Parte 1

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Hoy será mi primer día en Hogwarts

6.30, la alarma resuena por toda la habitación, decidí ignorarla, es la primera noche en un largo tiempo en la que dormí relativamente bien, a la tercera tonada fastidiada la tomo y la lanzó, en seguida escucho como se rompe un vidrio, entonces se que la lance por la ventana.

-agh, malditas ventanas de mierda - me levanto de la cama.

Me dirijo a el baño para darme una ducha rápida e ir a la estación, termino de ducharme y salgo para elegir mi ropa.

Me coloco una linda falda negra entallada y por la parte superior un top rojo, por encima una chaqueta de piel negra con estoperoles plateados y unas preciosas botas altas negras.

-Por merlín, en verdad soy sexy - me miro en el espejo mientras poso.

Me coloque un par de anillos de oro blanco, entre ellos el que mi padre me dio antes de ser capturado, malos recuerdos vienen a mi mente al ver el anillo, lo volteo y continuó tratando de no pensar en eso.

Salgo de mi habitación con un par de mis maletas ya listas, llamo a una de los elfos, le doy indicaciones para sacar el resto de las maletas de la habitación y le entrego las que llevo en mis mano, camino por los pasillos, bajo las escaleras y tomo el desayuno, siempre desayuno sola, lord voldemort y sus hijos jamás estan es casa así que es como si tuviera una casa para mi sola y eso me encanta, hay tanta paz y sin ninguna preocupación.

Salgo al auto, uno de los elfos domésticos puso la música que le indique en el nuevo artilugio muggel qué compre, amo las cosas muggles, aunque los muggles qué trata de ser magos son un fastidio.

Comenzó a conducir, después de un par de minutos estábamos en la estación 9 3/4, baje del auto y subí al tren.

Recorro un par de pasillos y todos los estúpidos vagones estan llenos, camino hasta encontrar un vagón relativamente vacío, en el que se encontraba una chica de cabello blanco mirando por la ventana, parecía tan inmersa en su pequeño mundo que no quise interrumpirla, entre al vagón silenciosamente y me senté en la contra esquina del camarote.

- Hola, soy Luna Lovegood es todo un placer -dijo la chica en un tono alegre y melancólico a la vez, mientras me tendía la mano, asentí sin tomar su mano.

-Cual es tu nombre? - pregunta retirando su mano.

- Amélie - dije dirigiendo mi mirada a la ventana, no me gustan las personas, prefiero evitar el contacto con ellas, amenos que sea totalmente indispensable.

-Un placer Amélie, puedo preguntar cual es tu apellido? O prefieres no decirlo? -

-Grindelwald, Amélie Grindelwald-

-Un placer-respondió la chica con una gran sonrisa en su rostro.

Es extraño, tuvo una buena reacción, todas las personas actúan como si fuera a matarlas en ese precisión momento solo por mi apellido, lo ignorarlo y vuelvo mi vista a la ventana.

Pase todo el camino sin decir una sola palabra a pesar de los vagos intentos de la chica por hacerme hablar, pasaron algunas horas y finalmente llegamos a Hogwarts, en el momento que el tren se detuvo salí del vagon y me dirigí a al salida pero un idiota se atravesó en mi camino.

-!Mira por donde caminas, sangre sucia¡- grito a la cara del idiota

- ¿A quien le dices sangre sucia? - respondió el alto chico rubio frente a mí con una mueca en el rostro que cambio completamente al verme

- no estorbes - empuje al chico, haciéndome paso, baje del tren, nos indicaron subir a unas carretas qué eran arrastradas por Thestrals, esas preciosas criaturas qué no merecen ser tratadas de tal forma, estaban siendo obligados o arrastrar a un montón de inútiles que no pueden caminar unos pasos.

-Una mierda, no necesito niñera- camine hacia un sendero que seguía a través de un bosque espeso de árboles, el bosque es hermoso me recuerda al bosque que rodea la casa de mi padre, era oscuro y reconfortante al igual que este seguí caminando hasta que escuche un ruido detrás de mí.

-¿Quien mierda esta ahí? - saque mi varita encendiendo una luz

GrindelwaldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora