor esperando que gracias a ello despertara. Su esperanza nunca se fue, siempre estuvo ahí, todos deseaban que esa pequeña niña que había dado un giro de 180° a todo el mundo, en especial a su padre despertara lo más pronto posible.

Dazai dio un suspiro mientras la taza se dirigía a sus labios, el ambiente era sereno, bastante a decir verdad, en ese instante sus ojos fueron cubiertos por un par de manos "pequeñas" que no lo sorprendieron para nada.

—Chuuya —dijo con un tono de voz relajado mientras alejaba las manos de él con cuidado.
—Ya estoy aquí Osamu —lo besa—. ¿Te portaste bien con Fyodor?
—Eso creo, ¿por qué aprobaste una relación entre ese sujeto y nuestra hija? —dijo un poco molesto.
—Solo le di permiso de convivir con ella, no creo que se casen y tengan hijos —suspira—. Fyodor podría ser su padre pero ya sea como amigo o pareja, la última palabra la va a tener Fumiya.
—Esperemos y solo lo quiera como amigo —dijo Dazai en un tono muy bajo—. ahora que lo mencionas ¿por qué permitías que Mori-san cuidara a nuestra hija si tenías en cuenta que él no era una buena opción?
—Bueno... quizás sea porque la primera vez que se lo pedí lo amenacé —sonríe con nerviosismo.
—¿En serio? ¿Qué diablos le dijiste? —Dazai sentía bastante curiosidad respecto a la amenaza de Chuuya.
—De acuerdo —recuerda un poco—. Pasó un día en el cual mi misión era complicada...

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